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Jodie:

—¿Un perro?

—Es exactamente lo que ves

—¿Y por... qué?

El piensa decir y cuando lo hace, creo que no lo pensó mucho. —Un guardián.

—Es un cachorro. —¿Qué no ve?

—Es bueno, así tendrás todo el tiempo para entrenarlo, además te matara el aburrimiento.

Miro al pequeño animal.

—¿Y era el único que había? ¿Por qué no un yorkshide o un pomerania?

—Es un labrador, un yorkshide no podrá defenderte.

Suspiro.

—Es un Golden. —Le corrijo.

—¿Qué?

—Un Golden no un labrador, son muy apacibles.

Frunce el ceño.—Todo perro tiene su carácter si lo entrenas.

Me agacho a levantar al can.

¿De verdad esta cosa puede ser peligrosa?

—¿Por qué? —Me vuelvo hacia él.

—¿Por qué, que?

—¿Por qué hiciste eso?

—Ya lo dije, Jodie, matar el aburrimiento.



(***)



—¿Labrador? —Sujeto al perro, acercándome donde está. —¿Cómo pudo confundirte con un labrador?

Vuelvo a colocarlo en el suelo y me voy a la cama, mala idea.

El cachorro camina hacia mí y se para en dos patas queriendo subir.

—No.

Me ladra.

Frunzo el ceño, intenta subir y lo alejo con mi pie.

—Tu lugar es el suelo.

No me deja en paz y me irrito, termino bajando las escaleras y voy por un vaso de agua, para mi sorpresa, cuando me giro otra vez está ahí.

Mierda.

Me vuelvo hacia los guardaespaldas.

—Creo que tiene hambre, denle de comer.

Vuelvo a beber otro sorbo y al bajar el vaso de mis labios ninguno de los dos se ha movido, frunzo el ceño y me acerco a ambos.

—Hey, dije...

—Lo sentimos. —Finalmente habla uno de los dos robots. —Tenemos ordenes de no...

¿Ordenes de quie...?

No me jodas...

—Yo soy la hija de sus jefe ¿Por qué le hacen caso a...—No van a moverse, me quedo claro.

Reniego unos segundos y voy a la cocina de regreso, hay croquetas, también patee, tomo una cuchara y abro la lata, combino todo antes de ponerlo sobre el plato en el suelo.

Dejo al animal y subo a descansar.



(***)

El Desastre de JodieWhere stories live. Discover now