Capitulo 5: Tipos de hombres

1.1K 159 321
                                    

Hong-Er había aprendido un par de cosas a su joven edad. Existían tres tipos de hombres peligrosos.

El primero era el más fácil de evadir, el típico hombre que sufre arrebatos de ira y se descarga contra lo primero que tiene en frente: una pared, patear algo, abofetear una mujer o caerse a golpes con cualquier.

El segundo era el que guarda su rabia en silencio, que se contiene como si fuera una bomba que día a día traga más y más pólvora, hasta que finalmente un día, explota quemando todo a su paso. Este era peligroso porque nunca se sabía lo que iba a pasar con esta persona, pero uno podría predecir, igual que con el primer tipo de hombre, como iba a ser su estallido.

El tercero era el peor. Eran los sádicos. Aquellos que no explotan, que no lo mueven sus emociones, y cuya maldad, la mueve la tranquilidad y el cinismo. Aquellos que de niños, arrodillados en el suelo, torturan animales con una sonrisa solo por el morbo de ver que puede pasar si hace algo, y que luego cuando crecen, continúan cultivando el pasatiempo de torturar y matar solo como un escape del aburrimiento.

Cuando observo los ojos de Jun Wu, un escalofrío recorrió su cuerpo hasta dejarlo inmóvil.

Un pensamiento fugaz.

"Gege esta lejos" esto hizo que se atragantara con su propia saliva, fría, que se acumulaba en su boca inmóvil. "Gege no sabe que estoy acá"

Sin embargo, el Goushi estaba allí, y aunque aun no confiaba en él para nada, en ese instante quiso rápidamente esconderse detrás de él y escapar, escapar tan pronto como fuera posible de la afilada mirada del hombre que tenía en frente.

Jun Wu lo miro, sonriendo hasta con los ojos— a-Qing se metió un pequeño zorro en tu templo—se acerco a él, con esos elegantes pies revestidos en botas de cuero de arce, llenas de joyas de oro.

Hong-Er sintió el miedo encoger su corazón.

—Lo siento, no quise... yo solo, estaba practicando...yo ya me voy.

Hong-Er no era ningún cobarde ni mucho menos, era realmente bastante orgulloso, y acostumbrado al dolor y la pelea, poco había en este mundo que lo hiciera retirarse asustado... pero hasta un tigre huye cuando ve a un cocodrilo asecharlo en la orilla.

El hombre se arrodillo un instante y se puso cerca de su rostro—¿Qué haces aquí, chiquito?

Preguntó con un cariño casi enternecedor.

—Solo... repaso mis líneas de practica...

Jun Wu sonrió con dientes brillantes. Ojos grises como el acero que perfora la carne. Fauces blancas como si nunca hubiese mordido el cuello de ningún animal.

Goushi bufo frotando la parte trasera de su nuca—es el chico que te decía, no esperaba que estuviera aquí—Mei Nian Qing levanto las cejas—Deberías estar durmiendo. Su Alteza se alterará mucho si descubre que te escapaste del palacio. ¿Y sabes que haría? Se escaparía él también para salir a buscarte y eso si seria un problema.

"Cálmate, cálmate, cálmate"

¿Cómo era posible que el gran y sabio maestro no notara nada?

Hong-Er respiro pesadamente y asintió salvajemente, se puso de pie. Goushi miro las hojas tiradas y soltó una pequeña risa—vaya, resultaste ser bastante aplicado, eso esta bien, pero mañana tendrás sueño y no prestaras atención, si tanto quieres mejorar, quédate unas horas más conmigo luego de clases y haremos algunos ejercicios, pero por ahora ve a descansar.

Luego añadió, con una sonrisa llena de un secreto orgullo— hasta el más aplicado de los estudiantes necesita descansar, además eres un niño, te quedaras enano si no duermes.

LimerenciaWhere stories live. Discover now