𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 - 𝑉𝐼

113 21 0
                                    

No puedo...

Los ojos de su madre... él tenia los ojos de su madre.

Eso no era ninguna novedad, se lo decían bastante seguido, sobre todo en su primer año, y él siempre lo supo, cargando ese hecho con orgullo y alegría, como una indicación de que camino seguir, de a quienes parecerse; una luz radiante en un camino desconocido. 

Eso decían todos ¿No?, era su padre con los ojos de su madre... él...no sabía que pensar al respecto, ya no, al menos.

No sabia exactamente que había cambiado, tal vez fue crecer, la adolescencia y el desarrollo de sus propias opiniones y deseos, o tal vez fue lo mucho que lo repetían, un reconocimiento del hecho por tres largos años, o el cansancio de saber donde pisaron sus padres para seguir sus exactas huellas.

Sin embargo sabia una cosa.

De alguna manera... se estaba volviendo agotador.

En algún momento, sin notarlo, ese brillante patronus que simbolizaba a su padre, un fuerte ciervo de grandes cornamentas, valiente y audaz incluso en forma de un hechizo, se había vuelto en una antorcha que llevaba un desconocido invisible en su mano, tomando con su otro brazo unas cadenas justamente atadas sus manos y pies, obligándolo a continuar recto a pesar de la poca luz.

Sabia que no había nada allí, incluso si tenia que mirar para comprobarlo, pero el peso en sus manos y pies, y sobre todo, en su pecho, realmente había comenzado a sentirse.

Cada vez se hacia más constante, no como una mera idea, si no como si se hubiera por fin dado cuanta y ya no pudiera ignorarlo, haciendo más real todo eso, como si la sociedad en forma de hombre lo encadenara y lo mantuviera en ignorancia, solo indicándole el único camino que podía seguir.

¿Si no fuera así, por que ocultarían lo de Sirius? Si era para protegerlo pues hacían un trabajo  terrible, ya se había enfrentado a un enorme y mortal basilisco con la sed de sangre peor que la de un vampiro moribundo, sus ideales de protegerlo eran inservibles en el mejor de los casos.

No hacia falta decir cual era el peor.

Sin embargo, no era solo la sociedad desconocida quien había puesto esas cadenas, lo sabia y lo reconocía, no servida de nada mentirse en ese asunto, por mucho que anhelara poder hacerlo; esas cadenas pesadas y frías, atadas fuertemente en sus muñecas y tobillos también habían sido atadas o reforzadas por personas familiares.

Y ese hecho realmente le hacia pesar el corazón.

Cosas tan simple como comentarios o miradas, que al inicio estaban bien para él, perdieron la ilusión que las cubría y se dio cuenta que no quedaba nada de el verdadero él para rescatar, y fue cuando entro en pánico y reconoció todo lo que estaba frente a él.

¿Acaso alguien sabia que su color favorito era el morado? ¿O que en realidad prefería cualquier fruta sobre la torta de melaza? ¿Qué prefería las aves antes de gatos, perros o cualquier otro animal? ¿Cuál era su flor favorita? Temía la respuesta de ello.

Amaba a Sirius, lo conocía hace demasiado poco, pero lo amaba... sin embargo, le dolió horriblemente cuando lo llamo James, entendía que Sirius no había tenido la mejor vida y Azkaban le había hecho demasiado daño, pero aun así...

Él no conoció a su padre ¿Por qué tenía que ser solo él? tal vez si pudiera parecerse más a su madre... tal vez... así sería único, así sería mejor, una combinación de ambos que podía permitirse ser él mismo.

"Tu padre era bueno en transformaciones y era increíble volando" "Tu madre era maravillosa en hechizos" " Bueno, ellos no eran tan bueno en eso, tal vez deberías... " estaba cansándose de escucha cosas así.

-Me gustaría parecerme más a mi madre...- Susurró suavemente mientras miraba el espejo, imaginando borrosamente como serian esos rasgos diferentes y más finos, no quería ser femenino ni nada, pero si fuera diferente...

