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Soy lo que son mis manos.

Embriagado de tiempo

que poco a poco me convertiría

en lo que ellas (mis manos)

pudieran construir.

Fingiría tener fe,

y confianza.

Sinónimos destilados del orgullo

para llamar incrédulamente a una coraza

en mí.

Era lo que eran mis manos.

Ingenuamente,

con demasiada expectativa

y poco respeto por mi humanidad.

Las vi inquebrantables.

Podría con ellas acabar todos los males en mí.

Desmontar un CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora