O1

382 22 11
                                    

— Cielo, despiértate ya o llegaremos tarde. —decía Ricky mientras acariciaba los cabellos del pequeño azabache.

— Cinco minutos más~ —Yujin hizo un puchero aún con los ojos pegados.

— Dijiste eso hace cinco minutos y aún sigues en la cama —respondió enternecido el rubio— Prepárate y baja para que desayunemos juntos. —dijo dándole un beso en la frente para después desaparecer por la puerta.

Así solían ser las mañanas en la casa de Ricky, y a Yujin le encantaba aquello. Su hyung era muy atento y cariñoso con él. Yujin se sentía especial cuando se trataba de Ricky, pues este disfrutaba mucho de mimar al pelinegro todo el tiempo, y a él le gusta ser mimado por su mayor.

Yujin sonrió ante ese pensamiento y después se levantó para poder empezar el día.

Minutos más tarde Yujin entró a la cocina y se sentó en la mesa en la cual se encontraba el desayuno hecho por Ricky.

Si le preguntasen al Ricky de hace años algo que tenga que ver con la cocina, él no tendría ni idea de qué responder.

Pero ese es el Ricky de hace unos años.

El Ricky de ahora sabe preparar una cantidad decente de platos, pues desde que se enteró de que su pequeño no estaba comiendo bien se preocupó mucho y buscó mil maneras para poder cuidar bien de él.

— ¿Hoy me llevarás al instituto, hyung? —cuestionó Yujin con ojos esperanzadores y haciendo un bulto en sus labios. Hacía mucho que no iban juntos.

— Hoy sí puedo, cielo.

Ricky era un universitario en su último año, aquellas semanas habían sido duras para el mayor, tenía muchas fechas de exámenes.

El menor celebró por la respuesta del rubio y empezó a comer más rápido para poder irse de una vez junto a su hyung.



────────✧────────



Las veces que Ricky acompañaba a Yujin a clase, siempre captaban la atención de toda la secundaria, y la mayoría de los jóvenes que los veían eran chicas que solo miraban a Ricky por su físico.

Yujin no es ciego y sabe que su hyung es extremadamente guapo, pero nada más. Normalmente, en el instituto, sus compañeros se acercan a decirle comentarios como: "qué afortunado eres". Y Yujin no los entendía bien.

Yujin es consciente de lo afortunado que es por tener a alguien como Ricky en su vida, a veces ni siquiera él mismo puede creer cómo Ricky aún puede convivir con él. Aún así lo agradece.

No quiso darle muchas vueltas al asunto, hasta que en la hora del recreo uno de sus amigos, Gunwook, le hizo una pregunta que lo dejó pensando más de lo que desearía.

— Ese chico que siempre te acompaña... Ricky, creo que se llamaba. —Yujin asintió escuchándolo atento— ¿No es raro su comportamiento? Es decir, no lo digo con mala intención pero, ¿acaso le gustas? Es muy atento contigo, pero no sé, es extraño, no parece que sean "hermanos" como sueles decir, no me da buena espina.

Yujin casi se atora con el agua que estaba tomando. ¿Qué estaba diciendo Gunwook? ¿Él, gustarle a Ricky? Para empezar, a Ricky ni siquiera le gustan los chicos (al menos eso es lo que piensa Yujin). Además, es imposible que Ricky se fije en él, son como familia.

— No entiendo a qué viene eso, estás muy equivocado en lo que dices.

— Puede, —Gunwook apoyó su cara en la palma de su mano mientras miraba sin interés a cualquier rincón de la cafetería— solo te he dicho lo que pienso, pero de verdad, es demasiado...

♡ ﹒ first loveWhere stories live. Discover now