"Es Harry, soy su mejor amigo, estoy bastante seguro de que su color favorito es el rojo" "Heredaste eso de tu padre, es bueno ver que tienes esas partes de ellos" "Recuerdo que tu madre adoraba los gatos, estaba asombrada y muy contenta cuando descubrió la transformación de McGonagall" "Desagradablemente orgulloso, justo como tu padre"

-Me gustaría ser yo- murmuro aun más bajo, como si algo lo obligara a justificarse por ser cruel con esa petición irracional, como si su moralidad se opusiera a su petición a pesar de sentirse mal.

A pesar que dolía.

Intento decir algo más, explicarse para no sentirse tan mal consigo mismo, para que pudiera entender, para no culparse por decir en voz alta esas verdades gritadas silenciosamente en su cabeza en las madrugadas largas donde el sueño parecía despreciarlo, y entonces el reflejo se movió.

Frunció el seño inmediatamente, ¿Estaba alucinando? Volteo a ver a sus espaldas, pero tampoco había nadie detrás de si, negó con la cabeza levemente y con lentitud, no mucho más que una pequeña sacudida

-No puedo hacer eso- hablo una voz rota, resquebrada, anormal y terriblemente baja, arrastrada y endeble, como si fuera el viento contra una ventana que sonaba rota.

Regreso con un latigazo la mirada al espejo, importándole poco el repentido dolor en su cuello, abriendo los ojos en asombro total, frente a él, a pesar que no podía creerlo, había un reflejo diferente al suyo, que lo miraba triste y serio, su mirada determinada y cuidadosa fijándose solamente a él.

-¿Que has dicho?- Logro preguntar Harry, esforzándose por sacar las palabras de su garganta, en completo shock, sin poder reaccionar más a qué su reflejo en el espejo le había respondido.

Su espejo le había hablado.

El reflejo abrió la boca para hablar, pero no salió nada, incluso un inentendible ruido o algo similar, solo un inquietante silencio; miro con leve disculpa al chico que estaba frente a él, sus reacciones pequeñas y congeladas, incapaz de hacer más como si algo lo detuviera o simplemente no estuviera acostumbrado a moverse.

El reflejo bajo la mirada seriamente, estresado, y era raro ver una versión de si mismo hacer eso sin que lo hiciera a la vez, antes de volver a mirarlo y negar exactamente igual que él hace unos segundos atrás.

Y Harry, a pesar de lo anormal que era la situación, entendió: "No puedo hacer eso" un eco de lo que había dicho segundos atrás...

Era todo lo que el espejo pudo comunicarle, no estaba muy contento con eso, pero nunca había intentado nada así antes, sobre todo por que el núcleo mágico de quien reflejaba por fin podía permitirle una pequeña porción para poder ser más que un reflejo convencional, lo que no podía antes; eso lo molestaba, no podía decirle lo preocupado que estaba por él, o lo dudoso que estaba de presentarse.

Decir que no le temiera, que quería cuidarlo, que solo se mostro por que él había retomado una parte de lo Slytherin que había guardado dentro de él, que él podía aconsejarlo, no podía decirle nada de eso, y se sentía inútil por eso.

Harry lo miro con confusión, intentando entender más profundo, entender todo lo que ocultaba la mirada de su reflejo, tan similar y ligeramente diferente a él.

No lo logro, pero no se sintió mal frente a su espejo -Gracias por intentarlo de todos modos- murmuro Harry ahogando un poco el tono perdido y confundido que se le había escapado antes, recibiendo un mínimo asentimiento como única respuesta.

Salió del baño poco después, nunca tuvo la intención de tardar tanto, y a pesar que no lo veía, tenia la sensación de una mirada que lo seguía incluso a través de la puerta; antes de salir de su habitación la sensación se detuvo, desvaneciéndose en la nada.

Tenia el presentimiento de que no seria la ultima vez.

El resto del día, se prometió pensar en lo que había sucedido.

~𝐸𝑠𝑝𝑒𝑗𝑜~Where stories live. Discover now