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Ricky se sentía más que frustrado. ¿Qué se suponía que querían aquellas personas de su Yujin? No les bastaba con haber causado tanto daño y hacer llorar a su pobre angelito, el amor de toda su vida. ¿Qué se creían para volver después de tanto tiempo? Ni siquiera podía asimilarlo bien, ¿no se suponía que debían estar pudriéndose en la cárcel? Los odiaba, los detestaba con toda su alma. Y estaba dispuesto a hacer todo lo posible para volver a verlos entre rejas, hacerlos hundirse en su propia miseria, todo con tal de dejar a salvo a su pequeño. Él no se iba a tragar el cuento de "sus buenas conductas". Estaba claro que eran unos desgraciados, infelices, y más insultos que a Ricky se le ocurrían cada segundo.


Pero había que ser pacientes, no debía actuar impulsivamente, aunque no le quedaba demasiado tiempo para cuando intenten contactar con el menor directamente.


De momento tenía pensando no separarse de Yujin, y le iba a servir mucho aquel rastreador que le puso en el teléfono al pelinegro días atrás.


No estaba seguro si era exactamente amor, pero se había dado cuenta de que su menor le gustaba, no, le encantaba. Todo de aquel chico azabache le atraía demasiado, se sentía asfixiado por sus propios sentimientos al pensar en Yujin, pero se sentía bien. Amaba esa sensación al estar tan cerca de Yujin, quería tenerlo solo para él, ¿tal vez estaba enfermo? Si ese era el caso, no le importaba en absoluto, mientras el menor no se fuera de su lado todo estaría bien.


Pero en todo caso, Yujin no podía pensar toda su vida que eran simplemente "hermanos", las cosas que hacen no lo hacen los hermanos. Por lo que, también tenía que planear algo para que Yujin se diera cuenta de sus sentimientos, y no pensaba que sería tan difícil.


Ese día, Ricky le había permitido al menor irse con sus amigos. Tenía que ser inteligente, si le prohibía al pelinegro sus salidas este no confiaría en él, y no quería eso.


Se encontraba tumbado boca abajo en la cama del menor, viendo atentamente en su celular la localización exacta de Yujin. Aún así se sentía nervioso, su cabeza lo castigaba imaginándose a Yujin siendo abrazado por otros y moría de celos cada vez más. Hasta que no aguantó más aquella situación y decidió que ya era tiempo de seguir estudiando.








Se encontraban en la casa del mayor, como de costumbre. Ambos acababan de terminar un proyecto importante, por lo que se habían dispuesto a jugar para celebrarlo.


— ¿Te pasa algo? —le preguntó el más alto de repente, pues notaba a Yujin un poco distraído.


Yujin salió de sus pensamientos y giró para mirar a los ojos al otro— Gunwook, hay algo que tengo que decirte. —soltó vacilante.


— Dime. —respondió tranquilo.

— Es que... —empezó a avergonzarse sin saber cómo decirlo— sabes que yo y Ricky hyung somos muy cercanos y eso..-


— Ajá. —levantó una ceja cuando el menor bajó la mirada, no estaba seguro de lo que Yujin diría.


— P-Pues que desde hace casi dos semanas... pues... yo y él empezamos a... porque él... y-y-y también... ¿Sabes? —volvió a mirar a Gunwook quien lo observaba confundido.


— ¿Disculpa?


— ¡Que empezamos a darnos besos! —soltó rápidamente, tanto que hasta se preguntó si Gunwook lo había entendido— En la boca. —finalizó bajito.

La expresión de Gunwook hizo reír a Yujin, ¿qué se supone que debía decir? ¿Felicitarlos?


La situación no le agradaba para nada, ¿acaso eran novios? Si bien sabía que Ricky no veía a su menor solo como un simple "hermano", nunca pensó que Yujin sería capaz de corresponderle.


— ¿Gunwook? —Yujin lo miraba insistente, como si esperase alguna respuesta de algo que desconocía.


— ¿Son novios?


—¡¿Qué?! ¡Por supuesto que no! Solo... Demostramos cariño así. —dijo, levantándose de hombros.


Gunwook se preocupó— Pero... ¿a ti te gusta? Ya sabes, las "muestras de afecto". —no estaba seguro de si Yujin le diría la verdad o solo se dejaría llevar por las manipulaciones que creía que Ricky le hacía pasar al menor.


Yujin se tomó unos segundos para contestar a la pregunta— Pues... Sí, de hecho se siente muy bien. —al más alto le sorprendió la serenidad con la respondió el otro, tanto que hasta dudó de todas aquellas teorías que planteó sobre Ricky.


— Y entonces, ¿por qué no son nada? —Gunwook iba tensándose más con cada segundo de la conversación.


— Es que yo le dije a Ricky hyung que no quería cambiar la relación que teníamos. Sé que los besos se los dan las parejas que están enamoradas y demás, pero a mí me da miedo eso, no quiero. Me gusta más como estamos ahora. —al menos, eso era lo que creía él.


— Yujin, ¿te gusta Ricky? —parecía un interrogatorio, pero el más bajo lucía como si estuviese pidiendo algún tipo de aprobación, y claro que Gunwook jamás estaría de acuerdo con aquello, pero necesitaba aclarar algunas cosas.


Yujin abrió sus ojos como platos y se avergonzó nada más escuchar la cuestión del otro. Bajó la cabeza y comenzó a jugar con sus dedos— No sé..- Es decir, lo he pensado pero... No lo sé.


— Está bien —Yujin miró de nuevo a Gunwook quien estaba agarrando los mandos de la consola— Si a ti te hace feliz, sigue con ello. —el menor se alivió sin saber porqué— Pero, ya sabes que a mí Ricky no me agrada del todo, así que si notas que algo no va bien no te calles y no dudes en decírmelo. —finalizó muy serio.


Yujin sonrió al igual que un niño pequeño y abrazó a Gunwook por los hombros— Gracias, de verdad necesitaba hablar de esto con alguien.


El más alto le devolvió el abrazo de igual forma. Ahora se sentía más confundido que antes, si en el pasado desconfiaba del rubio, ahora lo haría más y estaría alerta por si algo sucedía.






Perdonen la inactividad

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