8. Otro universo

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Ser Spider era, si bien era algo formidable, no era provechoso en ningún sentido. Llevabas trabajando para Miguel O'Hara no menos de 4 años, y cada año ratificabas tu amor hacia aquel moreno.

Un amor imposible, cabe aclarar.

No tenían una relación distante ni nada por el estilo, el solía ser un ser humano agradable, tenia conflictos algo graves de ira y no destacaba precisamente por su paciencia. Pero era alguien muy humilde y simpático.

Las conversaciones compartidas por ambos durante las misiones te hicieron conocer más a profundidad el intenso pensamiento de Miguel, su flor favorita, su fatídica visita a otro universo donde provoco el colapso de un universo entero, como adoraba ver mariposas volar hacia donde sabrían estar más cómodas y volver a realizarlo una y otra vez.

El añoraba ser una mariposa, añoraba la libertad que estas representaban.

Incluso estabas al tanto de como Miguel cerro su corazón y emociones a cualquier tipo de afecto. No deseaba visitar a su familia, emparejarse y menos formar una familia propia, el solo deseaba ser él.

En muchas ocasiones solías insinuarte de maneras algo sugestivas, pero Miguel nunca interpreto estas acciones como declaraciones. Todo lo contrario, debido a tu personalidad bromista parecía creer que estas alusiones románticas eran solo eso, simples ocurrencias tuyas.

Incluso el solía resaltar el hecho que no era canónico en ningún universo una relación entre ambos.

Bufaste.

Que tontería

Contemplaste fastidiada los monitores de Miguel, este se hallaba en una misión de entrenamiento con Miles Morales y Jessica, por lo que opto asignarte como tarea custodiar el Spiderverso. Pantalla tras pantalla un universo en calma, con o sin Spiders atravesaban tu minuciosa inspección.

Hasta que una llamo tu atención, no por un particular peligro, si no por que en el podías ver algo que pareciese imposible en cualquier realidad alterna; una variante de Miguel O'Hara en una situación considerablemente romántica con una variante tuya.

¿Era posible entonces algo entre ustedes dos?

Memorizaste el universo y borraste el historial, pues no era necesario que Miguel tuviera conocimiento de este. En minutos Miguel llego fúrico, agradeció tu valiosa ayuda y solicito te retiras.

-Es todo, gracias por apoyarme. Ya te puedes ir. -Asentiste en silencio, caminaste reflexiva y con celeridad, lo que al castaño le pareció atípico de tu parte - ¿Todo bien?

Te detuviste agitada ¿Te habrá descubierto mirando universos prohibidos?

-Si ¿Por qué la pregunta? - Por tu espalda rodaban pequeñas gotas de sudor frio, esperabas no delatarte, ya que eras una pésima mentirosa y Miguel sabia eso.

-Nada, es raro que estés tan callada y no estés de provocadora. – Un tono desanimado se apodero de su voz y tu corazón latió con tanta emoción, pero algo yacía invadiendo tus pensamientos y tu mente, como para tener en tus labios comentarios estimulantes para el gusto de ambos.

-No es nada, solo tengo un asunto importante que tengo que arreglar.

Sin esperar respuesta saliste de la estancia lo suficiente para poder abrir un portal hacia aquel universo.

Una vez que traspasaste el portal apareciste frente a una moderna pero acogedora casita en tonos oscuros. Tomaste el pomo de la puerta con miedo y duda, tantas cosas podían salir mal de ese arriesgado plan tuyo, el cual ni siquiera era un plan, eran simples acciones intrépidas.

Cruzaste la puerta principal de la casa compartida, pero fuiste sorprendida por unos musculosos brazos y un aroma ciertamente familiar.

-Por fin estas en casa, mi amor. - Miguel te sonrió gentilmente - ¿Cómo estuvo tu día?

One Shots | Miguel O'HaraWhere stories live. Discover now