Hora De Saldar La Deuda

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Campamento de entrenamiento militar, Glasgow, Escocia.

—¡Arriba! ―Los gritos de las instructoras despertaron al instante a las cabos. ―No han venido aquí para dormir largas horas y cuidar de su belleza. ―Los golpes en los barrotes de las camas hicieron su trabajo, las chicas saltaron de inmediato para alistarse. ―Tienen tres minutos señoritas, tres minutos y quien no esté preparada la utilizaremos como blanco en la practica de disparos.

―¡Ya, ya, ya! ―Gritó otra cerca del oído de unas cuantas. ―Muevan esos traseros, malditas holgazanas, ¿Es así como piensan defender a su país? ―Se detuvo frente a una de las chicas. ―¡Péinese Robertson! ―La chica rápidamente se recogió el cabello en un moño lo más rápido y lo mejor que pudo. ―¿Acaso está cansada Robertson? ―La chica completamente firme y mirando al frente a pesar de que su superior le está gritando a la cara dibujó una pequeña sonrisa.

―No señor, estoy descansada y lista para graduarme.

―¿Crees que será fácil? ―Volvió a preguntar la mujer en un grito.

―No señor, pero valdrá la pena. ―La mujer finalmente la dejó en paz y dejó continuar a su compañera.

―La mayoría de ustedes se graduaron ayer de la fuerza aérea, quizás quieran volar avioncitos y disparar desde el cielo, pero mientras no se gradúen como soldados vivirán el infierno que yo quiera, ¿Lo han entendido?

―¡Sí, señor! ―Las mujeres terminaron de alistarse en tiempo récord. ―Hoy llevarán a cabo una misión y de ello dependerá quien sale de aquí siendo un soldado y quien se quede como una maldita perdedora.

―¿Qué esperan? ¡Avancen, ya! ―Todas iniciaron a salir de la habitación con las instructoras gritando e insultándolas.

Nancy maldijo una vez llegó al campo de entrenamiento, decidieron celebrar que son pilotos y olvidaron por completo que les esperaba la peor de las pruebas antes de finalmente graduarse como soldados de las fuerzas armadas.

―Hace un año ustedes dieron el paso para convertirse en miembros de la fuerza armada militar mas efectiva del mundo. Los mejores soldados iniciaron aquí y ahora es su deber honrar ese esfuerzo demostrando que son mejores. ¿Lo han entendido?

―¡Sí, señor! ―Respondieron hombres y mujeres a la par.

―¡Díganlo con convicción!

―¡Sí, señor! ―Gritaron con más ánimos.

―¿Listos para ser los mejores militares que hayan pisado este mundo?

―¡Sí, señor! ―El hombre relajó el gesto, es el mejor equipo que ha entrenado y los resultados son favorables.

―Cuando llegaron aquí no eran mas que un montón de estúpidos temerosos a lo que podía pasar, pero hoy me demostrarán que no son mas que hombres y mujeres capaces de dar la vida por su nación. ¿Quién teme dar la vida por su nación?

―¡No merece ser tratado con respeto! ¡Vencer o Morir! ―El hombre sonrió por la fuerza con lo que dijeron el lema militar.

―Cuatro equipos y cuatro lideres. ―Inició a caminar con las manos detrás. ―Realizarán la mayor prueba de campo que han visto hasta ahora, quien falle, pierde, quien pierde, no saldrá de aquí hasta que me demuestre su capacidad de ser un verdadero soldado. ―Se detuvo para mirarlos al frente. ―Dankworth, Graham, Gray y Duncan, ustedes cuatro serán los lideres de los equipos.

―Por supuesto, la mimada siendo líder. ―Bufó uno de los hombres.

―¿Algo que decir Gray? ―El instructor miró al joven.

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