Capítulo 9

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Se convierte en casi una tortura, realmente

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Se convierte en casi una tortura, realmente. Durante navidad y año nuevo, Lisa apenas tiene tiempo para hablar con Jennie o aparecer por la cafetería. Apenas tan siquiera la ve.

Es como si todo se hubiera puesto en su contra de repente.

El trabajo la tiene demasiado agotada y ocupada como para hacer nada, pero constante piensa en la castaña. Piensa en que estaría haciendo en aquel momento, en sí quizás está pensando en ella, en sí los besos que compartieron semanas atrás se reproducen en su cabeza una y otra vez...

En si en cada pequeño momento del día, piensa en ella de la misma forma en la que Lisa lo hace.

Y cuando finalmente consigue salir del trabajo un poco más pronto de lo habitual, Lisa siente que puede gritar de alegría.

Sonríe mientras camina hasta la cafetería, sus manos en los bolsillos de su chaqueta y su corazón latiendo alegremente en su pecho porque finalmente iba a verla, finalmente iba a disfrutar de su sonrisa de gomita y ojos verdes.

Realmente no había sido mucho tiempo, pero para Lisa se había sentido como una eternidad.

Y mentiría si dijera que no la extrañaba.

Así que sonríe ampliamente cuando entra en la cafetería y sus ojos se clavan en la castaña, quien se encuentra atendiendo a una chico rubia.

El olor a café y el aire cálido del local le hace sentir tan reconfortada, y malditamente la había extrañado.

Pero cualquier rastro de sonrisa desaparece en cuanto se acerca hasta la barra.

—¿Y puedo tener tu número? —la desconocida frente a ella dice, haciendo que Lisa frunza el ceño.

—¿Quieres mi número? —Jennie pregunta con una sonrisa divertida.

La rubia suelta una pequeña risa y asiente.

—Claro. ¿Quién no lo querría? Posiblemente seas la chica más bonita de Nueva York.

Las palabras son como cuchillos clavándose en Lisa, son como gasolina en mitad de un incendio. La pelinegra tiene que apretar la mandíbula con molestia y retener las inmensas ganas de acercarse y decirle que se puede ir a la mierda, que la chica bonita era suya.

Pero se contiene, porque realmente no lo era. Al menos no todavía.

Así que todo lo que hace es contener el aire y esperar a que Jennie se niegue, a que rechace amablemente a aquella idiota y poder finalmente acercarse y hablar, para decirle lo muchísimo que la había extrañado en aquellas casi dos semanas.

—Claro, supongo que podría dártelo.

Lisa no puede evitar fruncir el ceño, y al principio está segura de que ha debido de escuchar mal, de que es imposible que Jennie haya aceptado.

Pero lo había hecho, porque se encontraba escribiendo los dígitos en un pequeño trozo de papel para seguidamente entregárselo con aquella sonrisa que Lisa tanto adoraba causar.

Sweet and Sour, Heart Devoured. - (Jenlisa) (Adaptación)Where stories live. Discover now