No somos y no seremos...

Carta #6

Depresión...

Estaba sin motivación, en blanco y sin apoyo aparente. Nunca me he dejado ayudar por nadie. No sabía nada de ti, las cartas llegaban a casa recurrentemente. Pero estaba tratando de no volver a caer una vez más a ese vacío del que me costó tanto salir. La medicina era simple: perderme el tiempo que fuera necesario hasta sentirme un poco mejor.

Mi mente era un caos y eso se refleja en las cosas que me rodean, llevo dentro de mi habitación acerca de cuatro días, después de esa cena. Y no he tenido el valor suficiente para limpiar mi desastre de ropa.

Iana ya lo sabía, por eso no hace mucho acto de presencia. Hasta que sea yo quien la busque, aunque dudaría que en este momento estuviera disponible, recuperarse de un corazón roto era complicado. La depresión estaba más presente en mi vida que cualquier otra persona, esa sensación de sentirme cansada y miserable todo el tiempo, tal vez no tengo una razón, pero me pasaba muy seguido y no sabía cómo controlarlo más que tomarme mi tiempo.

Alguien golpeaba con fuerza la puerta principal, lo cual me hizo dejar de mirar la montaña de ropa que estaba encima de mi escritorio y me trajo de regreso. Abrí la puerta despistada sin pensar que eras tú, Nils.

Al parecer eras bueno encontrando algo cuando en realidad querías. Dos cajas de pizza, un jugo de naranja y una guitarra eran tus aliados, aunque me sintiera de la mierda eso me hizo estar un poco en la tierra y dejar de divagar.

Lo más extraño que teníamos era que cada encuentro era a los últimos rayos del sol. Té dirigiste hacia mi tejado sacando la pizza y acomodando todo, me senté a un lado tuyo observando el mar y como el sol se escondía entre algunos árboles de la calle.

—Aquella vez...que nos vimos estando sobrios los dos, estaba escribiendo una canción, la termine y después desapareciste sin avisar.

Como podía decirte que eso es un acto normal de mi...huir de algo cuando no puedo luchar, de sentirme menos en algo o para alguien. Tomaste tu guitarra, y la canción era una introducción de ti hasta el momento en que coincidimos ese día describiéndome como la chica de cabello rebelde y poética salida de la nada. Contando que las coincidencias no eran como tal: "encuentros con personas extrañas que dejan vacíos" si no con: "personas destinadas a dejar huella, a ser temporalmente parte de nuestra vida".

Descubrí tu pasión por escribir y el amor que le tenías a la música. Aun se te sigue dando...¿igual de bien verdad?

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