Charlotte (Charlie), una una chica de 17 años empieza a cantar a muy temprana edad, desde pequeña tenia un estilo único, un estilo que era el causante de que la gente se riera de ella. Una noche en una fiesta después de un largo día de concierto, se...
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Me levante y vi la poca luz que entraba por la cortina de mi hotel, me giré soltando un gruñido y mire a Nadia que dormía plácidamente a mi lado.
Cerré los ojos hasta que mi móvil sonó.
Rodé los ojos y me giré sentándome en la orilla de la cama para mirar quien era.
—¿que quieres? Estoy durmiendo—dije mientras contestaba la llamada.
—Tienes dos dias de descanso—dijo mi manager.
Lo iba a festejar hasta que recordé el evento que ayer me dijo Nadia, Mierda estos dos se habían puesto de acuerdo?
Asentí y solté un "ajá" como si me pudiera ver y colgué, tenia confianza con mi manager, no nos llevábamos mal pero no éramos súper amigos.
—quien era?—dijo Nadia con la voz ronca.
—mi manager, tengo dos dias de descanso—dije sonriéndole.
Abrió los ojos y me dio una gran sonrisa, creo que sabía que sería lo siguiente.
—Vamos de compras!—dijo ella casi gritando con un brillo en los ojos.
Rodé los ojos y asentí.
Y así fue como termine con bolsas de mi querida amiga Nadia por todos lados, ahora entendía porque a los novios no les gustaba ir de compras con sus mujeres.
—¿Este me quedaría bien?—dijo ella sonriendo con un vestido en la mano color azul oscuro que enseñaba un poco bastante.
—¿Iras así?—dije, y me impresioné, ya sonaba como los novios celosos al ver un vestido muy provocador para los demás.
Soltó una carcajada y asintió varias veces.
Lo agarro y se fue a los vestidores para probárselo y que le diera mi opinión.
Salió y me modeló el vestido tanto como pudo, yo solo reía mientras la veía hacer el tonto.
—te queda genial—dije con una sonrisa.
—perfecto—dijo ella entrando al vestidor de nuevo para quitárselo y comprarlo.
—tu también te tienes que comprar uno!—dijo ella desde el vestidor.
—no, que tienes en contra mi ropa?—dije ofendida.
salió con el vestido en la mano, ya cambiada y me miro de arriba para abajo llevaba un jersey que no dejaba ver mi figura y unos tejanos anchos.
—cariño no te luces, tú que eres hermosa, joven y todo lo bueno que puede haber—dijo ella alargándome de todas las formas posibles.
Y después de esas palabras, me di cuenta que nunca había tenido una amiga de verdad y que me hiciera sentir bien hasta que llegó ella.
—déjalo linda, yo te lo compro—dijo ella guiñándome un ojo divertida.
