Tu talante desmoralizada por tu actual situación había provocado una gran desatención a tu persona, a tus alimentos diarios y en general a cualquier actividad de tu día a día.
El ímpetu que te movía y característico de ti había sido nublado por tus sentimientos, los cuales se hallaban dañados y pisoteados en algún lado de la casa de tu ex-novio.
Habían transcurrido 7 días para ser precisos desde aquel suceso, y estabas en duelo y un proceso de asimilación enorme, pues olvidar una relación amorosa de aproximadamente 5 años con unos meses contados no era tarea sencilla, menos si aquel hombre había sido tu primero amor.
En tu gallardo actuar, determinaste que hoy podías darte el lujo de pedir comida a domicilio, y no fue mucho su arribo pues tu timbre sonó. Tras el umbral un agradable chico de rasgos hindúes y melena voluminosa se mostraba sonriente, en su filipina una gafete con su nombre brillaba.
"Pavitr"
Tomaste la comida que ofrecía y a cambio en su mano colocaste algunos billetes. Esperaste un poco en recibir tu cambio.
-Que bonito nombre, Pavitr- Hablaste, el chico sonrió con simpatía, sus labios se abrieron para formular una palabra pero fue interrumpido por una estruendosa voz.
-¿Ya encontraste otro novio?- Tras del chico, un enorme y atlético cuerpo esperaba tras el repartidor cortés, el cual percibió un aura amenazante. -Ni siquiera puedes soportar estar sola por un mes.
Se acerco al chico de delgada complexión, desde su gran altura miro hacia abajo de forma despectiva, lo que provoco que el chico gentil apresurara su actuar y saliera rápidamente de ahí.
Frente a tu departamento Miguel O'Hara, tu ex-novio.
Miguel de cierta manera no pretendía decir lo que había dicho, pues su presencia se debía a sus enormes ganas de verte, hablar contigo y buscar la oportunidad de volver a tus amorosos brazos, odiaba verte seguir adelante, verte tan tranquila.
Era consciente de si mismo, en el ultimo mes sus enojos, celos y ataques de ira habían complicado su relación y no había sido un buen novio, a pesar de eso para el no implicaba que pudieras seguir con tu vida.
Pues para el, su mundo se había detenido abruptamente tras tu partida.
¿No es obvio para ti que aun te quiere?¿Porque necesitabas a otro chico?¿Porque coquetear con otras personas cuando el siempre estaba ahí para ti, para lo que necesitaras, incluso a pesar de su ruptura seguían teniendo contacto debido a sus múltiples asuntos laborales los cuales compartían y tu trato a el era amable, pues evitabas verte como una ex despechada.
Y por sobre todas las cosas, el quería que volvieras a pedirle amor como solías hacerlo.
-No te debo ninguna explicación, Miguel- Una imperturbabilidad abarco tu rostro a pesar de tu desconcierto por el repentino comportamiento del moreno.
Su mirada bermellón se torno carmesí, su semblante oscureció y se acerco lento pero amenazante ante ti, que cubrías la entrada de tu hogar.
-¿No?¿No me debes ningún explicación?- Mascullo -Me has dejado en claro desde el principio que no quieres ni querías estar conmigo, tuviste un desliz con uno de mis mejores amigos y encima te molestaste al pedirte explicaciones- Relamió sus labios intentando apaciguar la furia que se acumulaba en su interior -Y si eso no fuera malo, me sigues tratando como si aun fuera tu novio.
La gruesa voz subía de tono en cada palabra, el expresar su pensar lo hacia sentir un idiota, pues pensaba que nunca había terminado de conocer a su ex-novia.
-¡Dios mío!- Rezongaste- Solo te diré dos cosas Miguel, primero; no tuve ningún desliz con nadie, tu te creaste historias en tu cabeza y segundo; no te trato como mi novio, solo soy amable contigo- Te acercaste hacia su rostro con la finalidad de intimidarlo con tu acercamiento -¿No sabes diferenciar ambas cosas?
