Capítulo 5: Celos

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Luz adoraba la cocina con todo su alma pero eso no podía evitar que las clases ahora fueran algo incómodas para ella. Le gustaba su profesora, le encantaba y probablemente fuese recíproco; por si no fuesen pocas razones, el único motivo que le impedía iniciar una relación con ella era el idiota que tenía sentado a su lado y que se había encaprichado con ella como si fuese un juguete novedoso.

La chica podría esperar a acabar el curso para volver a iniciar un acercamiento a Ainhoa pero esperar no iba con ella, tenía un plan mejor que iniciaría ese mismo día.

—¿Me dejas un boli?—susurró suavemente cerca de la oreja de su compañero quien al instante ya le estaba ofreciendo un bolígrafo casi sin estrenar que Luz se encargó de tomar haciendo rozar sus manos y mirando a Paolo de refilón antes de hacer lo mismo con Ainhoa y asegurarse de que, efectivamente, los había visto y no pudo ocultar del todo su mirada furiosa, ¿en qué estaba pensando Luz? Se notaba a leguas que estaba intentando algo con Paolo y lo peor es que ella no estaba en una posición adecuada como para actuar—¿Quieres quedar esta noche?—Luz lo propuso aún sabiendo que esta noche recibiría la visita de su hermano y no pensaba salir de casa.

—Un poco de silencio, ¿no?—pidió la profesora malhumorada—. Que ya somos mayorcitos—Luz sabía que iba por ella al igual que sabía que estaba celosa.

Paolo solo asintió para evitar ser regañado. Esa profesora le caía horriblemente mal pero amaba la cocina y necesitaba acabar con buenas calificaciones ese curso. Por fin Luz lo había aceptado, ahora sí que no había nada que pudiese pararlo hasta conseguir que Luz se convirtiese en su novia.

A la salida se quedó esperándola ya que había acelerado el paso a propósito con el objetivo de interceptarla y propiciar un encuentro entre ellos, sin embargo, parecía ser que alguien había tenido la misma idea que él, Ainhoa de nuevo. Así que esperó para observar la situación desde una distancia prudencial para no ser pillado espiándolas pero de tal forma que pudiese observar la situación con la mayor claridad posible. Por su parte, Ainhoa estaba muy enfadada por lo que había escuchado y no se había planteado demasiado su forma de actuar, tan solo se había quedado esperando en la salida a su alumna y una vez la encontró, le pidió que la acompañase hasta su coche.

—Déjame que te lleve yo hoy—pidió Ainhoa con más suavidad de la que nadie hubiese esperado.

—¿No decías algo de que solo eras mi profesora? ¿A costumbras a llevar a todos tus alumnos hasta su casa?—respondió con reproche.

—Podemos ser amigas—propuso en voz muy bajita y con la cara casi agachada.

—Una mierda amigas—Luz se giró dispuesta a marcharse mientras Paolo disfrutaba observando como la estrategia de Ainhoa fracasaba.

—No claro, ¿ya tienes a Paolo, no?

—Déjame y vete—Luz enfadada se marchó a su casa andando al igual que Paolo, solo que él marchaba contento por las calles sabiendo que la vida le estaba sonriendo al fin.

Para motivo de su alegría, Luz recordó a medio camino que, en cuanto llegase a su casa, allí estaría su hermano esperándola y su plan a punto de comenzar. Pero antes de nada, lo más importante, lo primero que hizo Luz al entrar por la puerta de su casa fue forzar a Jon para que la abrazase cosa que hizo aunque después de varias quejas.

—¿Has llegado bien y sin problemas?—los hermanos iniciaron una charla larga y tendida sobre el viaje del hermano menor hasta allí y los sucesos más destacados de sus vidas actuales. Siempre acostumbraban a contarse todo y, ahora que estaban separados, esas conversaciones solían alargarse bastante más por haber una mayor cantidad de cosas que contar. Por esta razón, a Luz se le fue el tiempo de las manos para cancelar su cita, tanto, que al contrario de lo que había planeado, fue Paolo quien la llamó a ella y por si su mala suerte no era suficiente ya en ese punto, fue Jon quien respondió al teléfono.

—Sí, soy su hermano pero ella está aquí, te la paso—Jon le cedió el móvil a Luz quien escuchó a Paolo preguntar caballerosamente sobre la cita.

—Ay Paolo, se me ha olvidado decírtelo pero mi hermano acaba de llegar así que no podremos quedar esta noche. Otro día mejor—pidió con una voz dulzona que convencería a cualquiera de seguir sus indicaciones.

—A mi no me importa, yo pensaba acostarme eh—y así fue como Jon echó el plan de Luz abajo y esta no tuvo más remedio que aceptar acudir a esa especie de "cita" con Paolo cuando solo le apetecía ir en busca de Ainhoa y pasar el resto de la tarde con ella.

Cumpliendo con su palabra, se presentó en el restaurante en el que habían quedado y pasó la noche esquivando cada indirecta que le lanzaba. Su plan, sin duda, no era tan bueno como pensaba y encima Luz se aburría muchísimo con él, no tenían temas comunes de los que conversar.

—Te lo juro Jon, me lo he pasado mejor hablando con la camarera que con él—le contó a su hermano por la noche Luz. Y no era mentira, la camarera había sido muy simpática y amable sobre todo con ella, seguro que habría notado su incomodidad y por eso habría sido tan cercana. Lo que nunca hubiese esperado es volver a encontrársela tan pronto, justo al día siguiente en clases.

—Ey chicos, tenemos a una nueva compañera con nosotros, Fina—anunció Ainhoa al inicio de la clase.







Un poco más de azúcar(Luzhnoa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora