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Pensamientos negativos empezaron a atormentar la cabeza de Ricky.

Por lo general, Ricky no se consideraba una persona insegura, claro que no. Pero para todo hay una excepción, en este caso, la excepción de Ricky era Yujin. Jamás en su vida se había sentido de ese modo, pero desde aquel día en el que vio a Gyuvin y Yujin tan juntos su miedo fue aumentando.

El mayor en ningún momento descuidó su vista de Yujin, y se pudo dar cuenta de cómo los amigos de este eran tan afectuosos con él, lo que le causaba ansiedad. Antes podía manejar sus emociones y logró verlo como algo normal entre amigos cercanos, entonces, ¿por qué ahora no era capaz de controlarse?

Quería alejar a todos de su Yujin, que nadie más que él pueda tocarlo, quería que todos se enteren de que Yujin es solo suyo.

Pero no podía prohibirle al menor que tuviera amigos, ¿no?

Ricky era consciente de que aquellos pensamientos no estaban bien, pero simplemente no podía evitarlo. ¿Y si Yujin prefería a Gyuvin antes que a él? ¿O a Gunwook? Con solo pensarlo sentía demasiada impotencia, si llegaba a perder a Yujin su mundo se caería a pedazos.

Decidió recoger a Yujin de la escuela, por lo que agarró las llaves de su coche y salió por la puerta decidido (aunque inquieto).

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Yujin iba de camino hacia la salida con su amigo Gunwook, estaban hablando sobre quedar en casa de alguno para poder jugar juntos un videojuego que ambos amaban. La verdad es que había pasado mucho tiempo desde la última vez que planeaban algo así, pues habían estado muy ocupados con sus estudios. De hecho, ese día tuvieron dos exámenes seguidos, por lo que Gunwook no paró de quejarse con Yujin, quien solo lo escuchaba divertido.

Al salir por la puerta principal, Yujin divisó a Ricky, este se encontraba apoyado sobre su coche observando a los estudiantes que pasaban. Cuando el mayor notó la presencia del pelinegro, le sonrió. Yujin miró a Gunwook para despedirse y este lo tomó entre sus brazos para así alzarlo en un fuerte abrazo, quizás demasiado para el gusto de Yujin.

Ricky los miraba, su sonrisa había desaparecido, otra vez ese sentimiento. Lo único que pudo hacer fue apartar la mirada de los dos menores e ignorar esa sensación incómoda.

Notó al menor acercándose a él con una gran sonrisa, Yujin era tan lindo.

Siempre lo pensó y nunca habrá nadie que pueda hacerlo cambiar de opinión, y es que Yujin es el chico más tierno y lindo que ha visto en toda vida.

— Hola. —Yujin se posicionó en frente del mayor, sus mejillas estaban sonrojadas y aún sonreía dulcemente.

— Hola, cielo. —Ricky se acercó aún más abrazándolo por los hombros y colocando su rostro en el cuello ajeno.

— Hyung, ¿te encuentras bien? —preguntó el menor confundido por la repentina muestra de afecto, aunque segundos después correspondió el abrazo rodeando el torso de Ricky con sus brazos.

— Sí, es que-... —suspiró— Te quiero.

Yujin abrió sus ojos en sorpresa, sintiéndose cada vez más nervioso.

— Yo también te quiero, hyung. —susurró casi inaudible, pero aún así el mayor lo escuchó— ¿Podemos irnos a casa ya? Hay mucha gente mirando...

Y no era mentira, algunos estudiantes que salían del edificio se quedaban mirándolos de forma nada disimulada. Algunos los observaban enternecidos, y otros solo eran curiosos.

Ricky río en el cuello de Yujin haciendo temblar a este, después, se separó del abrazo agarrando la mano del pelinegro para dirigirse al coche e irse a su hogar.

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Esa tarde Ricky estuvo más cariñoso que de costumbre; mientras que estudiaba, el mayor insistía en que Yujin se sentara sobre su regazo, según él era para concentrarse mejor.

Yujin con pánico acabó cediendo, pero lo que no se esperaba para nada, era que mientras estaba sobre su hyung, este lo abrazara por detrás y le otorgara suaves besos por la nuca.

— Hyung, p-para. —se quejaba girando la mitad de su cuerpo para poder mirarlo a la cara.

— ¿Por qué? —la mirada del mayor era inocente, o eso es lo que hacía aparentar.

— No estás estudiando.

— Claro que lo hago.

— No es cierto, solo estás molestándome.

— ¿Te molesta que haga esto? —apoyó su mentón en el hombro de Yujin y apretó su cintura con sus brazos.

Yujin enrojeció y volteó su rostro para no encarar al mayor— S-Sí.

— ¿Quieres que deje de hacerlo?

Yujin podía sentir la respiración de Ricky en su oído, estaba demasiado nervioso, pero si era sincero consigo mismo, muy en el fondo le agradaba esa sensación que causaba Ricky en él. Y no, no quería que se detuviera.

Ricky al observar la expresión confundida del menor rió divertido y besó la mejilla de este, despertándolo de sus pensamientos.

El menor giró su cabeza de nuevo para reclamarle algo, pero fue interrumpido por la mano de Ricky, que tomó con fuerza su mentón mientras que la otra aún reposaba en su cintura. La mano del mayor obligó a Yujin a mirarlo a los ojos y cuando menos se lo esperaba, Ricky juntó sus labios en un dulce y delicado beso.

Ricky era quien guiaba el beso, pues Yujin solo se quedó estático sin poder reaccionar, dejó de respirar y sus ojos seguían abiertos por la impresión.

Yujin estaba hecho un desastre; se sentía demasiado confundido y era incapaz de pensar con claridad, fueron demasiadas emociones a la vez y no supo cómo reaccionar.

Fue entonces que Ricky se separó de sus labios y Yujin volvió a respirar, sus rostros quedaron a centímetros de distancia. Los ojos de Ricky brillaban al igual que sus labios, pero el mayor se apartó al notar como los ojos del pelinegro se iban llenando de lágrimas.

Preocupado, tomó entre sus manos el rostro de Yujin, acunándolo, pidiéndole perdón una y otra vez.

— ... ¿Por qué...? ¿Por qué lo hiciste? —el menor hipó.

— Porque te quiero, ¿tú no me quieres, Yujin?

Yujin quería decirle que sí, que incluso era más que eso, Yujin quería gritarle que lo amaba con todo su corazón.

Pero tenía miedo de que las cosas cambiaran entre ellos.

— Sí, pero...-

— Si me quieres, ¿entonces por qué no me das un beso?

Yujin lo miró desconcertado, ¿no se supone que eso es lo que hacen las parejas? ¿Por qué tendría que besar a Ricky?

— No cambiará nada, cielo. Seguiremos siendo tú y yo como siempre hemos sido, solo tú y yo, juntos. —como si pudiera leerle la mente, Ricky aseguró.

Yujin seguía sintiéndose inseguro, pero si Ricky lo dice, supongo que estaba bien.

El pelinegro se levantó y volteó todo su cuerpo, luego, volvió a posicionarse sobre Ricky, ahora ambas piernas se encontraban a cada lado del mayor, y este colocó sus manos en la cadera de Yujin.

El menor puso sus brazos alrededor del cuello del rubio, sintiéndose tímido de repente. Se acercó al rostro contrario y rozó los labios de Ricky, leve y lentamente, pero Ricky con una de sus manos empujó la cabeza de Yujin haciendo que sus labios chocaran y empezaran un tierno beso, nuevamente guiado por el mayor.

♡ ﹒ first loveWhere stories live. Discover now