𝙲𝚒𝚗𝚌𝚞𝚎𝚗𝚝𝚊 𝚢 𝚞𝚗𝚘

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Narra Charlie.

Ahora entiendo todo lo que Adaliah decía sobre us campamento, los campos de fresa, los campistas, las cabañas. Todo era tan hermoso. Pero al mismo tiempo era estricto.

Apenas Adaliah estuvo de pie, en la mañana su padre nos despertó a ambos (Gracias a Merlin que no habíamos hecho nada para estar desnudos) diciendo "Dalia vuelves a ser campistas, te quiero en pabellón en 10 minutos para comenzar el entrenamiento"

Ella obedeció y yo fui con ella, ya me habían levantado de todas maneras y vi a todos incluyendo a Adaliah, con armaduras y espadas para luego que corrieran como unos locos, por todo el campamento. Desayunaban y hacían sus ofrendas y por último a mi novia le toca dar clase de espada.

—Estoy pensando que eres más fuerte que yo.—le dije mientras caminábamos por los bosques, con toda mi familia, Mariana, Remus y Sirius.

—No lo se, no le doy mucha importancia a eso, le doy más importancia en permanecer con vida.

Dijo viéndome, yo mire toda ella mientras pasaba mi brazo por su hombro, verla con armadura era algo realmente sexy y encantador.

Seguimos caminando todos hablaban entre sí, hasta que llegamos a un lugar del bosque sin árboles, pero rodeado de sillas y maniquíes.

—¿Que es este lugar?—preguntó Mariana.

—Aquí es donde yo aprendí a utilizar mis poderes.—explicó Adaliah.— Soy la única invocadora que tiene el campamento, los hijos de Demeter pueden hacer crecer las plantas, pero de resto nadie. Ningún hijo de Hefesto tiene el don del fuego, no hay hijos de los 3 grandes por un pacto que hicieron hace algunos años, soy la única que necesitaba más entrenamiento, para aprender a usar mis poderes.

—¿Que poderes tienes?—pregunto uno de los gemelos.

—Bueno, puedo usar el viaje sombra, invocar y comunicarme con los muertos, también puedo retirar el alma de las personas a voluntad y por último tengo dominio en la oscuridad.

—Eso es..

—Fantástico.

Dijeron los gemelos.

Hasta que paso algo inesperado, la barrera se sacudió y Adaliah vio arriba.

—Esto no es bueno.—Dijo y saco su espada.

Aun me sorprende tanto verla manejar esa espada.

—Que pasa?—Le pregunte.

Ella  me vio.

—Están atacando el campamento.

Todos la vimos.

—Tranquilos no dejare que les pase nada, pero debo ir a ayudar.

—Iremos contigo.—Dijo Harry sacando su varita.

Ella le sonrío y le tomo de los hombros.

—Harry, ojalá fuera tan fácil, pero sus varitas no les harán nada, yo ya lo intente una vez, solo los mestizos podemos hacer esto.—Ella nos vio a todos.—Les agradezco por ser tan valientes, pero esto es algo que solo los semidioses podemos hacer.

Ella nos vio y comenzó a trotar para que la siguiéramos de cerca al campamento, pero ella era muy rápida y mis padres iban con nosotros, todos teníamos las varitas en mano, aunque ella nos dijera que no servían para nada, a cada mago le da consuelo, tener su varita.

Pero Adaliah tenia todo controlado, literalmente no le hacia falta nada, frente a mi estaba ella, con su armadura negra y su espada dando vueltas apuñalando y dando cortes, también hacia unos mortales increíbles esquivando a las personas, es como si nada la pudiera tocar.

Una Slyterin muy diferenteOnde histórias criam vida. Descubra agora