VII

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Uno de los omegas se acercó al chico avisándole que había escuchado a los guardias aproximarse, Byul resopló y maldijo entre dientes al ordenarle otra cosa. Casi JiMin se sintió aliviado cuando supo de los seguratas, pero otra vez se tensó cuando de un momento a otro se sentía sujeto de ambos brazos, con otro levantando su camisa y mostrando así su vientre.

───Tendrías que haberte quedado en tu granja de mierda y no haber venido a palacio. ¿Pensabas qué el príncipe se iba a enamorar perdidamente de ti? No estás en un puto cuento de hadas. La escoria como tú termina siendo criados de personas como yo. ───Llevando el cigarro rápidamente presionó la tez del menor, apretando y escuchando algunos gritos además de lloriqueos por su parte. Eso le fascinó a Byul, el cuál volvía a recrear la misma acción diversas veces.

Tan cegado por el enfado, por no ser el quien tuviera la atención del príncipe no se dio cuenta cuando alguien lo lanzó a un lado del salón. Removiendose y volviendo a maldecir buscó ver quién había sido el culpable. ───¿Estás gilipol...? ───Su rostro se puso blanco cuando vio a Jungkook ahí de pie, tomando a JiMin entre sus brazos. ───Y yo pensando que eras listo, pero me equivoqué. NamJoon y YoonGi llevenselo, yo me ocuparé del chico. ───Refiriéndose al rubio que se presionaba las quemaduras dijo, buscando relajarlo con su aroma al decirle que todo iba a estar bien.

Tras la charla que había tenido con JiMin y haberse ido sintió como nada estaba bien, un impulso le surgió y por eso estaba ahí ahora, echando a todo el mundo para quedarse a solas con el chico. No era médico, pero sabía como tratar algunas cosas. Pidiendo permiso primero subió la camiseta del omega, viendo un par de quemaduras, dando gracias a que solo el había podido hacer esas. ───¿Estás bien? ───Esas palabras fueron las suficientes para hacer que JiMin se pusiera a llorar descontrolado. ¿Cómo iba a estar bien? Había sido humillado aquella noche, y hoy nuevamente. Todo él estaba destrozado.

Jungkook dándose cuenta de la situación suspiró y volvió a tomarlo en brazos, llevándole hasta su dormitorio.

───Debes darte un baño, yo te lo prepararé. ───Lo había sentado en la cama, dejando un par de caricias en su mejilla al deshacerse de las lágrimas con el dedo pulgar. Sentía que en parte todo había sido por su culpa, conocía lo suficiente a Byul como para saber su comportamiento tan nefasto.

El agua estaba preparada, con las burbujas y algunos pétalos que se había dedicado a dejar caer para qué desprendiera un olor delicioso, una vez realizado se dispuso a volver donde el menor estaba. Lo ayudó a levantarse, guiándole sin poder decir nada más. ───Yo no necesito ayuda... ───Murmuró una vez estuvo dentro del aseo junto al mayor, viendo como éste negaba y le quitaba la camisa viendo otra vez las quemaduras. Su mandíbula se tensó y su lobo tiraba chispas del enfado. Nadie tocaba lo que era suyo.

JiMin le restó importancia cuando quiso quitarse lo que le quedaba, aunque con la mirada le suplicó intimidad. Cosa que hizo sin dudar el príncipe, cerrando la puerta detrás de él para darle dicha privacidad.

El agua le quemaba y lastimaba al estar mezclado con el jabón, pero era agradable. Veía los bonitos pétalos que flotaban entre la espuma creada, riendo por el bonito gesto del mayor. Llorar no le iba a valer de nada y quejarse tampoco, por ello decidió dejarlo pasar por ahora. Jungkook entró varias veces, dejando en una de ellas un conjunto limpio además de la toalla, avisando que el se mantendría en la habitación.

───Cualquier cosa me dices, ¿Entendido? ───Jungkook exclamó, haciendo a JiMin asentir.

Le costaba aún asimilar, ¿Por qué tanto odio por parte de Byul? Ni una palabra habían intercambiado.

Los minutos habían pasado y con ello los malos pensamientos del omega, intento sumergirse por completo durante unos segundos, riendo después cuando la espuma estuvo en su dorada cabellera; situación que le recordaba a su niñez. Cuando su madre le preparaba la hora del baño y por supuesto tenía mil burbujas siempre esperándole.

A unos cuantos metros estaba Jungkook sentado aún pensando, mordiendo su mejilla interior por la estúpida escena que Byul había lucido. ───Que gilipollas. ───Sentenció.

La puerta fue tocada tres veces, sabiendo perfectamente de quien se trataba, su querido y buen amigo NamJoon.

───Pasa. ───Cierto era que se había levantado, no deseaba que el omega escuchara la conversación al no ir por un camino agradable. Como siempre NamJoon se inclinó y dio gracias por servir a tal persona, un simple protocolo. ───Su majestad Kim Byul ha puesto resistencia, pero hemos logrado llevarlo hasta el calabozo quince. Nos ha pedido... bueno, exigido que lo veas. Se que el chico lleva sirviéndole durante muchos celos, pero como tú amigo decir que esta vez se ha pasado. Sabes que no es la primera vez que se pasa. ───El Alfa murmuró mientras el príncipe le prestaba atención y llevaba su índice además del corazón para presionar su sien. Kim Byul era un auténtico dolor de cabeza, ¿Quién le habría mandado a tenerlo en sus celos? ───Entiendo, iré a verlo más tarde. ───Murmuró cansado ya de todo.

───Por cierto NamJ... ───La puerta fue tocada de forma frenética, molestando a Jungkook. ¿Quién era tan estúpido? Hizo una señal al otro alfa, pidiéndole que abriera mientras el se mantenía al margen. NamJoon siguiendo las órdenes del príncipe fue directo; encontrándose con un peliazul todo hecho un desastre aún con los puños en la puerta. ───¿JiMin está aquí? ───El omega preguntó.

𓂃命  El omega del rey " [ kookmin ]Where stories live. Discover now