𝐸𝑝𝑖𝑙𝑜𝑔𝑜

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Hora de irnos

-¿A donde vamos?- pregunto Harry suavemente mientras empacaba sus ultimas cosas en la solitaria habitación, era el ultimo en empacar todo, pero ese era el precio por esperar que sus compañeros de cuarto se fueran a desayunar, no quería estar al lado de ellos en ese momento.

-Ya lo he investigado, no te preocupes por eso, te daré todas las indicaciones- respondió espejo con una suave sonrisa aliviada, los humanos, como era de esperarse, torpes y crueles, no habían dejado en paz a Harry después de que el mismo se revelara, fue lo ultimo que él necesito para que aceptara la propuesta de irse.

Gracias a la valentía que había tomado ese día, salió del espejo, con un poco de magia, y se negó a dejar a Harry llorar de más, no lo había pensado en ese momento, pero él había hecho lo correcto en ese entonces, y aunque atosigaron al pelinegro hasta el cansancio, lo habían empujado lo suficiente.

Estaba cansado de eso, y él lo entendía, un héroe, un villano, un mentiroso, un campeón, un asesino, el culpable de todo, la nueva sensación, una persona de magia oscura y muchos secretos, el próximo salvador; todos eran demasiado cambiantes y crueles, orgullosos e ignorantes insensibles,  pero ahora todo iría mejor, por que ahora podía cuidar de Harry.

-¿Como lo lograste de todos modos?- pregunto Harry curioso mientras revisaba en cada esquina del cuarto y bajo la cama para que no se dejara nada, era su ultima vez en esa habitación después de todo.

No es que alguien más supiera de eso.

Espejo sonrió misterioso y satisfecho, recordando como había leído e investigado noches enteras y luego, en secreto,  escrito una carta a Gringotts para preguntar por su herencia, ahora estaban emancipados por el torneo, aunque aun no podían reclamar sus anillos y señorías, pero eso no le era un gran inconveniente en ese momento.

Lo importante eran las propiedades, y de todas ellas, una cabaña alejada de todo, cerca de un agradable pueblo, con comodidades mágicas y muggles y un lugar demasiado protegido, ese era el próximo destino y su nuevo hogar.

-No te puedo decir, pero tampoco es algo en lo que deberías molestarte en pensar- respondió espejo divertido, recibiendo una sonrisa de Harry cuando noto que le estaba tomando el pelo.

-Como tu digas, pero igual me gustaría saber que hacer, para no dañar nada- Menciono divertido y algo tímido, haciendo que espejo negara con una sonrisa.

-Al salir de la estación, en lugar de encontrarnos con nuestros tíos, tomaras el dinero muggle que guardamos de emergencia, luego, con cuidado de que no nos vean, un taxi hasta el caldero chorreante, con el hechizo glamour y el baúl encogido al estar en una zona magia, es camino directo a Gringotts- explico el espejo, agradecido de haberle pedido a Harry aprender varios hechizos, como el de Glamour y el como silenciar una habitación.

Era precavido, pero que le cobraran por eso si lo querían, tenia un protegido, alguien a quien cuidar y no importaba el precio, ni dinero, magia u otras personas, no pensaba dejarlo sufrir más, y si tenia que enfrentarse y escapar del mismo Dumbledore y el mundo mágico por completo, que así fuera.

-¿Necesitamos dinero?- pregunto Harry mientras sacaba una prenda de ropa que espejo le había pedido a los elfos que le dieran, no era nueva, pero era mejor que la mayoría de su ropa, y le vendría de maravilla ese día, así que la metió en su bolso para ponérsela más tarde.

-Por supuesto, iremos a una tienda de ropa para que te tomen las medidas y por ultimo buscaremos suministros de pintura y dibujo mágicos, no necesariamente para retratos, pueden ser simples cualidades de calidad y uso- el reflejo callo repentinamente sus divagaciones cuando Harry tropezó y cayo al suelo.

Antes de que espejo pudiera preguntar o entender que sucedió, Harry se levanto y sacudió sorprendido, su mirada asombrada diciendo lo que su garganta se negaba a soltar.

