Capítulo cinco

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La pequeña princesa lloraba como si su vida dependiese de ello, sus lloriqueos y lamentos llegaban más allá de las paredes de piedra, logrando despertar a la reina.

—Mi reina. —exclamó una doncella asustadiza, la reina no vestía más que su bata transparente y una bata azuleja, con rostro adormecido y expresiones cansadas. —no debería de estar aquí.

—Rhaenyra es mi hija. —murmuró, llevándose a la menor a su pecho, pasando sus dedos por el frondoso y lacio cabello de su hija. —es mi deber cuidarla.

—Pero las nodrizas...

—No confío en las nodrizas, tú tampoco deberías, eres mi doncella de confianza.

—Lord Mano...

—Lord Mano es un hombre desesperante y con lealtad flaquenate en un hilo de arañas, no me fío de él, no tiene porqué opinar sobre la vida y crianza de mi hija.

—Lord Mano dijo que debía descansar por su embarazo.

—Acabo de tener el alumbramiento de Rhaenyra, no estoy encinta.

—Mi reina...

—Sé que se refiere a un nuevo heredero, acabo de tener el alumbramiento de mi hija, no me puedo permitir otro embarazo, ni otro alumbramiento.

—Mi reina, la niña se parece mucho a usted.

—El tío Baleon llegará a conocerla, mi madre y él eran... relativamente cercanos, podrá decirnos sí se parece a mi madre.

—¿La princesa Daella?

—Umh.

—Recuerdo que todos lloramos su muerte, era una gran mujer.

—Le dieron a elegir entre tres lores, finalmente escogió a mi padre, rechoncho, calvo y barrigudo, pero amable y gentil. , aunque le llevase veinte años y ya tuviese cuatro hijos, ella quería ser la madre de esos niños.

—¿Cómo era ella?

—Creció siendo una niña delicada y tímida, se atemorizaba fácilmente y era pronta al llanto, pronunció su primera palabra casi a los dos años y aun después hablaba frecuentemente despacio. Seguía a su hermana, mi tía bisabuela Maegelle donde fuera, adoraba a mi bisabuela, pero parecía aterrada de la tía Alyssa, en presencia de niños mayores, se ruborizaba y ocultaba su rostro, tuvo un gatito lo adoraba hasta que la arañó, luego de eso no volvió a acercarse a un gato. Los dragones, incluso Silverwing le aterraban, tenía una voz melodiosa, pero le daba miedo cantar y siempre se equivocaba con la letra. Le encantaban las flores, pero le daban miedo los jardines porque en una ocasión había estado a punto de picarla una abeja.

—Sabe mucho de su madre. ¿No es así, mi reina?

—Me gusta escuchar de ella, me hace creer que aún la tengo cerca.

—¿Tiene medios hermanos? ¿Se hablan?

—Mis hermanas, Amanda y Elys y dos hermanos, nos hablamos, continuamente.

—¿Hace cuánto murió la princesa Daella?

—Falleció hace unos quince años.

—¿Cree qué se parezca a la princesa?

—Rhaenyra será la delicia del reino en unos años, su mirada desborda picaría.

—Mi reina, la princesa se ha dormido.

—Dioses, no lo había notado. —dijo, colocando a su primogénita en el moisés. —sí Rhaenyra vuelve a despertar, toca mi puerta.

—Descuide mi reina, dudo que la princesa vuelva a despertar molesta.

(...)

Mentiría sí dijera que esa noche logró dormir, sus senos dolían con cada roce que obtenía, Viserys insistía en abrazarla, algo que le dolían como los Siete infiernos.

Hasta que finalmente había amanecido, los primeros rayos del sol se hicieron presentes en la habitación de los reyes, Evyson dormía ligeramente cómoda, por un lado dormía con seguridad de saber que Rhaenyra estaba bien, por otro, temía por el deber de darle un heredero varón al rey, ella estaba completamente dichosa con el alumbramiento y la vida de su preciosa niña, sin embargo, desgraciadamente, los chismes eran rápidos, y no tardarían en pedirle un heredero a la reina, después de todo, ese era su labor.

(...)

Evyson hablaba con su hija, enseñándole distintas palabras mientras la menor la miraba con atención.

Ao issi rhaenyra targārien arryn, ēlī hen aōha brōzi. Gōntan nyke explain nykēla. —eres Rhaenyra Targaryen Arryn, primera de su nombre. ¿Me explique bien?

—No creo que sea conveniente enseñarle Alto Valyrio a la princesa, mi reina.

—Lo es, Rhaenyra posee sangre valyria, debe de practicar.

Otto la miró, su cabello lacio suelto, con cabello tomado de sus extremos, evitando que le perjudicará la vista, junto a un vestido celeste, un collar con un zafiro en medio hecho con acero valyrio, unos aretes con una pequeña perla azul en ellos con oro y un anillo, con negro y azul mezclados en el dedo del medio, adornaban a la reina Evyson.

—¿Desea algo más, lord Mano?

—No, mi reina, sólo deseo comunicarle que mi esposa desea verla, ella pregunta sí puede hacerle compañía.

—Lynesse puede venir cuando así lo desee, lord Mano.

—También pregunta sí Alicent y la princesa Rhaenyra podrían compartir momentos unidas, ella cree que ustedes son amigas.

—Lo somos, también me gustaría que Rhaenyra fuese amiga de su hija, lord Mano.

—Me alegra escuchar eso, mi reina, enseguida, lady Lynesse vendrá.

Evyson asintió ante la conversación de Otto, esté hizo una reverencia y se retiró de los jardines en donde la reina hablaba con su hija, la cual tenía un vestido rojizo, junto a unos zapatos iguales, escuchando atentamente las palabras de su madre.

Bona vala iksos olvie clumsy se evil nyra, va moriot umbagon qrīdrughagon hen zirȳla, nyke jāhor va moriot gūrogon care hen zirȳla se everyone. Explain naejot issa, honey? —ese hombre es muy torpe y, malvado Nyra, mantente siempre alejada de él, siempre te voy a cuidar de él y de todos. ¿Me explique cariño?

La pequeña asintió como si entendiese las palabras de su madre, quien después de eso, atrajo a la niña hacía su pecho, mientras esperaban a las dos mujeres.

—Mi reina, disculpe la tardanza.

—Descuida, has llegado.

—Oh, la princesa es hermosa.

—Tiene rasgos valyrios. —sonrió, tiempo después, observó a la niña pelirroja que miraba a su hija.

La niña pelirroja, la cual debía ser la hija de Otto miraba con ojos abiertos y curiosidad a la niña en frente de sí, sus ojos castaños seguían a la niña peliblanca por donde fuese.

—Espero que sean amigas, mi reina.

—Ojalá sí, lady Lynesse.

𝐐𝐔𝐄𝐄𝐍 ─ 𝐕𝗂𝗌𝖾𝗋𝗒𝗌 𝐓α𝗋𝗀α𝗋𝗒𝖾𐓣 Where stories live. Discover now