Los Addams llevaban más de día y medio de viaje luego de un par de paradas para poder descansar y comer, con un vehículo lleno de maletas la pareja de padre e hija viajaban únicamente acompañados por el sonido de la radio que en ese momento del día mantenía bastante distraído a Homero.
Wednesday, que llevaba escuchando la misma emisora desde el día anterior se hartó y apagó abruptamente la música, justo cuando su padre se disponía a cantar.
— Oh cariño, lamento lo de tu Academia, no importa lo que digan, no eres una demente, eres la imagen del sano juicio.
— Estaban refiriéndose a ti —cortó su hija— me tiene sin cuidado que hablen de mí, pero imagina explicar la terapia de la otra vida a estudiantes de secundaria.
— Hay gente que va por la vida sin cuestionarse las normas, pero tú y yo estamos haciendo algo extraordinarios con nuestras vidas.
— No... tu y yo no hacemos nada. Tú eres el que siempre está empacando mi ropa y llevándome por todo el país. En dos años he ido a nueve escuelas distintas, he comido en un total de nueve cafeterías distintas y ni siquiera puedo recordar el nombre de ninguno de esos lugares.
— Mi pequeño tesoro, todo irá bien. Y harás muchos amigos, además.
— No me interesan los amigos, pero tú si deberías conseguirte uno, un soltero de tu edad es más fácil que seas rehén en un asalto que hacer amigos.
— Me recuerdas a tu madre —dijo entre risas Homero.
— No la encontrarás, mi madre no es un fantasma.
— Si, lo es. Tiene asuntos pendientes. —el hombre adoptó una postura seria.
— No existen los fantasmas —finalizó resuelta la joven, a lo que su padre reaccionó frenando casi en seco.
— Mira, hagamos un trato. Tú vienes conmigo una última vez y si no encuentro lo que estoy buscando se acabó, se acabaron las mudanzas y los fantasmas.
— ¿Lo prometes? —la morena alzó una ceja algo dubitativa ante la repentina propuesta.
— Lo prometo.
Su padre sonrió seguro de su respuesta y piso el acelerador para continuar con la ruta, aún quedaba medio día más de viaje.
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Llegaron a la Mansión aún con el sol brillando en lo alto pero con gran parte del día consumido, el sitio se veía completamente tenebroso para esa hora del día.
— Vaya... no está tan mal. ¿No crees?
— Si eres Stephen King, tal vez —comentó Wednesday observando el sitio en pleno.
El auto de Marilyn llegó casi de inmediato y bajaron para hacer las presentaciones formales.
— Hola, soy Marilyn Thornhill, propietaria de este lugar —el chico carraspeó detrás de ella— y este es Tyler.
— Hola, soy Tyler —extendió su mano— amigo íntimo y personal.
La joven intentó reprimir un sonido de risa y el padre se apresuró a presentarla.
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Enid, la fantasma amistosa - Wenclair
Storie d'amoreAU - Adaptación de la película Casper - Gasparín Wednesday llega a la mansión Sinclair acompañada de su padre Homero Addams, un experto en contactar con seres cuyos asuntos pendientes evitan que puedan cruzar hacia el más allá. Y la mansión de los S...