Enid, la fantasma amistosa - Wenclair

2.- La herencia.

Varios años después y lejos de nuestro primer encuentro, en una pequeña y lujosa oficina de la ciudad, dos personas se encontraban escuchando con escaso interés a un tercer hombre que con aire cansado iba recitando un listado que parecía no tener fin.

— ... y para la fundación "Salven a los delfines" once millones de dólares, a la "Sociedad de Pumas desamparados" un millón doscientos mil dólares, al "Fondo para salvar a la avispa patagónica" un millón cuatroscientos mil dólares, a la "Fundación de los dálmatas disléxicos cuatro..."

— Al diablo con los animales, que me dejó el viejo decrépito a mi. —interrumpió la mujer exasperada mientras apagaba su cigarrillo sobre la mesa.

— Ejem, yo creo que lo que trata de expresar la afligida es que la muerte repentina de su único padre le ha dejado un enorme vacío en su cuenta... digo en su vida y Thornhill se pregunta que le ha dejado para "sobreponerse"

— Déjeme ver... —el hombre volvió a revisar los documentos pasando una página tras otra— panteras... lechuzas... serpientes... hija Marilyn Thornhill.

Los interlocutores intercambiaron miradas, quizás por fin esa era la oportunidad que esperaban para conseguir el tan esperado dinero.

— Mansión Sinclair en San Francisco —sentenció empezando a guardar los documentos.

— ¿Y...?

— Y se me está haciendo tarde para almorzar, disculpen. —continuó guardando sus documentos.

— ¿Me está diciendo que pasé los últimos días sosteniendo su mano fría y sudorosa esperando que estirara la pata para que me dejara una casa asquerosa? —Marilyn no podía creer lo que escuchaba.

— Era asquerosa hace 50 años, ahora está clausurada. Que la disfrute. —el hombre le alcanzó los papeles y se dirigió a la salida.

— ¡Un momento! ¡No es justo! —se levantó de golpe dirigiéndose al tipo— ¡Impugnaré! Y lo llevaré a todos a juicio.

El hombre permaneció imperturbable ante sus gritos.

— Haga lo que le parezca. —le cerró la puerta en la cara.

La mujer se volteó echa una furia hacia el otro hombre, casi avalanzándose sobre él

— ¡Tyler! Todo esto es tu culpa, como siempre. Si hubieras falsificado ese maldito testamento

— Pero Marilyn. —el joven ayudante ahora se encogio sobre su asiento evitando mirarla a los ojos mientras examinaba los papeles— Está en ruinas si... ¡pero está cerca al mar!

La mujer le arranchó los documentos frustrada y caminando hacia la chimenea continuó quejándose.

— Oh Tyler ¿no entiendes? ¡Le dejó más dinero a Jorge el Curioso que a mi! —y sin pensarlo dos veces arrojó los papeles a las llamas.

— ¡Marilyn! ¡La escritura está ahí!

Tyler se levantó exaltado y fue corriendo para rescatarlos del fuego, mientras intentaba retirar uno a uno los papeles pudo notar como a través del calor una letra diferente a la original se asomaba a brillando con un rojo intenso.

— Bucaneros y doblones de oro... la Mansión Sinclair tiene oculto un gran tesoro —leyó a duras penas.

— ¿Un tesoro? Tyler ¡idiota! Sácalo.

El joven intentó meter las manos al fuego y a duras penas retiró los restos, apagándolo entre soplidos y pequeños golpes. La mujer lo miró perdida en sus propios pensamientos.

— Yo sabía que ese lugar tenía algún valor, hay un tesoro en esa casa y al fin podre obtener lo que merezco.

— Marilyn —Tyler miró sus mano cocida por las llamas— creo que necesito un médico.

— Hay montones en San Francisco. 

Y tomándolo con fuerza por la mano lastimada salieron del lugar.

OFF: 

¡Segundo capítulo!

Como les conté esto al ser una adaptación tendrá caps cortos y continuos :3 

Un saludito a todos los que llegaron a este AU, espero que puedan disfrutarlo tanto como disfruto yo escribiéndolo <3