Después de la guerra la población femenina disminuyo demasiado por lo que se llegó a una tregua y se creo un sistema para juntar hombres y mujeres.
Violet no ha tenido una buena vida y está renuente a hacer la prueba, sin embargo conoce a un par de...
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Después de acomodarme en mi nueva habitación no pude evitar quedarme dormida, simplemente estaba exhausta. No tuve claro cuánto dormí pero ya era de noche cuando unos toques en la puerta me despertaron.
La nueva habitación es enorme, tiene dos cuartos, un recibidor y la recamara, aparte del baño.
Mientras ellos están en el penthouse yo estoy en la habitación siguiente, osea la suit presidencial. No sé cuál sea el precio y no quiero saberlo.
Es digna de ser llamada suit presidencial.
- ¿Necesitan algo? - pregunto extrañada al ver al duo frente a la puerta.
Leo y Luca
- Creí que eramos libres de venir a verte. - el británico me sonríe mientras se recarga en el marco de la puerta.
Muerdo mi labio mientras detalló un poco su rostro, es un hombre atractivo, demasiado.
- Claro... - dejo la puerta abierta y vuelvo a entrar al lugar huyendo de mis pensamientos.
A medio camino volteo para ver cómo ambos siguen en la puerta sin moverse.
- ¿No es muy confiado de tu parte dejarnos entrar asi? - Leo pregunta y Luca solo bufa.
- Suele tener el hábito de meter hombres a su cuarto. - comenta irónico recordando el día que nos conocimos.
- Pudrete. - digo con una falsa sonrisa mientras camino en dirección de la pequeña sala - Sería muy desconsiderado no dejarlos pasar, después de todo ustedes están pagando este lugar. - me acuesto en el sillón sin ganas de seguir con la conversación.
Ambos me miran desde la puerta y después recorren el lugar con la mirada hasta que deciden entrar cautelosos. Leo se sienta en el sillón individual frente a mi y Luca se queda parado mirándome.
- Entonces ¿Qué quieren? - pregunto sin mucho interés.
Leo sonríe mientras se hunde en el sillón
- Venía a pedir tu compañía para una fiesta. - me enderezó extrañada por la propuesta.
¿Fiesta?
- ¿Cuando? - pregunto desconfiada.
- Hoy, a media noche - toma su muñeca acomodando el bonito reloj en ella.
- ¿Por qué? - encoge los hombros.
- Te ves como alguien que disfruta de ellas, además quiero conocerte un poco más. - bufo
Solo hemos cruzado unas cuantas palabras además de nuestro fatal encuentro con Alba, literalmente es un completo desconocido.
- Hay algo más. - no pregunto, afirmó.
No se ven como personas que me invitarian a un lugar sin un propósito.
- Talvez - responde dejando en claro que no me lo dirá.
