Capítulo 22.

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Trevor Daniel - Falling
«Talk to me, I need to hear you
need me like I need ya
Fall for me, I wanna know you
feel how I feel for you, love»


Capítulo 22.
¡No metas a la abuela
en la maleta!

Observo a mi alrededor con cuidado dando pasos lentos. Parece que no he puesto un pie hace siglos aquí pero no es así, solo han pasado casi tres meses desde que me mude a Rosenthal, no sé cómo sentirme al respecto.

Se supone que he vuelto a casa, entonces, ¿por qué no siente así?

Jaden también observa a su alrededor y se detiene a ver las fotos en las que yo aparezco. Sonríe y yo me limito a observarlo a él.

La casa de la abuela es muy acogedora. Tiene una sala bastante grande y una televisión lo suficientemente amplia para que ella pueda ver sus películas de guerras y peleas que tanto le gustan. Su cocina es también bastante amplia, ya que necesita estarse moviendo constantemente. Dice que es muy cansado, pero ella lo hace aún así.

Veo que Melanie ya se ha instalado cuando la abuela le tiende una bolsa de galletas de mantequilla. Ambas se sonríen y comienzan a hablar de no sé qué.

Fijo mi vista en el chico que está a lado mío y observa mis fotos con mucha atención. La verdad no sabía que le importará tanto conocer a mí yo de pequeña. Casi hago una mueca cuando veo que observa una foto en la que aparezco sin los dos dientes de enfrente. Qué pena...

Quito mi mirada de su dirección cuando él me ve fijamente y yo finjo ver otra foto como si estuviera muy interesada en esta.

Él es lo suficientemente considerado para no mencionar nada al respecto. Al contrario, se limita a observar con más atención las fotografías que adornan la pared.

—¿Cuál es tu favorita? —pregunta señalando las fotos a mi alrededor.

Mis ojos se fijan inevitablemente en un cuadro mediano que está más arriba de las demás fotos.

Me pongo de puntillas para descolgarla con cuidado y agarro el cuadro como si de mi vida se tratara.

Pues en ese caso ya lo hubieras tirado...

Paso mis dedos por el cristal del cuadro y trago saliva antes de esbozar una sonrisa triste.

—En definitiva, esta foto es una de mis favoritas —susurro mientras observo cada detalle de la fotografía.

Somos mi hermano y yo montando caballos. Yo estoy a medio caer de uno de ellos y mi hermano está casi riéndose a carcajadas de mí. Fue un momento que afortunadamente se capto en una fotografía.

Ojalá hubiera podido grabar cada sonrisa de él para jamas olvidar su risa. Ojalá hubiera podido quedarme con más de él y no sólo con recuerdos que me matan constantemente.

Ojalá, él simplemente se hubiera quedado.

Sonrío un poco y mis ojos me amenazan con llorar cuando siento que me pican. Ese día fue uno de los más especiales que compartí con el. Recuerdo que era su cumpleaños. Él odiaba ese día, no lograba entender eso, pero siempre traté de respetarlo.

Cuando me dijo que siempre quiso saber cómo se siente montar un caballo no dude en gastar mis ahorros por él. Por verlo feliz. Ese día lloramos, reímos, nos enojamos por todo y casi nos mató un caballo. Pero no podía pedir algo más, él estaba aquí, y yo era feliz.

Siento la mirada de reojo de la abuela y suelto un lagrima. La seco rápidamente poniéndome de puntillas de nuevo. Jaden agarra el cuadro por mí detras mío y antes de que pueda colgarlo la abuela lo llama.

El día que la luna dejó de brillar. Where stories live. Discover now