𝑮𝑶𝑹𝑮𝑬𝑶𝑼𝑺. 𝘓𝘦𝘰𝘯 𝘒𝘦𝘯𝘯𝘦𝘥𝘺 ⋆ 𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴.

ㅤㅤ05.

en este shot tuve la necesidad de incluir el nombre de la lectora, será: Lena, para que no se espanten. Escogí un nombre cortito para mas comodidad. I'm so sorry si el nombre incluido le incomoda a alguien, pero no tuve de otra. :(

The gift.
soft!royalty

Leon siempre fue críado con la mentalidad de ser el siguiente gobernante del gran reino del cual estaría a cargo en el futuro.

Pero aquello nunca le quitó su dulce y amable carácter. Él era distinto a todos los monarcas anteriores que ha pisado el Castillo. Su madre estaba orgullosa de haber críado a un chico tan respetuoso y tierno.

Él tenía ocho años cuando te conoció.

Tú tenías seis años, estabas sucia y encadenada, tu cabello despeinado cubriendo tu rostro mientras estabas de rodilla al suelo, mientras un hombre de cabellos negros, ojos rasgados y carácter serio miraba con una sonrisa falsa a los padres de Leon.

ㅤㅤ── Un regalo para el pequeño príncipe. Una sirviente de nuestra familia.

Seguido de eso, te empujó, cayendo boca abajo contra el suelo de piedra.

La reina jadeó y su esposo frunció el ceño. Él quería mandar a Wong a la mierda, pero era consciente de que, desgraciadamente, su familia y el comercio que manejaban era de suma importancia para la economía del reino.

ㅤㅤ── Gracias por su regalo, señor Wong. ── Murmuró el rey, bajando su mirada a tu debilucho cuerpo.

En ese momento, tu mirada aterrizó en el hombre que te había regalado y su hija, que era mayor que tú, mirándote con una sonrisa burlona.

Pero de pronto, sentiste unas manos tomar las tuyas, poniéndote de pie suavemente.

El pequeño príncipe sacó con cuidado el cabello de tu rostro, pudiendo ver tu cara y sonriendo al conectar sus ojos azules con los tuyos.

ㅤㅤ── Seremos grandes amigos.

Tú en esos tiempos no sabías nada del idioma, pero él mantenía sus manos con las tuyas en un suave agarre. No comprendías nada, pero sabías que él era el niño más dulce que conocerás.

Años habían pasado, y te habían designado como la sirviente de compañía para Leon, él ahora tenía veintiuno.

Y él tuvo razón, eran grandes amigos, los mejores.

Él siempre te ha estado tratando con el máximo respeto y amabilidad que te puede otorgar.

Cada vez que te lastimas, él está para ti. Cada vez que él se lastima, estás para él.

En las buenas y en las malas.

Siempre lo acompañabas a todas partes, a sus sesiones de espada, de pelea cuerpo a cuerpo, al tiro del arco, a cabalgar ── aunque a ti todavía te daban terror los caballos ── e incluso él solito te acompañaba a tus clases del idioma, ya que hasta el momento aún te costaba decir algunas palabras o desconocías la mayoría de oraciones útiles.

Leon estaba leyendo un libro de la historia de su reino, mientras tú tenías un jarrón de agua en una mano y un vaso en otra, esperando en una esquina de su enorme estudio mientras su profesor le explicaba la vida de sus ancestros.

Mordiste tu mejilla cuando viste la expresión de confusión de Leon al no poder pronunciar el nombre de uno de sus antepasados, querías reírte, pero sabías que no debías.