Chico

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Querido Diario:

¡Hoy la he vuelto a ver!

¡Tras dos semanas sin verla, hoy la he vuelto a ver!

Habia salido para dar una vuelta por el centro cuando la vi. No había salido por ningún motivo en concreto, solo había salido para despejarme.

Llevaba cuatro días sin salir de mi casa. Cuatro días en los que no había salido para nada, ni siquiera para ver la luz del sol. Cuatro días en los que me pase, literalmente, rodeado e las cuatro paredes que albergan mi habitación. No me molestare en poner la razón por la que estuve cuatro días sin salir. De hecho, dudo mucho que hubiera alguna razón, pero era obvio que, tarde o temprano, comenzara a sentirme mal.

Esta mañana, (O el quinto día que me hubiera pasado sin salir) cuando me levante de mi cama, me comenzó a doler la cabeza, y no tarde en relacionarlo con aquella razón. Estaba claro que, mi cerebro, o tal vez mi cuerpo en si, necesitaba salir a la calle.

Necesitaba que... De nuevo, me diera la luz del sol.

Necesitaba de nuevo sentir el viento.

Entonces, después de haber desayunado, me prepare, y salí con la idea de dirigirme al centro. Fue algo absolutamente mágico porque... No habia terminado de salir por la puerta, cuando el viento, el frio del otoño, me estampo en la cara, haciendo que mi dolor de cabeza desapareciera por completo, sin tener la oportunidad de notar los rayos del sol.

Al notar esta mejoría, podría haber cerrado de nuevo la puerta y haberme quedado en mi casa, pero no quise arriesgarme a empeorar de nuevo, así que salí, y me dirigí al centro.

Fue una decisión acertada porque, como he escrito antes, la vi.

Cuando la vi, mi corazón comenzó a latir con rapidez, y mi cuerpo comenzó a temblar de la emoción, algo que no me había ocurrido nunca.

Ella aun no me había visto, estaba demasiado lejos para verme. Pensé en ir a saludarla, y hablar un poco con ella, tal y como hice la ultima vez que la vi, pero esta vez, añadiendo alguna que otra pregunta, y sin que se me olvidara pedirle su numero de teléfono, y preguntarle si tenía pareja.

Fue entonces cuando, al verla caminar, algo cambio en mi mente, aunque no sabría decir muy bien por qué. Al verla caminar, deseche la idea de hablar con ella, y de mantener con ella aquella conversación que tenia en mente, me pareció un método bastante arriesgado. Arriesgado porque... Podría decirme que tenía pareja, o que directamente, no la tenía, pero que, aun así, no estaba dispuesta a empezar una relación conmigo. Y este, este ultimo pensamiento corrió por mi mente una y otra vez, convirtiéndose, no solo en una especie de bucle, sino también, en una especie de película.

En la escena, estaba sentado en el banco que estaba frente al ayuntamiento, junto a ella, junto a A***, y en esa escena, ella no paraba de mirarme con asco, mientras a su vez, me decía cosas como... <<No pienso salir contigo>> y otras muchas atrocidades que no pienso escribir.

El hecho de pensar que aquel recuerdo podía hacerse realidad, hacia que me dieran escalofríos. No podía aceptar el hecho de que pudiera rechazarme. No podía aceptar el hecho de que me rechazara, al igual que tampoco podría aceptar el hecho de que le ocurriera algo malo.

Fue entonces cuando decidí evitar aquella conversación, y fue entonces cuando se presento aquella otra idea, aquella que hice, o al menos, en parte, porque aun no esta finalizada.

La idea que se me ocurrió la verla caminar era sencilla.

Seguirla, esa era la idea.

Debía de seguirla para averiguar donde vivía, para luego, con un regalo, declararme, y decirle todo lo que siento. Esa era la base de la idea, en aquel momento aun tenia que masticarla un poco mas, tenerla un poco mas clara (Cosa que ya he hecho, en parte) pero decidí no pensar en eso en aquel momento. Así que... Antes de que se alejara más, antes de que la perdiera la pista, comencé a seguirla.

Hasta que no comencé a seguirla, no caí en la cuenta de que, probablemente, no se dirigía a su casa. <<A lo mejor se dirigió a casa de su madre.- Me dije mientras la seguía.- A lo mejor va a comprar, o va a algún casting para probar suerte.>> Y fue entonces, cuando tuve una corazonada.

Fue entonces, cuando presentí que se dirigía hacia su casa.

Y no me equivoqué.

Tiempo después de que comenzara a seguirla (Probablemente habrían pasado unos cinco minutos, vi como entraba en una casa. Es cierto que había tenido aquella corazonada, pero aun seguía teniendo en mi mente alguna de las ideas que se me pasaron por la cabeza mientras la seguía. <<Puede ser la casa de su madre>> Me dije al verla entrar en la casa. Así que, pare cerciorarme, permanecí escondido durante horas, dirigiendo la mirada hacia la casa.

Y así permanecí, hasta que me asegura de que aquella era su casa.

Cuando ya estaba seguro de que aquella era su casa, recorrí el camino de vuelta, llegue a casa, y comencé a escribir esto, mientras a su vez, pensaba e lo que había planeado.

Es cierto que no había hablado con ella, pero eso no significaba que no hubiese podido sacara nada bueno en el día de hoy. Ahora, se donde vive, y dentro de poco, tal vez, dentro de unos días, cuando tenga un poco más claro lo que voy a hacer, y por supuesto, cuando tenga claro lo que voy a regalarle, me declarare, y le diré que... La quiero.

¡Ah! La verdad es que estoy deseando hacerlo, estoy deseando declararme.

Y espero, por lo más sagrado, que no me rechace.

AmorWhere stories live. Discover now