Capítulo 29.

12.7K 386 69
                                    

Set Fire to the rain - Adele
«But there's a side to you
That I never knew,
never knew
All the things you'd say
They were never
true, never true»


Capítulo 29.
La decisión

Minutos después de hablar con el guardia él me obsequia una gaseosa y me asegura que todo estará bien.

Con este último pensamiento en mente pido un taxi yendo a casa de Hannah después de decirle que quería verla.

Hannah ha sido no sólo una amiga. Fue mi compañera en todos mis momentos más locos, fue la chica que en todo momento me apoyó. Y aunque últimamente pasa mucho tiempo con su novio haciendo que me sea más difícil verla, sé que la voy a extrañar cada día en cuanto tome ese avión.

En cuanto el taxi llega le doy la dirección y reviso mi celular.

Tengo 24 llamadas pérdidas de Jaden del día de ayer y 5 del día de hoy en la mañana, antes de que todo colapsara.

El día va con mi estado de ánimo, el cielo está nublado y amenaza con llover. Aún así, llego a tiempo a casa de Hannah y cuando me bajo del vehículo ya está lloviendo.

Llego a la puerta de su casa tocando el timbre e intentando cubrirme de la lluvia.
Por suerte, Hannah me abre de inmediato. Ella me observa con una mirada triste al ver mi aspecto. No la culpo.

Lloré más de media hora con el viejito simpático y llevo una sudadera lamentable.

Hannah me deja pasar y en cuanto estoy adentro de inmediato me abraza sin importarle que esté mojada.

—Me ibas a matar de un infarto, zanahoria pelada. Esta vez sí me ibas a matar —la oigo decir mientras me abraza con fuerza.

Le devuelvo el abrazo como puedo y antes de que pueda agregar algo más ella se separa lentamente, esta vez con una mueca en su cara.

—Me he enterado de lo de Jaden —dice mientras se cruza de brazos después de que la haya mojado con mi ropa.
Trago saliva con fuerza y asiento con la cabeza.

—La obsesión de Daisy llegó algo bastante lejos —sonrío un poco en un intento de que no note lo mal que estoy. De tan solo acordarme de todo ello me agobio.

Ella me observa con lástima para después negar con la cabeza y soltar un suspiro.

—Sabía que todo esto no terminaría muy bien —agrega viéndome—. Vino hace poco con Isair. Estaba completamente destrozado, comenzó a gritar como loco pidiéndole a Isair que le explicara por qué le hiciste eso. Por qué lo engañaste con un chico que te hizo daño cuando él en todo momento cuido de tu bienestar. Estaba roto, Ashley. Nunca había visto a alguien gritar de esa manera.

Aprieto mi mandíbula con fuerza y la miro fijamente.

—Sabes qué no lo hice, ¿cierto?, ¿lo sabes? —pregunto en un hilo de voz.

Ella asiente y se adelanta a abrazarme cuando de nuevo suelto una lágrima.

Me quedo el resto de la tarde con Hannah durmiendo un rato y después pedimos algo de comer. Yo no pruebo ni una sola pizca de la comida. Ahora mismo sería como una bomba para mí.

Aunque ella me insiste que lo haga, ahora mismo no puedo.

Cuando por fin anochece y Hannah decide poner una película en su cuarto va por una pijama para mí y cuando estamos listas la interrumpo un momento.

—Hannah... —la llamo en un voz baja como si temiera de su reacción.

Ella voltea a verme y hace un gesto para que prosiga y de nuevo voltea a ver la laptop que está frente suyo mientras busca una película.

El día que la luna dejó de brillar. Where stories live. Discover now