5.- Amor a primer desmayo.

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Los Addams llevaban más de día y medio de viaje luego de un par de paradas para poder descansar y comer, con un vehículo lleno de maletas la pareja de padre e hija viajaban únicamente acompañados por el sonido de la radio que en ese momento del día mantenía bastante distraído a Homero.

Wednesday, que llevaba escuchando la misma emisora desde el día anterior se hartó y apagó abruptamente la música, justo cuando su padre se disponía a cantar.

Oh cariño, lamento lo de tu Academia, no importa lo que digan, no eres una demente, eres la imagen del sano juicio.

Estaban refiriéndose a ti —cortó su hija— me tiene sin cuidado que hablen de mí, pero imagina explicar la terapia de la otra vida a estudiantes de secundaria.

Hay gente que va por la vida sin cuestionarse las normas, pero tú y yo estamos haciendo algo extraordinarios con nuestras vidas.

No... tu y yo no hacemos nada. Tú eres el que siempre está empacando mi ropa y llevándome por todo el país. En dos años he ido a nueve escuelas distintas, he comido en un total de nueve cafeterías distintas y ni siquiera puedo recordar el nombre de ninguno de esos lugares.

Mi pequeño tesoro, todo irá bien. Y harás muchos amigos, además.

No me interesan los amigos, pero tú si deberías conseguirte uno, un soltero de tu edad es más fácil que seas rehén en un asalto que hacer amigos.

Me recuerdas a tu madre —dijo entre risas Homero.

No la encontrarás, mi madre no es un fantasma.

Si, lo es. Tiene asuntos pendientes. —el hombre adoptó una postura seria.

No existen los fantasmas —finalizó resuelta la joven, a lo que su padre reaccionó frenando casi en seco.

Mira, hagamos un trato. Tú vienes conmigo una última vez y si no encuentro lo que estoy buscando se acabó, se acabaron las mudanzas y los fantasmas.

¿Lo prometes? —la morena alzó una ceja algo dubitativa ante la repentina propuesta.

Lo prometo.

Su padre sonrió seguro de su respuesta y piso el acelerador para continuar con la ruta, aún quedaba medio día más de viaje.

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Llegaron a la Mansión aún con el sol brillando en lo alto pero con gran parte del día consumido, el sitio se veía completamente tenebroso para esa hora del día.

Vaya... no está tan mal. ¿No crees?

Si eres Stephen King, tal vez —comentó Wednesday observando el sitio en pleno.

El auto de Marilyn llegó casi de inmediato y bajaron para hacer las presentaciones formales.

Hola, soy Marilyn Thornhill, propietaria de este lugar —el chico carraspeó detrás de ella— y este es Tyler.

Hola, soy Tyler —extendió su mano— amigo íntimo y personal.

La joven intentó reprimir un sonido de risa y el padre se apresuró a presentarla.

Enid, la fantasma amistosa - WenclairDove le storie prendono vita. Scoprilo ora