❝Donde Jennie reparte postres a todos los vecinos menos a Lisa, quien empieza a desesperarse al ver como la castaña la ignora por completo.❞
➳ Jenlisa
➳ Jennie bottom || Lisa top/gip
➳ Soft, Fluff & Romance.
➳ Historia corta.
➳ Adaptación Jenlisa, o...
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Es una tarde fría, más de lo habitual. Están a casi finales de diciembre y el frío cala los huesos de Lisa haciéndole soltar un pequeño insulto en voz baja mientras camina por las calle de Nueva York. Y cuando finalmente llega a la cafetería, un suspiro de alivio escapa instantáneamente de sus labios, sintiendo el calor abrazándola agradablemente.
Entonces su mirada rápidamente cae sobre Jennie, quien le sonríe al verla entrar.
—Hola. —saluda una vez llega a la barra, apoyando sus manos en la madera.
—Hola. —Jennie le saluda dulcemente, con una pequeña sonrisa.
Y quizás esta pequeña rutina se ha convertido en la parte favorita de los días de Lisa.
—¿Cómo estás? ¿Tu tatuaje está bien?
—Sí, gracias. —asiente, enseñando una linda sonrisa.
—Me alegro.
—¿Y tú? —Jennie pregunta, comenzando a jugar con los anillos en sus dedos— ¿Cómo estás?
La pregunta hace que la pelinegra se muerda el labio.
—Bien, un poco cansada.
Jennie le sonríe y asiente, como si la entendiera perfectamente.
—¿Un café?
—Sí, por favor.
Jennie asiente con una sonrisa, tomando el vaso necesario. Y Lisa quiere pedirle que no deje de sonreír nunca más, que aquella bella sonrisa de gomita se ha convertido en una de sus cosas favoritas. Pero sin embargo no dice nada, baja la mirada y se encuentra con las manos de la castaña la cual está cubierta por algunos anillos, sujetando el vaso para llevar y un rotulador negro.
—Lisa. —Jennie se detiene justo cuando está a punto de escribir su nombre en el vaso.
—¿Sí? —la pelinegra levanta la mirada.
—¿Tienes prisa por llegar a casa?
La pregunta le hace sentir una chispa encendiéndose en su interior. Electricidad corriendo por cada fibra de su cuerpo.
—No —niega suavemente—. ¿Por qué?
—Bueno, esta noche hace bastante frío. —dice apretando los labios, y casi parece tímida. Se encoge de hombros, como si eso fuera todo lo que necesita decir.
—¿Estás intentando decirme algo, castañita? —Lisa pregunta divertida, guardando sus manos en los bolsillos de su chaqueta.
Jennie rueda los ojos, pero mantiene su pequeña sonrisa en sus labios.
—Si quieres, puedo volver a enseñarte lo buena conductora que soy.
—¿Y arriesgar mi vida de esa forma? No lo sé... —la castaña vuelve a rodar los ojos.
