《 Adiós mi amor 》
Wei WuXian siempre odio las despedidas.
¿Por qué el destino lo fuerza a hacerlo?
Acaso es tan malo la felicidad de uno.
Desde ese día en ciudad sin noche, Wei Wuxian no volvió a ser el mismo, había perdido todo.
Ya nada importaba...
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En ese mismo momento, llegó Jiang Cheng.
Había tratado de ser paciente y esperó por resultados en Los Pies de Buda, pero antes de terminar una sola taza de té, un discípulo que corría desde la montaña velozmente llegó y le contó lo poderosa y cruel que era la criatura de la montaña Dafan. Al escuchar esto, su corazón dio un salto y a toda velocidad volvió a la montaña. Gritaba: "¡A-Ling!"
Jin Ling casi había perdido su alma tan solo unos momentos atrás, pero ahora ya estaba bien, así que se paró con rectitud y respondió: "¡JiuJiu!"
Al ver que Jin Ling estaba a salvo, Jiang Cheng por fin se calmó. Rápidamente después, lo reprendió : "¿No te dije que trajeras contigo señales de fuego? ¿Acaso no sabes que debes usarlas cuando te encuentras con algo como esto? ¿Para quién pretendes hacerte el fuerte?"
Jin Ling, que también estaba enojado por no haber capturado a la Diosa devora almas, respondió: "¿No fuiste tú el que me dijo que debía capturarla? ¿Y que, si no la atrapaba, mejor no volviera?"
Jiang Cheng en verdad quería darle una cachetada al mocoso malcriado que fuera tan fuerte que lo enviara de vuelta al estómago de su madre. Sin embargo, hacer tal cosa solo causaria que su amada hermana y la madre omega de su sobrino nunca lo dejaran en paz. Solo pudo girarse hacia los demás cultivadores que yacían en el suelo y les habló satíricamente: "¿Qué cosa en esta tierra los venció en una forma tan digna?
Entre los cultivadores que vestían ropas de diferentes colores, había un puñado de ellos que pertenecían a la secta YunmengJiang, dirigida por Jiang Cheng, que estaban ahí para asistir secretamente a Jin Ling en caso de que no pudiera con la misión. Siendo Jiang Cheng un líder bastante responsable, debía llegar a esos extremos. Un cultivador aún no superaba la sorpresa: "Líder...Líder de secta... Era... Era Wen RuoHan..."
Jiang Cheng pensó que había escuchado mal: "¿Qué fue lo que dijiste?"
La persona respondió: "¡Wen RuoHan ha vuelto!"
En un instante, sorpresa, disgusto, ira e incredulidad, todas esas emociones, cruzaron el rostro de Jiang Cheng.
Después de un largo rato, por fin habló amargamente: "Esa cosa quedó hecha polvo en frente de todos ¿Cómo es posible que esté de regreso?"
El discípulo habló: "¡En verdad era Wen Ning! ¡No hay forma de que nos hayamos equivocado! ¡Es imposible que lo hayamos confundido!"
De improviso, apuntó hacia el lado de Lan WangJi: "... ¡Él fue el que lo invocó!"
Lan WangJi aún estaba en un tira y afloja con Wei Wuxian. Instantáneamente, se convirtieron en el centro de atención. La mirada penetrante como un rayo de Jiang Cheng también se movió hacia donde ellos estaban.
Después de unos segundos, las esquinas de los labios de Jiang Cheng se torcieron en una sonrisa. Inconscientemente su mano izquierda empezó de nuevo a acariciar el anillo. Habló suavemente: "... Bien, bien. Así que, ¿Estas de vuelta?"
