Fanboy: Draco Malfoy convence a Harry Potter de casarse con el

Capítulo 57 : Unicornios y piel de serpiente

¿Cedric Diggory tiene un tatuaje de calamar gigante en la espalda?

Petunia Dursley rezaba en su sucia celda. Rezó para despertar de la pesadilla en la que se encontraba. ¡Esos monstruos iban a darla de alimento a unos monstruos! ¿Qué pasaría con sus dulces Dudders?
“¡Hola muggle! Escuché que después de que te besan, te quedas atascado en tu mente. Espero que ese sea tu caso. ¿Te imaginas el horror?” La mujer de cabello negro se rió frente a ella. Intentó ignorarla pero empezó a tirarle pan mohoso.
“¡Déjame en paz, monstruo!” Ella escupió y la mujer solo le sonrió.
“¿Sabes que el Señor Oscuro te habría cortado la lengua por esas palabras? Es una pena que no nos hayan puesto en la misma celda. Me hubiera encantado escuchar tus gritos”. Dijo suavemente, sus ojos oscuros.
“El pequeño Potty debería haber sido criado por una familia adecuada, no por un asqueroso muggle”. Petunias se estremeció ante el veneno en el tono de la mujer.
“Yo no lo quería. Dumbledore lo dejó en mi puerta y dijo que si no lo dejaba quedarse con nosotros, toda mi familia estaría en peligro”.
“¿Entonces desquitaste tu ira con un niño? Qué valiente de tu parte”. Dijo burlonamente.
“Era tan raro cuando era niño. Él nunca lloraría. Todos los bebés lloran, pero él solo me miraba con sus ojos raros”. Petunia se estremeció al recordar sus miradas.
“¡Era un bebé! Era un producto de su entorno. Tienes suerte de que no te haya asesinado mientras dormías”. El aire de repente se volvió más frío y aparecieron dos de esos monstruos. De repente escuchó la voz de Lily.
“¡Los dementores guardan la prisión mágica, Tuney! Pero no te preocupes, ¡nunca los verás!” Abrieron su celda y la sacaron a rastras.
“¡No seas tímido y dales un gran beso, muggle!” La risa enloquecida de la mujer resonó por el pasillo. Trató de liberarse de su agarre, pero no se movía. Lo último que vio fue lo que en realidad yacía debajo de la capucha de un dementor. Su boca se abrió en un grito silencioso.

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Draco tarareó mientras hojeaba el catálogo.
“Draco, no creo que los dementores puedan comer comida real”. Pansy comentó mientras cortaba su desayuno.
“¡Sigo pensando que sería educado enviarles una canasta de frutas! Piensa en lo desagradable que tuvo que probar el alma de esa mujer”. Busco de vuelta y escogió un paquete variado. Rellenó el formulario y puso el receptor como los Dementores de Azkaban. Estaba seguro de que alguien se aseguraría de que llegara a donde se suponía que debía llegar.
“¡Draco!” Harry llamó desde la puerta del Gran Comedor. Lo miró y se alegró de ver un saludable rubor en su rostro. Se paró en el banco e ignoró a su padrino gritando “¡bajate Draco!”
“¡Harry mi amor!” Harry corrió a sus brazos y toda la escuela vitoreó. Cuando se sentaron, comenzó a llenar el plato de Harry.
“¡Gracias a Merlín que estás de vuelta Harry! ¡Draco ha sido como un dragón con una espina en la garra! ¡Ayer le gritó a una estudiante de quinto año por respirar demasiado fuerte!” Greg se quejó y Vince asintió furiosamente.
“¡Sí! ¡Escuché que le dijo al Baron sanguinario que si no se apartaba de su camino, encontraría la manera de asesinarlo nuevamente!” Vince terminó. Draco miró a los dos traidores.
“¡En mi defensa, mi amor, esa quinto año estaba respirando demasiado fuerte!” “¡Draco, ella estaba teniendo un ataque de asma!” Daphne siseó y él la ignoró “¡y el barón estaba merodeando en medio del pasillo! ¿Quién hace eso?” Harry solo rió
y comió su desayuno. ¿Cómo puede alguien verse tan hermoso comiendo un waffle?
“¡Harry! ¡Mi precioso primo!” La prima Tonks salió de la nada y lo recogió. Hoy tenía el pelo de un encantador rubio Malfoy.
“Oh, cómo te he extrañado. ¡No te preocupes, La prima Tonks luchará contra todas las demás enfermedades para que no puedan lastimarte!” Gritó dramáticamente y él no pudo contener la risa. ¡Estaba actuando como padre!
“¡Quince puntos menos para Hufflepuff por burlarse de un profesor!” La voz de su Padre venía detrás de ellos. Ella solo le guiñó un ojo y salió corriendo, llevando a Harry con ella.
“¡Diez puntos para Hufflepuff por un cabello hermoso!” Su padre continuó y su padrino le dio una palmada en la nuca.