Hannie sorbió los mocos. Faltaban tan solo tres días para el cumpleaños de Seungcheol y la pobre seguía en cama.
─ Eso te pasa por creerte inmune y jugar con Chan-ah bajo la lluvia. ─ Reprendió Mingyu mientras le cambiada la toalla de la frente.
─ Pero Channie no se enfermó. ─ Sus ojitos se llenaron de lágrimas. ─ Ahora no sé si podré estar en la fiesta de Cheollie.
Chan suspiró y le lanzó a Grumpy, peluche de los Ositos cariñositos.
─ No me enfermé porque tomé medicina y no me quedé una hora más jugando con Kkuma-yah.
─ ¡Hey! Dejen de regañar a la niña. ─ Dijo Jun mientras le acomodaba el cabello rebelde del flequillo. ─ ¿y hyung cuándo piensa llegar?
Y justó sonó -dos veces- el timbre de la casa, Mingyu se levantó para abrir pero Hanna le detuvo.
─ Es Seungcheollie y tiene llaves.
Jun ladeó la cabeza confundido y mirando como la puerta era abierta. Preguntó: ─ ¿cómo lo sabes?
─ Siempre toco el timbre dos veces, es mi manera de avisarle a Hanna que soy yo.
Seungcheol traía varias bolsas y Jeonghan a su espalda solo tenía una caja en sus manos. Dejaron todo en la cocina excepto unas medicinas y un caldo que preparó la mamá del azabache. Se saludaron y mientras Seungcheol ayudaba a Hanna para que se sentara, Jeonghan le empujaba las piernas a Jun para sentarse en el alféizar de la ventana junto a él.
─ Entonces ¿vas a dejar viudo a Cherry-yah?
Todos en la habitación se rieron hasta que la menor empezó a toser. Mingyu le alcanzó una botella con agua a Seungcheol para que Hanna pudiera beberla.
Con la voz gangosa respondió: ─ No me robarás a mi hombre Jeonghan-ah.
El mencionado alzo los hombros y con todo el drama del mundo puso una mano en su pecho, sonrió.
─ Nuestro amor no se podrá pero lo intenté.
Para Mingyu ese comentario era algo extraño pero quizás así era la dinámica entre los dos mayores, le restó importancia porque a los demás ni les importó. Estuvieron hablando durante horas, comieron algunas cosas que el dúo llevó y luego de que Seungcheol intentara trenzarle el cabello a Hanna, Jeonghan se compadeció de la menor y le peinó su rizado cabello.
─ Hyung.
─ Mhm.
─ Seungcheol hyung. ─ Levantó la cabeza del regazo de Hanna. Las caricias es su cabello lo arrullaron.
─ ¿qué pasa Mingyu-yah?
─ Si estás aquí, ¿quién está en el bar a parte de Seokmin-ah?
─ Shua-yah está cubriendo a Jun-ah y hyung me está cubriendo a mí.
Mingyu asintió y miró a su alrededor; Chan se había ido por lo que solo quedaban Jun, Jeonghan y él. Se podrían ir todos juntos y esperaba que Jun fuera con ellos porque se sentiría raro estando solo con Jeonghan.
─ ¿Alguno de ustedes se quiere ir conmigo?
Jun miró a la pareja, Hanna pestañaba lentamente entre el sueño y sabía de sobra que Seungcheol entraría pronto en el quinto sueño debido a lo cansado que estaba y no se despertaría a darle la medicina a su novia.
─ Me quedaré hasta la hora de la cena. Hannie necesita tomar sus medicinas y su mamá no llega hoy así que vayan ustedes dos.
El fotógrafo se acercó a Hanna y le dio un beso en la frente.
─ Descansa y ya no estás hirviendo. ─ Le sonrió.─ Espero te mejores pronto enana.
Hanna le sacó la lengua. ─ Gracias oppa, te quiero.
Se despidió de Jun y esperó a Jeonghan en el corredor de la casa.
─ ¿tienes la bandera?
Mingyu no quería ser chismoso pero ¿de qué bandera estaban hablando?
─ Está en el segundo cajón.
Jeonghan sacó la bandera y la guardó con sumo cuidado en el bolso. Espera ¿esa no se supone que es la bandera del orgullo gay? Mingyu abrió los ojos sorprendido pero se recompuso muy rápido aparentando estar interesado en el cuadro de unas frutas antes de que Jeonghan saliera de la habitación.
Ahora el camino a casa sería de lo más incomodo porque Jeonghan le parecía bonito y ahora no sabía que pensar sobre el hecho de que lleve la bandera gay en su bolso. ¿eso es una señal?
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