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Jungkook había perdido a sus padres a muy temprana edad, por lo que no tuvo más escapatoria que volverse independiente y aprender a valerse por sí mismo

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Jungkook había perdido a sus padres a muy temprana edad, por lo que no tuvo más escapatoria que volverse independiente y aprender a valerse por sí mismo. Muy contrario a Seokjin, quien había sido rechazado y abandonado por sus padres, Jeon sí había recibido el amor de sus progenitores, aunque lo disfrutó en poco tiempo.

Cuando la situación de Seokjin se agravó, ambos no dudaron en llamar a la única mujer que sería capaz de velar por ambos y cuidarlos como sus padres no pudieron hacerlo: su tía Sun Hee. Kim Sun Hee era una mujer de cincuenta años que vivía su vida como les hubiese gustado a muchos. Era una mujer soltera, con un hijo adoptivo, y una carrera más que maravillosa. Era la segunda hermana de la familia Kim y la única que no se había casado. Por supuesto, tuvo muchos romances a lo largo de su vida (sus libros hablaban de ello), pero nunca se había comprometido tanto con alguien como lo hizo con su pequeño y dulce Yoongi, un niño que había adoptado en uno de sus tantos viajes.

Para ella, Seokjin, Jungkook y Yoongi eran su vida entera y no podía sentir más que felicidad al saber que, al menos uno de ellos había conseguido ser feliz verdaderamente. Estaba contenta por su pequeño Jungkook, quien había podido encontrar la felicidad que tanto merecía, al lado de la persona que amaba. Por esa razón, estaba demasiado ansiosa por ver a sus dos retoños, los cuales la esperaban en el aeropuerto con una sonrisa.

—No puedo creer que te hayas quedado dormido, casi no alcanzamos el vuelo —comentó con el ceño fruncido.

—Estuve trabajando en una canción nueva, mamá —respondió Yoongi—. Tengo una vida también, ¿sabes?

—Sigues viviendo en mi casa, Yoongi —dijo, con una ceja alzada—. Muy independiente no eres.

—¡Mamá!

—Ya, ya, bebé. No sigo fastidiándote solo porque.... —su mirada fue al frente, observando como Jungkook y Seokjin la saludaban con una mano—. ¡Mis bebés!

Los dos hombres corrieron en dirección de la mujer, quien los recibió con un gran abrazo. Yoongi solo suspiró pesadamente y caminó de largo, sintiéndose avergonzado por tantas muestras de afecto y huyendo de las miradas del público.

—¿Cómo están? ¿Están bien? ¿Comieron? ¿Se ducharon? ¿Están trabajando? ¿Han descansado bien? ¿Usan condón cuando tienen sexo? —las preguntas llovieron de manera rápida, causando que ambos se rieran de las palabras dichas por la mujer—. Los extrañé mucho.

—Nosotros también te extrañamos —mencionó Jungkook.

Sun Hee acarició el rostro del mayor de sus sobrinos, delineando las ojeras que llevaba bajo sus ojos y dedicándole una pequeña sonrisa de comprensión. La situación por la que este pasaba no era tan ligera como había pensado en un principio, su regreso a Corea solo había logrado que el pasado le atormentara y ella esperaba poder calmar su tristeza, como lo había hecho años atrás, cuando Seokjin llegó a su hogar buscando refugio y un nuevo comienzo.

Love is not over ; kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora