Charlotte (Charlie), una una chica de 17 años empieza a cantar a muy temprana edad, desde pequeña tenia un estilo único, un estilo que era el causante de que la gente se riera de ella. Una noche en una fiesta después de un largo día de concierto, se...
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—que hiciste ayer? Algo que contar?—dijo Nadia emocionada.
—Nada, comí helado viendo dibujos animados y me dormí en el suelo—dijiste con una sonrisa.
Ella se rio al escuchar eso.
—bueno pues yo estuve pensando mucho lo de el evento y quiero volver a ver a Bill—dijo ella con notable flechazo que hizo que sin pensarlo rodara los ojos.
—oye! No ruedes los ojos! Es que me miro y todo el mundo se fue, solo éramos él y yo estoy segura de que él sintió lo mismo—dijo riendo y con notable vergüenza.
Sinceramente no quería ser un obstáculo si a ella le gustaba no diría nada, me quedaría allí sujetando la vela si es necesario. En fin y en cuenta ella fue quien me acepto.
Asentí y seguimos conversando de cualquier cosa, aunque a decir verdad yo tenía la mente en otra parte.
Toque mi bolso en busca de mis llaves, en todo el día no lo había asegurado que las tenía.
Y me puse pálida cuando no sentí las llaves, mire hacia mi bolso a ver si podía encontrarlo pero nada, solo habían otras cosas: pañuelos, mi teléfono, pero ni rastro de mis llaves.
—¿estas bien?—dijo ella a ver que ella estaba buscando en su bolso.
—No encuentro mis llaves—dije.
Las busquemos por todos lados pero nada, al final me había quedado sin habitación yupi.
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—enserio?—dije mientras me llevaba las manos a la cara.
—con suerte alguien las habrá encontrado y las habrá dejado en algún sitio—dijo intentando animarme.
Fuimos a el concierto porque nos dijeron que teníamos que estar en una hora y dejé el bolso y me alisté de nuevo.
Estaba delante de el escenario dándolo todo, como siempre y al terminar de cantar "knocking at heaven doors".
—Gracias!—dije sonriente, miles de cámaras me filmaban.
Al termina me metí dentro de el camerino y me corregí el maquillaje corrido.
—estuviste genial—dijo mi manager felicitándome.
Poco a poco los escenarios ya no me daban miedo, lo había normalizado bastante y eso me alegraba.
—ahora sabe Dios donde voy a dormir—dije mirándome aún en el espejo en un susurro.
Supongo que ya abras notado que hablo sola, si, para mucha gente es raro o enfermizo pero para mi es una manera rápida de darme soluciones.
Salí del edificio con Nadia, ella iba conversando de la canción que compuse y que la amaba.
Al llegar al hotel, entre y ella se fue directamente a su casa mientras me sonreía.
Entre y fui directo a objetos perdidos para ver si alguien con dos dedos de frente había dejado mis queridas llaves.
Pero no, nada. Habían chaquetas, gafas... bueno que eso literalmente parecía un mercadillo.
Fui directa a el ascensor y antes de entrar vi a Bill y Tom en la barra.
Bill al notarme fue corriendo hacia mi.
—esto es tuyo, no?—dijo el mientras extendía mis llaves.
«mi salvador»
—Si! Muchas gracias—dije apenada y avergonzada de que sea él quien las tenga.
De todas las personas, el?
Me las entrego mientras me miraba fijamente los ojos con semblante serio y a la vez jodiamente sensual.
« Espera, no ¿que tipo de pensamientos son estos? »
Tome las llaves dándole una sonrisa y el miro mis labios.