Espejo rio suave -Si, Harry, se que quieres pintar, y es la oportunidad perfecta para hacerlo- animo él espejo con una sonrisa cariñosa, imaginando vagamente la alegría de Harry en su futuro hogar, tan libre y propio.

-Pero...- intento decir Harry, más el espejo negó y le impidió continuar.

-Puedes hacerlo, he visto tus dibujos, tienes todo el tiempo del mundo para aprender, puedes hacer la pinturas que solías soñar de vez en cuando- añadió suavemente, después de todo lo conocía desde que existía, sabia de sus paciones, sueños, miedos y secretos, le conocía más que Harry a si mismo.

-¿Crees que podre hacerlo?- murmuro Harry mientras encogía su baúl con un toque de su varita.

Su reflejo lo miro a los ojos, brillantes de honestidad y una seguridad inquebrantable -Estoy completamente seguro de ello- Harry pareció iluminarse con sus palabras, sonriente y lleno de una esperanza que no recordaba sentir antes.

Se sentó en la cama por ultima vez, pero en lugar de pensamientos reflexivos y lastimeros que lo arrastraban al pasado, medito en el futuro, lleno de una tranquilidad cálida, como si no tuviera peso alguno, ni cadenas, ni insultos, ni responsabilidad con otros, ni mascaras o disfraces, solo él.

-Puedo comenzar pintando las estaciones, espero que podamos verlas en nuestro hogar- murmuro Harry con una sonrisa tan dulce y soñadora que ablando a espejo por completo, seguramente Harry adoraría la biblioteca que le consiguió y el enorme bosque que estaba catalogado como su propiedad.

-Bueno, estoy seguro de que las estaciones me odian, pero me encantaría verlas en tus pinturas- Animo espejo con cariño juguetón.

-¿Por que te odiarían?- se rio Harry mientras se recostaba y miraba por ultima vez a la ventana, observando el cielo despejado y las pocas nubes blancas que lo decoraban.

-Bueno, sé que el otoño me odia porque no tengo nostalgia, el verano porque su calor no sentiré, la primavera porque nunca me enamoro y el invierno porque soy mucho más frío que él, así que si, no les debo caer bien- enumero el espejo alzándose de hombros, acompañado de un estado tranquilo que estaba en él desde que había logrado idear un plan para salvarlo de todo.

Mientras Harry fuera feliz, él podría estar en paz; bueno, siempre cuidándolo desde las sombras, pero si estaría mucho más tranquilo que en los últimos años, sin ver como el mundo destruía a su protegido poco a poco

Harry estallo en carcajadas -¡Tú! ¿Frio? Imposible ¡Tienes el corazón más cálido y gentil que conozco!- se burlo él.

-¡Hey! Estoy seguro que otras personas no pensarían igual- argumento el espejo con diversión, pensando en las miradas incomodas y hasta aterradas que había recibido una que otra vez mientras Harry se tomaba un descanso, por lo que solía ser bastante sensible y necesitar de su compañía; la gente le temía, y eso, para él, era perfecto.

-Bueno, pues las otras personas no importan, sigues, para mi, teniendo el corazón más bondadoso que existe- se burlo Harry divertido y sonriente, incapaz de detectar lo diferente que eran sus palabras y opiniones a cuando aun se esforzaba en ser el niño que vivió, espejo estaba orgulloso.

-Bien, niño, toma tus cosas, un tren y una futura vida nos espera- sonrió su reflejo divertido mientras Harry tomaba el pequeño espejo que había comenzado a llevar con él, lo suficientemente grande para reflejar solo su rostro, lo suficientemente grande para Harry, al ver los amorosos ojos y la bella sonrisa que su reflejo le daba.

-Yo me adelantare un poco y hare guardia, tu solo busca un compartimento, estaré allí cuando el expreso avance- explico el espejo con claridad, recibiendo una amigable sonrisa a cambio.

-Bien, es hora de irnos- asintió Harry, guardando el espejo en su bolso y dando sus últimos pasos en los corredores de ese gran castillo, y una vez más, no lamentándose y pensando en el pasado, si no en el futuro que él y su reflejo llevarían de ahora en adelante.

Estaba realmente ilusionado por todo, ahora era libre, y todo gracias a su espejo.

~𝐸𝑠𝑝𝑒𝑗𝑜~Where stories live. Discover now