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Se estaban besando contra los casilleros, apoyándose y haciéndolos sonar cada que se abrazaban más. Ni una gota de vergüenza abundaba sus cuerpos, y quizás era porque la época de su celo se estaba acercando. Los profesores estaban un poco más accesibles en comparación a cuando empezaron la secundaria, entendían que era normal sentirse tan emocionado y alterado por las hormonas a una edad tan joven.

Sin embargo, no quitaba el hecho que era sumamente asqueroso ver a dos compañeros restregarse en la salida del aula donde normalmente tomas clases. Ni siquiera ellos están seguros de estarse revolcando en los casilleros correctos.

Eh, Styles, suéltala un segundo. Nadie te la va a robar.

¡Consigan un cuarto!.

Sinvergüenzas.

Sus compañeros del equipo aparecieron por el pasillo, burlándose de ellos, logrando su cometido: que dejaran de dar una escena en público. Nadie los podía culpar, estaban enamorados y probablemente compartían las mismas ganas. Harry era joven, pero nadie podía quitarle el sentimiento que ella era su omega, la indicada.

No los escuches, Leah, sólo están celosos.

Por supuesto, amor. Sólo están solos, y nosotros nos tenemos el uno al otro.

Volvieron a abrazarse, juntando sus labios. El único que sonreía en el beso, como siempre, era Harry.

¡Chicos!, por favor, ya. Harry, vamos, tenemos que terminar el proyecto hoy.

Era un pequeño gran detalle, él había bajado un poco las notas. Estaba tan ocupado con Leah. Reemplazando tareas por llamadas nocturnas, trabajos de equipo por salidas a los bares de la ciudad (ella usaba siempre su camisa del equipo), estudiar por sesiones de besos y sexo en el lugar donde tuvieran la oportunidad. Su mejor amigo estaba preocupado, jamás lo había visto así, y aunque estaba feliz por que tuviera su pareja y demás, no quitaba que le molestaba el hecho de que su vida se estaba centrando lentamente sólo en ella. No era la mejor opción de todas formas.

Brackets, por favor, deja que pasemos tiempo juntos, ¿quieres?. Puedes irte con tus amigos nerds o no lo sé, pero Harry está ahora conmigo.

Y ahí estaba de nuevo, las bromas tan delicadas que hacían reír a todo mundo, excepto a Niall. Leah era una de las chicas más encantadora de la escuela a los ojos de cualquiera, excepto para él. Para él era una bruja.

Oh, sí, claro. Pero no creo que Harry pueda terminar su parte teniendo tu lengua en su garganta, ¿sí?. Déjalo por lo menos hoy y luego puede volver contigo.

Harry se extrañó, quedando en el medio de una batalla campal que él no notaba. No entendía por qué las personas más importantes en su vida se llevaban mal.

Niall, amigo, iré en un segundo. Ésperame. Voy a despedirme de Leah, ¿sí?.

Murmuró haciendo una leve mueca, recibiendo sólo un asentimiento y un suspiro. Sabía que me molestó un poco, pero prefería lidiar con un mejor amigo molesto a no tener ningún afecto por parte de su novia.

Harry, ¿me vas a dejar?.

Manos en sus hombros, cintura pegada a su cuerpo, pechos prominentes. Harry estaba embobado por su belleza.

Amor, lo siento, no quiero hacerlo pero tengo que terminar ese trabajo. Sabes que Niall me odiará de por vida si eso ocurre.

Ella de mala gana lo dejó, sin darle un beso de despedida como usualmente hacía. Probablemente eso tendría que haberle indicado algo, más específicamente, algo que se relacionaba mucho con la cara que le dedicó su amigo cuando se dio vuelta para ir con él.

Sweet Nothing [H&L]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن