XVII

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Llanto, súplicas y dolor.

Llanto, súplicas y dolor

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Christopher Morgan.

Londres, Inglaterra (época pasada)

Todo está bien, trato de convencerme a mí mismo desde hace horas, pero sé perfectamente que nada lo está.

No dejo de pensar en Lyra, lo jodí todo.

Las amigas de Rachel han insistido tanto en hacer una fiesta por el rescate , sin importar su opinión.

Todos a mi alrededor se ven contentos, no hay ninguna preocupación, nada.

Excepto Eloisa, la madre de Lyra que mira hacia el gran ventanal con el ceño fruncido luciendo preocupada.

Avanzó hacia ella y en el trayecto alcanzó un vaso de whisky, cuando estoy a su lado ni siquiera me mira para saber que soy yo.

— Christopher, se que el tema de tu compromiso con Lyra nunca fue de tu agrado, pero aún así la usaste para tu beneficio, no te estoy culpando de nada, pero no debiste dejar que ella se enamorara de ti.

Sigo con la vista fija en el vaso de whisky, pero me atrevo a responder.

— Así es, el hecho de que la use no es un tema oculto para nadie, y con respecto a si se enamoro o no de mi, yo no podía hacer nada.

Ella suspira mientras baja su mirada hacia sus dedos enlazados, traga saliva y muerde su labio inferior.

— Estoy preocupada, es un sentimiento que llevo desde que Lyra se fue corriendo sin dar explicaciones, no aparece por ningún lado y ya me estoy asustando.

Habla en medio de las lágrimas que luchan por no derramarse.

— Estoy seguro que está bien.

— No es así y lo sabes Christopher, el hecho de que estés aquí conmigo hablando sobre ella y no estando con tus amigos, demuestran lo preocupado que estás.

En cuanto intento hablar nuevamente alguien irrumpe en la sala diciendo que veamos las famosas noticias.

Las cuales odio con mi alma, ya que son simples patrañas y chismes.

Pero en cuanto fijó la mirada en la gran pantalla, todo me llegó de golpe.

« Lyra Stone ha sufrido un terrible accidente»

Escucho el grito desgarrador de Eloisa a mi lado y veo como sus hijos corren a ayudarla, Sergio se mantiene estático, todo permanece en silencio.

La vista se me vuelve borrosa, el nudo insoportable que se hace en mi garganta no me permite entablar una palabra, el dolor en el pecho ni siquiera se va.

Trato de caminar hacia la salida, pero tropiezo con todo, cuando logró recuperar la visión, es suficiente para arrasar con todo.

Destrozó todo, mesas, sillas, copas, botellas de vino, whisky.

Fénix✓.           Christopher Morgan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora