No somos y no seremos...

Carta #3

Miradas...

¡Te encontré!, una vez más en esa jodida playa. Un atardecer de aquel viernes, el lugar estaba solitario y estabas en el mismo sitio que siempre. Con tu cachorro, que perseguía una pequeña pelota verde, la cual arrojaste y callo justo en mis pies. No pude evitar sonreír y por dentro estar gritando: <<¡¡¡NO ESTAS LOCA!!>><<¡es real!.>>

Sin pensarlo me acerque a ti y lance la pelota, haciendo que tu cachorro corriera detrás de ella. Estaba nerviosa por verme tan ansiosa o urgida como bien se dice ahora. Pero tenía que intentarlo.

Estaba casi segura de que habías olvidado lo que sucedió aquel día, pero no....

— Gracias por ayudarme y evitar que no pasara vergüenzas —  te pusiste de pie y me tendiste tu mano.

— De nada — sonreí.

Me preguntaste mi nombre, y quedaste sin palabras. Segundos después volviste a sentarte y anotaste algo en tu libreta. Me asuste pensé que había cometido algún error. Tú perro llego enseguida y robo una de tus libretas en la cual habías anotado, lo perseguiste hasta poder recuperarla. No pude evitar tomar sin permiso aquel libro de pasta café con los bordes dorados que decía: "poemas". Me paralice por momentos indefinidos.

— Me gustan los poemas y este es muy bueno — me señalaste el libro.

— Es verdad  — recorrí el libro con la vista...

— Es un poco antiguo. Era de mi hermana... — respondiste sin poder mirarme.

Fue ahí donde supe que estabas igual de roto que yo. Tú hermana había fallecido y era parte importante en tu vida, nunca te dije lo que realmente quise decir en ese momento.

Un lo siento no es suficiente para hacer sentir mejor a una persona, que ha perdido la mitad de su vida. Que siente la ausencia todos los días y que lo menos que espera es un lo siento cada vez que sale a la luz este tipo de cosas.

Las personas que nos rodean son importantes. Compartir momentos con ellos. Hacen de nuestra vida especial e inigualable a ninguna otra, nos regalan sonrisas que alimentan el alma, pero también... Cuando los vemos partir se llevan...sonrisas...alegrías... Todo. Después de eso, cuesta y es muy complicado levantarse, te entiendo y no te juzgo, está bien no decir nada en esos momentos.

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