El día que la luna dejó de brillar.

Capítulo 15.

Me he adelantado a la actualización porque es un capítulo bastante extenso, así que aquí está.

Al inicio del capítulo he puesto dos canciones que aparecerán en el capítulo. Como recomendación (para poder meterse más en la historia), escúchenla mientras leen el capítulo.

Graciass :)

PD. Muchas gracias a los que se toman el tiempo de votar, se los agradezco mucho!

Ahora sí, pasamos a leer.

☆
Capítulo 15.
Entre bailes y stripp...
                     caos

Lover - Taylor Swift
Earned It - The Weeknd.

El auto se detiene frente a un salón que luce bastante elegante desde afuera. No puedo ni imaginarme lo caro que debió haberle costado a Hannah.

Y aunque me siento culpable muy seguido por esto, ella me recuerda que el dinero no es algo que le moleste compartir. Me ha contado que el novio se su madre tiene mucho dinero. De hecho, me he dado cuenta que ella es muy importante en la facultad, junto a Daisy. La diferencia es que Hannah es humilde a su manera. No se dedica a humillar a los demás.

Por eso la admiro como persona, y la quiero como amiga. Aunque a veces me cueste demostrárselo.

Isair encuentra un lugar en dónde estacionarse. Tardamos unos minutos en encontrar un lugar vacío porque la mayoría del estacionamiento ya está ocupado. Supongo que la mayoría de invitados ya habrán llegado.

Eso hace que mis nervios aumenten y juegue con mis manos, ansiosa.

Me bajo del auto pasando mis manos por encima del vestido quitando arrugas inexistentes usándolo como distracción. 

Estoy demasiado nerviosa.

Jaden se sitúa a mí lado, tiene una sonrisita al ver que estoy casi hiperventilando. Me pongo a la defensiva poniéndole mala cara.

—¿Qué?

Él extiende su mano hacia mí mientras me mira, expectante.

—Ven aquí.

Entreabro los labios, sorprendida.

¿Quiere que entre de la mano con él?

Es decir, a mí no me molesta en lo más mínimo. Pero, ¿a él no le avergonzara ir de la mano conmigo?

Yo acepto su mano encantada de la vida y empezamos a caminar a la entrada del salón.

Mientras vamos caminando puedo sentir que me echa varias miradas de reojo que yo no correspondo. No para de mirarme, cosa que hace que mi piel se ponga de gallina. No soy capaz ni de mirarle, ¿qué me pasa?

Aprieto un poco más su mano cuando llegamos a la entrada del salón. En esta hay un guardia bastante alto y fuerte que intimida. Él nos pide la invitación para poder entrar, y antes de que pueda reaccionar, mira a Jaden y esboza una pequeña sonrisita a él, la cual el pelinegro corresponde. Me quedo tan confusa cuando nos deja entrar como si nada al salón.

¿De qué me perdí?

Miro de reojo a Jaden, extrañada y él se apresura en explicarme.

—Es conductor del jefe de mi mamá. O de su novio, más bien. Me llevo bien con él, me agrada.

Yo asiento con la cabeza mirando al frente. Esbozo una sonrisa, divertida.

—Así que te cae bien...