𝙲𝚞𝚊𝚛𝚎𝚗𝚝𝚊 𝚢 𝚜𝚒𝚎𝚝𝚎

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Narra Charlie.

Estos pocos días fueron fantásticos, dos semanas en donde realmente me sentí enamorado por una vez en mi vida, y Adaliah era la responsable de eso.
Si quitamos el accidente que hubo con mi familia cuando nos vieron prácticamente en pleno acto, podemos decir que lo disfrutamos: nos conocimos, la lleve a mi trabajo y a conocer, volví a intentar que me gustara el café, (no lo conseguí) y le enseñé muchas cosas a Adalia en la cama, creo que aprendió algunas cosas que a mi me gustaban, y yo aprendí unas que a ella le encantan.

Pero como todo lo bueno tiene su fin.

Ella debe volver a la escuela.

Así q use yo estaba en la sala con sus maletas, ellas se estaba colocando su uniforme en el cuarto. Con cuidado sin que viera le metí un pequeño pastelitos y unos insectos en su bolso de mano. Tome a oreo y lo vi.

—Más te vale cuidarla, ahora es de los dos.

El parecía que me entendió, ya que movió su cabeza cuando vi a Adaliah con su uniforme. Su camisa blanca tenía dos botones desabrochados y su corbata de vez de estar en su cuello, se encontraba atando su cabello en una cola y la falda, dos dedos por encima de la rodilla resaltaba con sus medias blancas largas y sus zapatos de tacón.

—Ya estoy lista.—dijo ubicándose a mi lado, en donde pude ver que sus labios brillaban por el brillo que tenía.

Yo con cuidado tome su mano.

—Si me hubieras dicho que su uniforme se te veía así de sexy, te hubiera dado duro con el puesto.

Ella se sonrojó y bajo la cabeza, dándome un manotazo en el pecho.

—Charlie...—no sabía que decir.

Yo sonreí y tome sus cosas mientras abría la puerta.

—Vamos cariño, no queremos que te deje el tren.

Narra Adaliah.

Estábamos en las chimeneas, en el mismo lugar donde llegue hace ya 2 semanas.

—Supongo que ya debo irme.—dije viendo a Charlie a los ojos.

—Si, no quiero que te vayas.

—Yo tampoco quiero irme.—dije acercándome amas a él.—¿Me vas a escribir?

—Cada día.—el me tomó de la cara.—Dalia, se que tienes miedo por si te cambio por otra mientras no estás conmigo, pero quiero que sepas que no voy a estar con otra, te esperare.

—¿Me lo prometes?

—Solo si tú me prometes tampoco hacerle caso a esos chicos pubertus.

Yo reí, estas semanas he sonreído más que nunca.

—Nunca podría, eres el único que me gusta, y el único al que le parezco atractiva.

—Tu eres muy atractiva, y muchos te ven, mira todo los que te vieron aquí en Rumania.

—S e que soy atractiva, pero en Hogwarts me tienen miedo.

—mucho mejor.

Ambos nos besamos, no hubo pasión todo lo pasional lo hicimos anoche (si me duele la cadera, el me lo advirtió) en este beso había mucho amor, demasiado, tanto que disipa mi muerte.

—Te amo cariño.—le dije.

Sus ojos brillaron, era la primera vez que no lo llamaba por su nombre.

—También te amo bonita.—el dejo a oreo en mi hombro.

Nos dimos un último beso y me fui a una chimene, me despedí una última vez y lancé los polvo flu para aparecer en la estación.

Dejé mis maletas en el baúl, y solo entré con mi lechuza y mi mochila de mano al tren a buscar a mariana, la encontré en uno de los vagones del fondo, estaba besándose con un Gryffindor.

—Tu si que no pierdes el tiempo.- le dije en la puerta.

Ella se separó y con una sonrisa, se bajo de encima del chico y se acomodó la camisa. Me dio una sonrisa y vio al chico.

—Búscame después de la cena, en las mazmorras.

El chico se fue embobado.

Yo negando con la cabeza me senté a su lado.

—Pobre chico.

—Sombritas, cuando un chico esté entre tus piernas sabrás lo que te pierdes.

Yo la mire mientras alzaba una ceja.

—Pues...en esta dos ultimas semanas, un chico no salió del medio de mis piernas.

Ella abrió los ojos y su boca.

—Y NO ME DIJISTE, SE SUPONE QUE ERES SOY TU AMIGA, LA MEJOR

—No me grites rubia, pensé que querías escuchar de frente que soy la novia de Charlie Weasley.

—QUE.

le conté todo, el como nos hicimos novios, la primera vez,como llegaron los Weasley. Le conté todo.

—Estoy tan feliz por ti.

Dijo abrazándome.

—¿Estás feliz porque soy la novia de Charlie o porque perdí mi virginidad?

—por ambas.

Narra Charlie.

La casa se sentía sola, muy sola. La cama estaba fría y solo tenía el aroma en las mantas, pero no la tenía a ella.

—Será un largo año.

Mire en la mesa en donde había una foto que Adaliah y yo nos tomamos hace poco.

Una Slyterin muy diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora