Después de la guerra la población femenina disminuyo demasiado por lo que se llegó a una tregua y se creo un sistema para juntar hombres y mujeres.
Violet no ha tenido una buena vida y está renuente a hacer la prueba, sin embargo conoce a un par de...
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- No me parece necesario ningún tipo de disculpa solo dígale a su amigo que se abstenga de conducir como un maniático - le sonrio y sigo mi camino hasta la tienda de artes intentando escapar.
Al entrar una campana suena y una señora mayor detrás del mostrador me sonríe. Me sumerjo en la tienda con la intención de olvidar el desagradable encuentro con los locos de afuera, aquí hay todo tipo de materiales, me emociono al ver tantas paletas de colores con distintos efectos y acabados.
Estoy concentrada hasta que escucho la campana de la entrada sonar anunciando un nuevo cliente, no le prestó atención y sigo con mi momento eufórico viendo las pinturas brillantes que encontré.
Sin embargo mi felicidad acaba cuando veo por lo huecos de las repisas a los "nuevos clientes", son los malditos locos. Desde mi lugar solo logro ver a uno de ellos, al que hizo que mi mamá se comportará como una tonta adolescente, el amable y británico.
¿Como si no te hubieras erizado cuando te sonrió?
Mi conciencia me da un golpe bajo.
Mientras estoy hundida en mis pensamientos no noto la presencia a mi lado.
- ¿A quién espias? - la voz masculina me sorprende en el acto
- ¡Dios! - volteo al ver al duo frente a mi - ¿Cómo son tan silenciosos? ¿Cuándo llegaron aquí?- pregunto con la mano en el pecho
- Mientras tu murmurabas que somos unos locos - el inglés parece ser un bromista
- Bueno viendo como me siguieron creo que no estoy equivocada. - un bufido de su amigo capta mi atención.
- Te dije que no valía la pena. - comenta con arrogancia
Mierda, si no fuera un idiota caería ante él ahora mismo.
He escuchado del albinismo, incluso he visto fotos o imágenes pero nunca lo había visto en persona, el conductor loco es un hombre albino y como si no fuera suficientemente encantador, es guapo, es extremadamente guapo.
Todo en él lo hace ver como un maldito ángel caido, sus facciones son delicadas, su cabello largo con la mitad peinada en un moño, incluso su cuerpo y altura ayudan a que su apariencia de vuelva hipnótica.
Puedo asegurar que es la persona más hermosa que he visto en mi vida.
Lastima que sea un demente.
- Queremos disculparnos correctamente por lo de allá afuera, por favor déjanos pagarte por nuestro error. - miro a las dos personas frente a mi incrédula.
- No necesito su dinero, ya dije que está bien. Pueden irse tranquilos, estoy bien, es suficiente con sus disculpas. - un gruñido sale del idiota
- Lo dice la chica que acaba de llamarnos locos.- el albino sonrie con ironía
