4. Rosarios y cánticos religiosos

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     Las semanas habían pasado y ya el otoño asomaba sus colores a travez de los árboles que desprendían sus hojas. El cielo se bañaba en pinceladas anaranjadas y amarillas y probablemente era una de las vistas más hermosas que había presenciado el omega. Sus mejillas estaban pintadas con brochazos rojizos y su nariz se sentía congelada por el viento que lo azotaba. Estaba sentado en el pequeño banco lejos de la casa de los Styles, había movimientos en la casa lo podía notar por la forma en la que una cabellera danzaba en el aire mientras era atrapada en unos brazos más fuertes. Louis suspiro.

Probablemente estarían bailando alguna de esas canciones románticas que daban en la vieja radio en la sala de estar. Tal vez una canción de amor que el omega aún no podía entender. ¿Qué es el amor al final de cuentas? Porque lo podía ver. Lo podía ver en los ojos de Margaret cuando miraba a su alfa, incluso luego de los constantes regaños había amor. También lo había notado cuando besaba la frente del rizado. Había amor y era recíproco.

Y se sentía tan hermoso en su pecho. Sentía como se instalaba esa sensación de calidez en su interior y deseaba tanto haber tenido una experiencia similar. Pero no la había tenido y probablemente nunca la tendría porque no sabía lo que era ser amado. Y no es lo mismo dar amor a recibirlo, porque nunca en su vida había recibido amor, pero sabía lo que era y estaba absolutamente dispuesto a brindarle su amor eterno a su semillita.

El pequeño omega de ojos azules y sonrisa angelical había cumplido sus cuatro meses de gestación. Había sido un trabajo duro para ser honestos, incluso empezaba a tener antojos más seguidos, como la vez que se levantó en medio de la madrugada queriendo una malteada de chocolate. Probablemente había llorado hasta volver a quedarse dormido, pero no era algo que admitiría en voz alta. Su pancita había crecido con las semanas, ahora era de un tamaño más pronunciado con su ombligo puntiagudo.

Las camisas del alfa habían ayudado a ocultar su estado, aunque sabía perfectamente que no podría ocultarlo por más tiempo. Incluso el roce de la tela con sus pezones duros lo incomodaban junto a las constantes bajadas por las escaleras a altas horas porque su vejiga inquieta no paraba de levantarlo.

Había días en los pensaba sobre su futuro, en cómo sería todo cuando se enteraran que estaba en estado. Las palabras y las promesas del alfa seguían endulzando sus oídos, pero Louis no podía simplemente cruzar sus brazos y esperar a que se cumplieran. Y creía en Harry. Claro que lo hacía, pero no fue él quien firmó los papeles sobre a quien le pertenecía. Así que por más que quisiera poner toda su confianza en las palabras esperanzadoras había una voz que le hacía congelar.

Aparto la mirada de la imagen de dos almas enamoradas danzando cuando sintió la presencia del alfa a su lado. Siempre tan sonriente alegrando los días de las almas ahogadas en pena. Había cambiado sus ropas del trabajo por una camisa más simple y holgada dejando sus brazos al descubierto. Louis admiró la forma tan hermosa que el viento jugaba con su cabello, era una imagen digna de ser apreciada.

Sus ojos verdes lo miraban con cariño y Louis se sintió agradecido por la manera tan cálida en la que lo hacía sentir. Ese ángel le había ofrecido su ayuda sin importarle los prejuicios, lo había ayudado y estaba tan agradecido por eso. Había una clara amistad, algo de lo que nunca antes había podido experimentar, sus días en el orfanato habían sido en soledad. En ocasiones cuando sus sentimientos estaban al borde rezaba por quitar el sentimiento de vacío en su pecho, por que ocurriera un milagro en el que sus lágrimas se convirtieran en felicidad, en sonrisas y cálidos abrazos, pero eso nunca sucedía y todo ahora se sentía tan extraño, pero un extraño realmente gratificante.

-Es una bonita tarde, ¿no crees?- preguntó el alfa mientras tomaba asiento a su lado. Louis asintió porque tenía razón en decir que lo era, la más hermosa hasta el momento.

Sweet home AlabamaWhere stories live. Discover now