Parte 8

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La alegría los envolvía, por un momento sintieron que estaban realmente bien, que eran una pareja de adolescentes que solo se habían escapado unos días de la casa de sus padres, por un momento se dejaron llevar por la emoción de que un bebé tal vez pudiera mejorarles la vida, pero la realidad les golpeó fuerte cuando por la ventana de su habitación entro el aire frío de invierno de Londres con algunos gritos y sirenas de policías

-Mierda! Nos encontraron, han mejorado bastante, solo hemos estado una semana aquí

-Demasiado rápido diría yo. Chris, ¿Las armas dónde las dejaste?- Pregunto Dahiana desde la cocina mientras alistaba un pequeño bolso y se lo ponía en su espalda

-En el cajón de abajo del armario nena- El castaño se movía de un lado a otro poniendo cosas en su mochila y se terminaba de vestir con una camisa

-Dahiana, los abrigos? No los encuentro

-Cariño, en la sala principal, junto a la puerta- Se intentaban mover rápido aunque aún estaban conmocionados por la noticia de hace unos minutos

-Sabes, siento que todo esto del bebé nos va hacer bien, nos va ayudar a madurar, ya verás como todo estará bien nena, yo prometo que siempre los voy a proteger- Dahiana se detuvo mirando con ternura al hombre que estaba en medio de esa sala con muebles viejos, Christian simplemente era todo lo que ella necesitaba, esa sonrisa amplia podía arreglarle la vida a cualquiera

-Estoy de acuerdo contigo, aunque Blake no creo que sea un buen momento para hablar de esto

-Hale, siempre es un buen momento

Los dos rieron mientras salían por una parte subterránea que tenía la casa, el túnel daba directamente al centro de Londres, sus manos se entrelazaron como siempre lo hacían cuando iban a escapar y un casto beso como despedida a la ciudad que dejaban.

Las ciudades que visitaban parecían envolverlos en un hermoso calor hogareño cada vez que llegaban, pero a penas la policía era avisada de su presencia se sentían peor que ratas, llevaban más de un año en lo mismo, para Dahiana correr, moverse o tan solo respirar se le dificultaba cada vez más, llevar un bebé en su vientre no era para nada fácil, en especial cuando las hormonas y la ley parecían estar en una alianza para joderle los días

-Malta!- Dahiana suspiro cansada mirando la hermosa ciudad que apareció frente a sus ojos. -Ojala pudiera disfrutar un poco más de lo normal aquí, ya me estoy cansando de tener que dejar mi comodidad a media noche

-Es una lástima que no sea tiempo de verano- Christian miraba hacia el mar donde las olas se movían bruscamente por el viento. -Dahiana! No de nuevo!- Christian miro amenazante a la Dahiana que se veía indefensa con su gigante barriga

-Solo uno Christian, llevo meses sin este maldito vicio

-¿Quieres matar a mi bebé?

-Tu bebé me va a matar a mí- Christian sonrió con ironía para después quitarle el cigarrillo encendido de las manos de Dahiana. -Es tan injusto!

-Pero no podemos desperdiciarlo- Dahiana abrió indignada sus ojos miel mientras veía como el castaño terminaba con el cigarrillo que hace unos segundos estaba en su boca

-Claro y el que tú lo fumes no le hará nada al bebé no?

-Bueno, es tu culpa sabes- Dahian lo miro curiosa y asombrada. -Aunque me mires así sabes muy bien que la única razón por la que empecé a fumar eres tú

-Claro, echemole la culpa a la embarazada- Christian no puedo evitar reír, esa mujer era lo más hermoso y perfecto que pudo pasarle, no importa como estuviera, ella siempre se veía como un angel, el vestido que tenía puesto se pegaba a ella de tal modo que se veía a la perfección cada parte de su cuerpo, Christian se acercó a ella por la espalda después de botar una bocanada de humo y la acerco a su pecho

-Sabes, la embarazada no debería ir por ahí mostrando todas esas curvas- Susurro el castaño en el oído de Dahiana, cada centímetro de su cuerpo se erizo ante el aliento de Christian en su oído. -Esas curvas pueden matar a cualquiera y la verdad que no estoy dispuesto a permitir que a mi sol y a mi bebé los esten morboseando cualquier desconocido- los latidos de Dahiana aumentaban peligrosamente, se estaba convenciendo a sí misma que no eran las palabras de Chris lo que estaban provocándole eso, solo eran sus hormonas, aunque honestamente pensandolo bien el castaño siempre ha sabido cómo sacarla de su cordura

Dahiana se giró mirando con perversidad a Christian mientras esté tiraba el cigarro a un lado de ellos, ella tomó entre sus manos su rostro y lo acerco lo suficiente para que sus narices se tocaran, el olor a tabaco de la boca de Christian la estaba matando, de alguna forma se sentía excitada o extasiada, no se sentía muy segura de eso, el castaño la atrajo más hacia él creando un pequeño refugio con sus brazos, pero cuando intento besar a Dahiana ella se corrió evadiendo el beso y alejándose alegremente de Christian

-No besos con cigarrillo, no sexo en el embarazo

-QUÉ!?- Christian se quedó perplejo con las maletas a cada lado de él. -No puedes hacerme eso, el sexo me hace sentir más cerca de mi bebé.

-Bueno, pues a mí me ocasiona dolores de espalda, así que no más sexo hasta que está criatura nazca

-Dahian!- Christian grito haciendo un puchero mientras Dahiana no dejaba de reír, esa imagen era lo que Christian necesitaba para saber que no importa lo horrible que sea la tormenta, nada se puede comparar al arco iris que viene después de esta.

*

-Quiero saber qué es, ya tengo ocho meses y ni siquiera sabemos cómo se va a llamar- Ya estaban en el hotel, acostados en la cama, uno al lado del otro mirando hacia el techo sonriendo como si nada pasará a su al rededor

-Si vamos a un hospital podrían descubrirnos nena- Ella lo mira triste, sabía que había mucha razón en eso, pero ver a su bebé dentro de si hubiese sido algo que hubiera valido la pena y el riesgo intentar. -Dahian estaba pensando y qué haremos cuando tus papás o los míos nos cancelen las tarjetas de crédito?

-Chris, no creo que tus papás sean capaces de abandonarte de esa forma

-Bueno, tal vez no, pero pienso que deberíamos buscar dinero, alguna reserva

-Eso sería arriesgarnos mucho cariño- Dahiana lo miro con preocupación, no quería perderlo nunca más, quería que Christian siempre estuviera a su lado, protegiéndola a ella y a su pequeño bebé.

-Y qué le diremos al bebé cuando crezca y cada semana nos estemos cambiando de ciudad?

-No lo sé Chris, la verdad he pensado en todo eso y me da miedo, nunca había sentido tanto miedo de pensar en el futuro- Christian la miró con ternura mientras la abrazaba por la espalda

-Nena, sabes, mejor no pensemos en eso sí? Disfrutemos este momento, el presente, hemos llegado aquí después de más de un año, tú eres la mujer más fuerte que he conocido- El castaño hablaba mientras sobaba la barriga de Dahiana. -Y créeme que este bebé te va hacer aún más fuerte de lo que ya eres

Dahiana no quería volver a estar sin Christian, sabía que de alguna forma no había persona que la hiciera más fuerte que él.

Mientras Christian le susurraba una canción en su oído Dahiana viajaba a recuerdos remotos, trataba de entender en qué preciso momento fue en el que se enamoró tan perdidamente de Christian, y no pudo evitar sonreír al pensar que el hombre que ahora tiene a su espalda abrazándola como a una niña, en algún momento lo considero un tonto sabelotodo, aunque pensándolo bien, el hecho de que Christian siempre fuese tan inteligente era de una de las cosas que más le atraían a Dahiana. La voz del castaño fue demasiado para ella, y al final quedó sumergida en un sueño profundo.

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Espero poderlos consentir con muchos capítulos está semana
*Se desaparece* jajaja

Disfruntelo, besos de chocolate

HANAWhere stories live. Discover now