Parte 17

39 1 0
                                    

Dahiana

¿Alguna vez han intentado nadar en la oscuridad? porque yo no, pero podría apostar que se siente como me estoy sintiendo justo ahora. Es como caminar en medio de lo desconocido con los ojos vendados. El miedo incontrolable me hace temblar las manos y no encuentro oxigeno para respirar. ¿Podría ser un ataque de ansiedad? honestamente no me sorprenderia. Ojalá huir fuera tan fácil como cometer errores, aunque es como si ese fuese un patrón común en el ser humano. Cometer un error y huir, solo los valientes llegan a conocer las consecuencias de sus propios actos. Ahora me pregunto yo, con el corazón en la garganta y los ojos aguados si esto que estoy apunto de hacer es un acto de valentía o cobardía. 

Miro hacía la habitación en la que he estado los últimos meses con las dos personas más importantes de mi vida. Si alguna vez me preguntan si pudiera parar el tiempo y quedarme ahí, sin duda elegiría Malta una y otra vez. No es el mar, ni la brisa que justo se cola por la habitación la que me da la tranquilidad o felicidad que he estado viviendo estos meses. Es aquella pequeña niña con cachetes redondetes y ese hombre con los ojos más maravillosos del universo, han sido ellos los que han conseguido que la antigua Dahiana se trague su puto orgullo y deje toda esta maldita tranquilidad para volver al último lugar donde quiere estar. Aún si pudiera escoger seguir escapando no lo haría. Hana no merece nada de lo que esta viviendo justo ahora. Quiero que crezca en un ambiente feliz rodeada de toda su familia.

Hace unas horas mientras Christian me abrazaba como si fuera parte de él, decidí finalmente que me voy a entregar. Le diré a Nicholas que haga lo que sea necesario para que su hijo no cargue con ninguna consecuencia de este estúpido acto de niña inmadura y tonta que vengo haciendo desde que nací. Quiero que él pueda seguir su vida normal con Hana. No lo convenceré de mi plan porque es más que claro que Chris se negará de todas las formas posibles, es por ello que ahora me encuentro en esta terrible situación. Ha de ser ya costumbre mía huir de todos los sitios. La situación se ve terrible desde donde sea que la veas, estoy huyendo en medio de la madrugada dejando a mi esposo, sin olvidar que nos comprometimos hace menos de unas semanas, y a mi hija de tan solo unos meses. No negaré lo mucho que esta decisión me está afectando, pero justo ahora lo que yo sienta o quiera me importa una mierda.

-¿Dahian? - Está claro que quedarse mirando a alguien por mucho tiempo como una psicópata cuando estás tratando de huir no es una buena idea. - ¿Qué haces ahí cariño? - Era correr o correr. Ya había hablado con un oficial de la policía y me habían dicho que no tardarían en llegar. Era mejor que empezara a mover mi culo antes que cualquier palabra, y con cualquier, me refiero a cualquier palabra de Christian pudiera hacerme arrepentir de esta decisión. Intenté hacer el mayor de los ruidos, con ese pelinegro ahora despierto lo único que lo detendría de seguirme sería despertar a Hana. Y vaya que esa pequeña es hija mía. Su llanto se escuchó en todo el apartamento y esa fue mi señal para salir de ahí de inmediato. Nunca había sentido que los escalones fueran tan eternos como hoy. No es como que respirar fue la cosa más difícil del mundo, pero justo ahora era lo único que no era capaz de hacer. Sin darme cuenta note que estaba corriendo, mis pies dolían y solo quería llorar. 

La brisa de la madrugada ondeaba mi cabello ahora corto, había estado esperando al oficial por más de 10 minutos, en los cuales se dividieron en estar atemorizada de que en cualquier momento Christian apareciera con sus ojos grises y me convenciera de que todo esto que estoy haciendo es una estupidez y en imaginar todo tipo de escenarios volviendo al apartamento y escapando de la policía una vez más, pero al final siempre concluía que era una mala idea. El sol estaba apunto de salir y yo solo podía pensar en que no quería verlo. Quería marcharme, desaparecer si fuese necesario.

-¿Dahiana Hale? - Tal vez algún día pudiera cambiar mi nombre y con ello empezar una nueva historia

-Si. - Un hombre ya bastante mayor con algunas canas que asomaban en su cabeza y un uniforme azul, que se podía ver que tenía casi lo mismo años de quien lo vestía, se me acerco cuidadosamente. -¿Oficial Martin? - Afirmo mientras se colocaba una gorra que llevaba en sus manos.

-¿Está usted lista? - ¿Se podría estar lista para este tipo de cosas? no, en absoluto. 


....


Nunca he sentido miedo de volar en aviones. Pero justo ahora sentía que mi mundo se iba cayendo en compañía del avión que iba aterrizando. Desde que tomamos el vuelo en Malta con el oficial, mi corazón no ha parado de bombear a la rapidez de la luz. Era más que obvio que toda esta puta mierda me estaba consumiendo. 

-¿Se encuentra usted bien? - El oficial me miraba con preocupación. -Estoy bien. - Intenté sonreír pero probablemente por la expresión del oficial, fracasé haciéndolo. -Es solo el aterrizaje. Siempre me da un poco de mareo. Nada que un vaso con agua no pueda arreglar. - Sus ojos verdes intensos me miraban con lastima. Hombre que si yo me viera a mi misma en un espejo, lo más probable es que sintiera lastima y asco de lo que soy justo ahora. 

El avión no tardo mucho en terminar el aterrizaje y llegar a la puerta de salida. Al final del pasillo me esperaban dos oficiales más. Lo que me confirmaba que mi decisión ahora era definitiva, que ya no podría escapar y que para ser honesta ya estaba cansada de hacerlo. Aunque justo ahora Christian me odiara por todo esto, mi mente no deja de pensar en que ha sido lo mejor.

Algún día dejará de odiarme y me agradecera por esto. Pensé. O al menos eso quería creer.



Ya casi se acerca el final. Ojalá estén disfrutando la historia. Y perdón por actualizar cada mil años. La próxima habrá recompensa de doble cap. PROMETIDO.

BESITOS DE CHOCOLATE 

Vous avez atteint le dernier des chapitres publiés.

⏰ Dernière mise à jour : Jun 19, 2023 ⏰

Ajoutez cette histoire à votre Bibliothèque pour être informé des nouveaux chapitres !

HANAOù les histoires vivent. Découvrez maintenant