Capítulo Once

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─ ¿entonces trabajaremos con más intensidad cuando sean las fiestas?

Preguntó Seokmin mientras se sentaba al lado de Jisoo. Jeonghan tocaba cada dos o tres minutos una nota aleatoria en el piano, Jun dormitaba en el borde la tarima, Seungcheol estaba recostado en la cola del piano y Seungmin estaba al otro lado de la barra escribiendo en la agenda el turno de cada uno.

─ Yo puedo ayudarles en dos o tres días cubriendo a Seungcheol-ah. Tendremos que mirar quien remplaza a los demás porque no creo de Shua-yah o Jeonghan-ah puedan reemplazarlos cuando están ocupados cantando.

Jisoo alzó los hombros despreocupado. ─ Yo puedo ayudar en cocina, si Seokmin-ah se siente copado de pedidos.

La puerta fue abierta y entró Hanna con una caja con tantas cosas que su cara casi no se veía. SeungCheol iba a bajarse de la tarima pero Hanna habló:

─ Estoy bien cariño, no es muy pesada.

Caminó hasta llegar a la barra y dejó la caja allí.

─ Hola chicos, les traje comida y algunas decoraciones que necesitamos. ─  Hanna se acercó a saludar a cada uno y al final besó dulcemente a su novio. ─ Cariño ¿ya puedo tener mi gameboy?

Ojitos brillantes y un puchero eran dirigidos a Seungcheol. El mayor sonrió y le peinó un rizo detrás de la oreja.

─ Está en el primer cajón derecho de mi escritorio. Ve por él.

─ Te amo cerecita.

─ ¿Por qué hyung tiene tu gameboy? ─ Preguntó Seokmin.

Hanna respondió mientras caminaba por el pasillo hasta llegar al final:

─ El señorito decidió confiscar mi gameboy porque no me aprendí toda la obra para el ensayo del recital.

Y entró a la mini oficina de Seungcheol.

─ ¿No lleva ya dos años con el mismo repertorio? ─ Murmuró Jun.

Seungcheol asintió. ─ Sin embargo, Jihoon-ah le cambió una de las obras.

─ ¿y es muy larga?

─ Son cinco hojas y me faltaba una hoja y media. ─  Hanna encendió la consola y se acostó en el largo sofá pegado a la pared. ─ Y Cheol decidió que si en una semana no me aprendía lo que me faltaba, me quitaba la gameboy y se la quedaba él.

Refunfuñó mientras los demás se reía. ─ No tiene nada de gracioso además ¿por qué me quiere quitar algo que me regaló? Mucho sentido no tiene.

─ Hannie cariño. ─ Habló Jeonghan.

─ Mhmm.

─ Eres la dueña de las quincenas de Seungcheol-ah. Es imposible que te quite algún regalo que te dio.

El mencionado estuvo de acuerdo y le guiñó un ojo a Hanna.

─ Y volviendo al trabajo. Shua-yah podría ayudarle a Seokmin-ah y yo podría reemplazar a Jun-ah cuando hyung esté aquí. ─ Respondió Seungcheol.

─ Pero hyung, no tendrás ningún descanso.

─ Estaré bien Seokmin-ah.

Hanna los estuvo escuchando y pensó en una idea:

─ ¿y si reemplazo a Jun oppa y les ayudo?

Todos voltearon a mirar a Hannie y respondieron al tiempo: ─ No.

La fémina pausó su partida de Tetris y se sentó.

─ ¿y por qué no? Yo no le veo problema.

─ Porque no queremos que te pase algo malo.

Do Re Mi Bar »GyuHan«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora