Capítulo siete

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Cuando la pequeña princesa Rhaenyra cumplió su cuarto año, su madre la llevó al Valle Arryn, en dónde su tía Aemma la esperaba, al verla, sonrió, tomándola en brazos.

Ambas vestían con telas celestes, y el cabello suelto, Rhaenyra tenía una leve trenza, mientras que Evyson tenía un vestido celeste, ligeramente pegado al cuerpo.

—¡Mi dulce hermana! —Aemma sonrió. —¿Cómo ha sido la vida en Desembarco?

—Aemma. —Evyson sonrió. —ha sido gratificante, aunque tu ausencia me es una tortura.

—Perdóname hermana. —Aemma dijo, jugando con Rhaenyra. —¿Y está preciosa niña de dónde salió? No creo que sea de Viserys, es muy linda para serlo.

—Evyson rió sin gana alguna. —cuidado, las piedras del castillo tienen oídos, apellidados Hightower.

—Ay no. ¿Otto volvió a molestar?

—Nunca deja de hacerlo. —Evyson suspiró, mirando como Rhaenyra miraba con curiosidad el Valle.

—¿Por qué no vas a conocer el Valle, cielo? —Aemma preguntó, la menor la miró, mirando a su madre quien asintió, la peliblanca le sonrió a su tía, alejándose de ahí.

—Ser Harold, por favor acompañe a la princesa Rhaenyra. —la reina declaró y el hombre asintió, yendo detrás de la princesa.

—¿Cómo estás?

—Ya es el sexto bebé que pierdo. —murmuró Aemma, notablemente decaída.

—Mi dulce hermana...

—¿Qué hay de mal conmigo? He intentado ser madre, lo deseo, tú no lo deseabas, y lo eres... —Evyson sabía que su hermana no lo decía con intenciones, pero estaba dolida. —cada que estoy encinta le cuento a Garret y él se emociona, y cuando los pierdo no lo demuestra pero sé que le duele, odio no poder cumplir mi deber. Quiero ser mamá. ¿Por qué no puedo serlo?

—¿No has pensado qué tal vez tu vientre no es compatible con el de Jaret? Su semilla posiblemente no te sea compatible.

—Tú quedaste encinta de Viserys desde el primer momento. ¿Qué hiciste?

—Aemma...

—Quería pedirte que Rhaenyra se quedase en el Valle, aunque sea unos días.

—Aemma...

—Es tu hija y sé que debes de protegerla pero...

—¡Aemma! Estoy de acuerdo contigo, quiero alejar a Rhaenyra de la Corte y las víboras Hightower y los lameculos de la Corte Verde.

—¿Corte Verde? ¿Hay dos Cortes?

—No tienen que haber, pero hay quienes no están contentos con que Rhaenyra sea mujer y quieren forzarme a tener otro hijo, o que Viserys tomé una segunda esposa.

—¿Conspiran a tu favor?

—En mi contra.

—¿Entonces quieres alejar a Rhaenyra?

—Hmm, lo mejor para Nyra sería alejarla de esas personas un tiempo, temo que Otto Hightower hable con Mellos y envenenen a Rhaenyra.

—Pero Rhaenyra es la princesa, hija de los reyes, si la envenenan sería una traición.

—A Otto Hightower no le importa, Aemma, se le olvida que es la Mano y cree que es Champiñón, hablando de todo... quiero proponerte algo.

—Te escucho.

—Sí tienes un hijo con Viserys...

—¡No, no, no! —Aemma miró a la menor, como si hubiese enloquecido. —no te voy a traicionar, ni a ti ni a Garret.

—Escúchame...

—¡No! No te voy a traicionar, mi deseo de ser madre no se compara con mi deseo de estar junto a ti siempre.

—Aemma...

—¡No! yo...

—¡Aemma escúchame! No me refiero a que te acuestes con Viserys.

—Nunca lo haría.

—Me refiero a que te daré un hijo mío.

—¿Qué?

—Tendré al segundo heredero de Viserys, pero mi tercer bebé, tú lo cuidarás, será tu hijo, tuyo y de Garret.

—Yo no podría hacer tal cosa, no podría dejar a ese bebé sin su verdadera madre.

—Aemma, escúchame. Quieres tener un hijo, y lo tendrás, nadie notará que estoy encinta y...

—Evyson, entiendo que me ames, pero ese niño sería tuyo, no mío, quiero un bebé, mío y de Garret. Quiero un bebé producto de nuestro amor... somos el primer matrimonio que no están juntos por política, realmente nos amamos. Tanto como mamá y papá.

—¿Tanto cómo ellos?

—Deseo ir a Dragonstone. —murmuró Rhaenyra, volviendo, su cabello estaba alborotado y tenía una mirada deprimida.

—¿Mi niña, qué sucedió?

—¡Los niños dicen que papá no me querrá cuando mi hermano nazca! ¡Quiero volver a Dragonstone y demostrarles que eso no es cierto! Mi papá sí me quiere. ¿Verdad mamá?

—Evyson se agachó ante su hija, tocando su barbilla. —tu padre y yo te amamos mi pequeña princesa, no escuches a las bocas necias, ellos saben quién eres y cuanto vales, eres la hija de los reyes, heredera al Trono de Hierro, ellos aún no comprenden porqué son niños, pero todos nos arrodillaremos ante ti, mi hija. No permitas que sus palabras tengan peso sobre ti. Eres una Targaryen, y eso es todo lo que importa. ¿Comprendes? Ahora, iremos a tus aposentos y te cambiarás, tenemos una cena más tarde.

—Sí quieres yo puedo llevarte Nyra, tu mamá siempre se perdía en el Castillo.

—Mentira, yo conozco el Castillo de ladrillo a ladrillo.

—Sus ladrillos pero sus pasillos no. —Aemma dijo y Evyson rió. —ven cariño, vamos a cambiarte y a prepararte.

Mientras Evyson miraba como su hermana caminaba con su hija, un sentimiento de vacío no pudo evitar colocarse en su corazón.

Su hermana deseaba tener un hijo, mientras ella constantemente repudiaba a Viserys por su pensamiento.

¿Y sí Aemma y Viserys hubiesen sido los padres de Rhaenyra y ella hubiese sido su tía? ¿Cómo estaría todo? ¿Cómo sería todo?

𝐐𝐔𝐄𝐄𝐍 ─ 𝐕𝗂𝗌𝖾𝗋𝗒𝗌 𝐓α𝗋𝗀α𝗋𝗒𝖾𐓣 Where stories live. Discover now