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Todo estaba oscuro, podía sentir una presión insoportable en el centro de su pecho, quería llorar, pero no podía.

Delante suyo se encontraba su hyung, su Ricky; siendo iluminado por una luz.

Pero notaba como este poco a poco iba alejándose, y aunque Yujin intentase acercarse a él, este cada vez estaba más y más lejos. Yujin sintió desesperación y comenzó a llorar y gritar, llamando al nombre del rubio. Ricky simplemente giró a mirarlo sin ninguna expresión, para después volverse a voltear y seguir su camino, dejándolo atrás.

Yujin dejó de nombrar su nombre, se había quedado solo.

Ricky lo había abandonado.



Yujin se despertó en mitad de la noche, sentía sudor frío y sus ojos estaban llorosos. Había tenido una pesadilla. Tenía miedo de volver a dormir, y que al despertarse Ricky no estuviera.

El pelinegro se levantó de su cama, dirigiéndose a la habitación del mayor que se encontraba a unos pasos de la suya. Para sorpresa del menor, la puerta estaba abierta, por lo general, su hyung suele decirle que tenía que respetar su privacidad y por eso siempre coloca el pestillo.

Asomó su cabeza por la puerta, Ricky dormía tranquilamente destapado, se veía tan relajado. Yujin se sintió en calma. Se aproximó a la cama y se escabulló entre las sábanas, abrazando el torso del mayor y acercando su cara al cuello contrario. Empezó a sentirse mucho mejor.

Minutos más tarde, Yujin escuchó la suave y ronca risa de Ricky.

— ¿No puedes dormir, bebé?

Yujin asintió aún con la cabeza en el cuello del rubio.

— Soñé algo feo.

Ricky giró su cuerpo para quedar frente a Yujin y abrazó a este por la cintura, subiendo así el cuerpo de Yujin para quedar cara a cara.

— Puedes dormir conmigo cuando quieras, cielo. —besó la nariz de su menor y le sonrió en la oscuridad, para después enterrar su cara en el espacio entre el cuello y la clavícula de Yujin.

Yujin se sintió nervioso, normalmente, no solía darle besos al mayor sin que el otro no se lo hubiera pedido, pero quiso ser cariñoso con él esa noche. Por lo que pasó sus brazos alrededor del cuello de Ricky, abrazándolo, y colocó sus piernas entre las de su hyung, quedando entrelazadas. Luego, se dispuso a jugar con los cabellos rubios.

Ricky sonrió más y empezó a depositar suaves besos en el cuello del menor, generándole uno que otro escalofrío. Y de vez en cuando, apretando la cintura del pelinegro entre sus brazos.

Estuvieron de ese modo hasta que ambos quedaron dormidos, abrazándose como si de una linda pareja se tratase.

Por lo general, Ricky era el que siempre despertaba primero, pero esa mañana fue distinta. Yujin abrió sus ojos al sentir como era apretado por unos brazos; él dejó de abrazar a Ricky mientras dormía, pero este aún lo sujetaba con fuerza, y seguía en su cuello. A Yujin le pareció tierno que el mayor balbuceara palabras sin sentido al dormir.

Yujin decidió no despertarlo, intentó apartarse para poder levantarse de la cama pero parecía que Ricky no quería soltarlo, pues lo abrazaba cada vez más e iba pegando su cuerpo contra el contrario. Yujin se rindió y se dejó hacer, mientras que Ricky seguía abrazándolo y se enterraba nuevamente en el cuello del pelinegro.

¿Era este tipo de acciones a las que se refería Gunwook? Si es así, Yujin aún pensaba que era algo normal entre personas cercanas.

Pasaron varios minutos, en los que Yujin siguió dándole vueltas a ese asunto, hasta que sintió a su hyung frotando su cabeza en su pecho, para después elevar su cabeza y mirar al pelinegro sonriendo. Ricky se veía precioso; su cabello estaba desordenado, sus ojos seguían adormilados y su sonrisa era adorable, simplemente precioso.

— Buenos días, bebé. —la voz del mayor recién despertado hizo a Yujin temblar un poco, era mucho más grave de lo habitual.

— Buenos días, hyung. —le sonrió divertido— Hasta que por fin te despiertas.

— De hecho, me desperté hace unas horas. —Yujin abrió la boca haciendo una perfecta "o", a lo que Ricky rió— Eres muy tierno cuando duermes, bueno, más bien, eres muy tierno siempre.

Yujin sintió su pulso acelerarse y sus mejillas sonrojarse; no entendía nada.

♡ ﹒ first loveWhere stories live. Discover now