𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 - 𝐼𝐼

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Sin Miedo

Se tiro en su "nueva" cama con un suspiro sin aliento, aun asombrado por como había pasado toda su tarde, era tan irreal; acababa de regresar del mejor día de toda su vida y aun no podía creerlo, se sentía como un sueño.

Un mago, él era un mago, eso era lo diferente en él, no podía dejar de sonreír por eso.

El mundo mágico era maravilloso, no había otra manera de describirlo, había demasiadas cosas nuevas y super interesantes, se sentía abrumado, le fue imposible no apartar la mirada y aun así intentar mirarlo todo, era todo tan encantador que estaba sin palabras incluso horas después.

 Casi deseo quedarse allí para siempre, pero lamentablemente no podía quedarse solo, era demasiado nuevo en todo eso como para poder sobrevivir.

No es como si lo hubieran permitido, así que no importaba mucho; de allí el por qué estaba una vez más estaba en la casa de los Dursley, pero al menos era mucho mejor que antes, tenia una habitación, maltratada, desordenada e impropia, pero era suya, y eso era igual de maravilloso.

La emoción aun burbujeaba debajo de su pecho y en su estomago, a pesar de ser ya bastante tarde, no podía dormir, todo había sido tan... mágico.

Las compras, las tiendas, los magos y brujas, su nuevo regalo, el banco, no podía quedarse en una sola cosa, todo era tan magnifico, y sus padres...

Ahora sabia la verdad de sus padres, y no podría estar más agradecido por eso, saber que lo amaban de tal forma lo tenia casi por las nubes, estaba maravillado por todo.

Nunca podría haber imaginado algo así.

Pero si era sincero, había algo que lo estaba preocupando ya hace un rato, y en la privacidad de su pequeña habitación se sentía correcto por fin pensar en eso, como si la oscuridad y el silencio hicieran eco en ese pensamiento escondido entre tanta emoción,  no podía esconderlo en una esquina e ignorarlo, era... importante.

Valiente, todo el mundo esperaban de él un niño valiente, valioso y especial, era, para ellos, el niño que vivió, y era reconocido por esa noche que no podía recordar.

Todo el mundo mágico esperaba eso de él, y él...estaba aterrado con la idea, y todo parecía empeorar al pensar en lo decepcionados que estarían todos, no podía permitir eso, simplemente no tendría un lugar, no podía perder al mundo mágico, era... lo único que realmente podría tener.

¿Pero como lo haría? Entraría a un mundo completamente nuevo, no conocía a nadie y prácticamente nada de lo que era él y ese mundo, tenia miedo; sí, estaba emocionado, pero casi no podía con los nervios que comenzaban a asaltarlo con crueldad burlesca.

Resoplo incomodo antes de volver a removerse en la cama ¿Cuál era la solución? Tenia que ser el niño que vivió, ser ese héroe que tantos querían y esperaban de él, ese hijo de los grandes héroes de guerra, un inquebrantable Gryffindor, si eso había entendido correctamente.

Hagrid lo había explicado bien, era un héroe, sus padres, dos valientes Gryffindors, lucharon sin miedo por él, enfrentando a una persona horrible y cruel que iba tras ellos y salvándole la vida junto a un suceso desconocido que había bloqueado de una maldición terrible.

Simplemente no sabia como ser tan valiente como ellos, él era tan diferente, miedoso, cuidadoso y reservado que nunca hubiera hecho algo así, pero así no era como encajaría en el mundo mágico, ya tenia una ranura, solo tenia que moldearse hasta poder pertenecer.

Solo debía perder el miedo.

Estiro su mano fuera de la cama hasta tomar el pequeño pedazo de espejo roto que resaltaba desde el maltratado nochero, reflejando la poca luz que entraba por la ventana, tomándolo con cuidado para no cortarse por error.

Era oscuro y ya se había quitado sus gafas, pero podía reconocer su silueta en el espejo.

-Los ojos de mi madre- Susurro de manera privada al viento, un suspiro de aire apenas audible, tocando con las yemas de sus dedos el espejo cerca de sus ojos, como una débil caricia temerosa -Y el rostro de mi padre- Murmuro nuevamente con la misma tímida suavidad.

Él era ellos, una imitación, su hijo, él... debía ser así.

-Ya no quiero tener miedo, quiero ser como ellos- confeso en la soledad de su habitación, mirando directamente sus ojos en la bruma de su visión y la noche, sintiendo su pecho pesado con esa verdad dicha antes de que una calma comenzara a llenarlo.

Suspiro tranquilo, sintiéndose más seguro que nunca y con la expectativa emocionada del futuro nuevamente renovada, no podía esperar para conocer Hogwarts, aprender magia y hacer amigos, seria una aventura inolvidable.

Un bostezo lo hizo congelarse por un segundo, pronto iría a un nuevo mundo y el día había sido largo y llamativo sin duda alguna, era mejor descansar, pensó antes de regresar al espejo a su lugar y cerrar los ojos, siendo reclamado por el sueño.

Sin detenerse a pensar ni un segundo en por qué había perdido de repente el miedo y menos en lo importante que era sentirlo.

Pero el destino y la magia eran inteligentes y buenos, no perdería el miedo por completo, aunque si lo guardaría de manera... inusual.

No vio el ligero rastro de privacidad y desconfianza en la imitación de sus ojos, mirando fijamente desde el trozo de espejo que aguardaba a su lado.

Ahora el espejo no estaba tan seguro de revelar su existencia, tenia miedo de lo que  le podría pasar si se descubriera la verdad de el.

~𝐸𝑠𝑝𝑒𝑗𝑜~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora