𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 - 𝑉𝐼𝐼𝐼

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Ayudarlos...

Cerro la puerta tan silenciosamente como pudo, evitando despertar a sus compañeros, y se encerró en el baño, callando su llanto mientras se acercaba al lavamanos, mojando su rostro inútilmente en un intento de limpiarlo, sintiendo las lagrimas regresar rápidamente sin perdón para volver a abrumarlo, manchando nuevamente su cara.

Ahogo un sollozo que parecía escaparse, cada vez más difícil contenerse en ese momento de la madrugada, todas las emociones golpeándolo sin descanso o piedad, agobiándolo incansablemente.

-¿Que sucede?- pregunto una suave y susurrante voz llena de una cálida preocupación reconfortante, naciente del espejo frente a él, donde podía sentir una fija mirada que no se sentía capaz de enfrentar.

-Nada, yo...- dijo Harry antes de interrumpirse a si mismo con un sollozo, su cabeza reviviendo nuevamente la constante imagen de Cedric muerto en el cementerio frente a él, atormentándolo incluso después de despertar de sus pocas horas de sueño.

-Dime que te molesta, ayudara- Aconsejo el espejo suavemente, usando una voz más melodiosa y tranquila de la que normalmente usaba al hablar, mas humana y cálida.

-No es nada- aseguro Harry ligeramente histérico sin poder evitarlo, mirando su espejo para convencerlo de que estaba bien, sonriendo nerviosamente y agitando las manos de manera temblorosa y un poco desesperada.

En respuesta, la mirada de espejo se volvió mas fría y seria -Me miras, pero soy yo quien ve a través tuyo, se que te atormenta- dijo con severidad, un tono de voz bajo y recto que lo arrinconaba en un invisible abrazo, obligándolo a recibir consuelo y apoyo en ese mismo momento.

Harry no pudo evitarlo, aunque lo intento, volviendo inevitablemente a sollozar y pronto estallar en llanto, acurrucándose en si mismo y dejando las lagrimas fluir, silenciando el baño con un movimiento de su varita para no molestar a nadie, a penas notando que la había tomado al despertar, nervioso y aterrado por su vivas pesadilla, como un mecanismo de defensa.

-Esta bien, respira, cuenta hasta 4 y vuelve hacerlo, inhala, exhala- indico el espejo en un susurro pasivo que lo guiaba en la bruma que comenzaba a ahogarlo, viendo como Harry entraba en pánico al no poder recoger el aire suficiente, demasiadas emociones negativas que comenzaban a arrastrarlo cruelmente a un hueco oscuro lleno de desesperación abrumadora.

-Pero ellos...- Intento decir desesperado, un tono angustiado que parecía atorarse en su garganta, impidiéndole continuar irremediablemente, llorando aun más fuerte por tal impotencia, nadie le creía, todos estaban en peligro, Voldemort había vuelto y el no podía hacer nada.

Miro con terror al espejo, intentando expresarse de algún modo con el único que podía entender, quien lo conocía; él no pudo evitarlo y tampoco podría vencerlo, y nadie parecía entender eso, no se preparaban, lo dejaban solo mientras lo insultaban y calumniaban, esperando su ayuda en un futuro, todo parecía empeorar.

Se sentía dentro de una completa pesadilla, a pesar de reconocer que estaba despierto; sus pesadillas normalmente eran recuerdos desordenados y borrosos, tormentos que lo perseguían con indudable diverción e incalculable sed se sangre por su sadismo contra él.

-Tranquilo, se que te preocupan, pero eso no importa ya, no ahora, respira, céntrate en eso- volvió a hablar el espejo, interrumpiendo los revoltijos de pensamientos culposos y crueles que asaltaban su cabeza con araños y gritos -eso, sigue así- lo animo.

Sentía su voz como un eco lejano, una luz tan endeble que apenas podía distinguirla en tal oscuridad -Eso es, lento, relájate, mírame a mi, estas bien, estas aquí, déjame cuidarte- continuo el espejo con gran calma, usando una voz suave y melodiosa para mostrarle la salida.

Siguió así hasta que Harry por fin pudo respirar correctamente, mas tranquilo y nivelado, dejando atrás el pánico que lo había dominado, pero solo por muy poco.

Apoyándose en la pared contraía, Harry suspiro fuertemente, el sonido de esta quebrada y temblorosa, cerrando los ojos, cansado, antes de deslizarse al suelo, derrotado y agotado por lo que le acababa de suceder.

Mientras Harry se recuperaba el espejo lo miraba, inmóvil y pensativo, detallando el sudor, la piel más pálida, los temblores en las manos, las ojeras grises que resaltaban mucho más y la manera en que parecía rendirse y acunarse en dolorosa aceptación.

Pensando claramente, dejo que los minutos se arrastraran hasta que Harry volvió a abrir los ojos, una mirada fatigada y débil que parecía apagar el hermoso brillo verde que poseían sus ojos.

-Deberías intentar irte, salir de aquí- le dijo el espejo mirándolo fijamente, una voz llena de convicción inmovible que usaba cuando lo protegía y buscaba su bien, una mirada seria que explicaba más de lo que podían las palabras, el espejo estaba demasiado preocupado, y también seguro de que esa era la decisión correcta, todo por su bien.

Pero él no podía hacerlo, por muy tentador que sonara en esos momentos de la madrugada, debía estar con ellos, era ese su deber...

-No puedo dejarlos- fue la respuesta de Harry, un tono cansado que aun así mostraba lo difícil que seria hacerle cambiar de opinión -soy el único que sabe, además del director, quien sabes, confía en mi para eso- suspiro pesadamente, dejando en ese aliento toda la duda de continuar  -.yo debo ayudarlos-

-Ayudarlos está costando demasiado para ti- declaro el espejo de manera cortante y sincera, diciendo todo lo que pensaba con esas palabras.

Harry lo miro unos segundos, sin saber que decir antes de apartar la mirada -no se de que estas hablando- murmuro un poco mas bajo y esquivo.

-Soy tu reflejo- dice la voz con una tristeza apagada y una seriedad fría -Tengo todas tus marcas, pero no la historia detrás de ellas- dijo claramente, pero Harry aun se negaba a mirar o responder a eso.

-Yo no siento dolor, pero esta ahí, veo la sangre y las palabras, sé de la herida en tu mano- dijo directamente, su mirada tomando más fuerza al terminar -Tu si sientes dolor- concluyo con un tono más molesto y amenazador, demostrando lo incontento que estaba por la situación.

Incontento no parecía ser la definición correcta.

Harry solo pudo bajar la cabeza, sin poder enfrentarse a eso, sabia que su reflejo solo quería cuidarlo, y lo valorada de verdad, pero todos los demás estaban allí, él necesitaba ayudarlos.

-Prometiste pensar en mis palabras, deberías escucharme- presiono el espejo, una rabia silenciosa llena de preocupación impulsando sus palabras -Solo quiero que sobrevivas- susurro al final.

Harry por fin tomo valor y alzo la mirada, forjada en una justicia que iba a lastimarlo en un futuro, lo sabia, pero es lo que debía hacer; el espejo solo pudo mirar con tristeza -Lamentablemente, yo solo quiero salvarlos a todos- murmuro Harry con convicción en una voz baja y algo arrastrada.

Por imposible que pareciera, una lagrima resbalo en el rostro de su reflejo, mirando con temor y aceptación al chico que estaba frente a él -Yo te avise- acepto antes de suspirar angustiado -pero no te preocupes, me quedaré incluso cuando todo falle-.

~𝐸𝑠𝑝𝑒𝑗𝑜~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora