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"¡Se acabó... John!", Rose expresó con resignación lo que ambos habían reprimido durante tanto tiempo y le miró profundamente a los ojos. "Creo que nuestra relación ha fracasado".

Él se limitó a asentir, porque no hacían falta más palabras para confirmar aquella decisión. Discutir los peros era tan innecesario como intentar desesperadamente salvar lo que podía salvarse, aunque una parte de él quisiera luchar por ello, no podía ver que habían capitulado tan fácilmente. Pero era inútil.

Se había dado cuenta de ello por la forma en que Rose había hecho una pausa justo antes de mencionar su nombre. Al mismo tiempo, una sombra se había dibujado en su rostro: su corazón, su amor, nunca le habían pertenecido realmente, porque él no era el médico ....

Sí, claro, durante mucho tiempo habían conseguido suprimirlo con éxito, pero el hecho seguía existiendo y nunca había podido borrarse, por mucho que ambos intentaran olvidarlo.

Pienso y siento como él, hasta el momento en que los Dalek le hirieron de muerte y sólo tuvo la opción de seguir viviendo...", pensó John Smith, sobrio y triste al mismo tiempo. Tengo sus conocimientos y sus recuerdos, incluso sus sentimientos, pero sigo siendo sólo una copia. El resultado de una regeneración que el Doctor había doblegado a su voluntad. La imagen mortal de un ser alienígena que ya ha vivido más de diez vidas".

Respiró hondo mientras escuchaba su interior, buscando una vez más la seguridad de que Rose no era la única culpable de la brecha que el tiempo y este simple hecho habían abierto entre ellos.

Se sentía desgarrado por dentro. En su pecho sólo latía un corazón, su cuerpo era mucho más frágil y vulnerable que el de un Señor del Tiempo, pero por otra parte tampoco era humano, como habían revelado los autoexámenes.

Su sangre aún contenía suficientes células y genes de los que carecían los habitantes de este planeta y partes más grandes de su cerebro estaban activas que en los humanos normales. Por último, sólo tenía que escuchar en su interior para hacerse una idea de la variedad de sentidos que poseía el Doctor, pues aún sentía un débil eco de algunos de ellos.

Además, todos los recuerdos y conocimientos de Gallifrey, de sus innumerables aventuras en el espacio y el tiempo, o de su mayor deuda, que Rose ni siquiera conocía, habían sido transferidos y conservados con él.

Y también había algo más que le atormentaba: el anhelo, el deseo de romper con la rígida, predeterminada y terrenal existencia que tenía ante sí y volver a ser libre por fin para descubrir cosas nuevas entre las estrellas y en otros mundos. La última vez que se había sentido tan aplastado y atrapado fue durante su tercera encarnación... cuando los Señores del Tiempo le habían desterrado a la Tierra por sus "transgresiones". Al menos entonces le habían dejado la Tardis como única esperanza de cambiar la situación. Esta vez, sin embargo...

John hizo un gesto de dolor y se obligó a hacer una pausa. Aquellos pensamientos estaban realmente fuera de lugar en aquel momento, pero sin embargo -a pesar de todas las diferencias con su original- formaban parte de su propia personalidad y contribuían a la ruptura. Y no podía negar que tenía que admitirse a sí mismo algo más...

El tierno afecto -el amor- por Rose quizá no se había roto, pero el peso de las cadenas que se había impuesto a sí mismo le aplastaba literalmente. No podría soportarlo mucho más.

En los primeros meses tras su regreso a casa desde la Bahía del Lobo Feroz, todo había parecido tan fácil, había estado tan claro como el día que por fin podía dar rienda suelta a sus sentimientos por Rose y amarla apasionadamente con cada fibra de su ser, porque -como ya había dicho el Doctor- podría envejecer con ella.

Shadow of the Doctor ──── DOCTOR WHOWhere stories live. Discover now