05 de marzo de 1998

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 Rodeo de Pickens, Carolina del Sur


-Mi niña, de verdad que tengo el alma en un hilo-

-No eres la única Nani, eso te lo prometo- Nolan se abanicaba con el sombrero en aquel pequeño rodeo 

-Vamos, déjenla en paz, la volverán una cobarde- Chris le ayudaba a acomodarse las rodilleras mucho mas nervioso que todos los presentes, pero fingiendo bastante bien

-Niño, esto no es una monta de caballos como lo que hacen en casa, esto es real, prométeme, que la sacaras apenas caiga- lo tomo de ambas manos y el solo asintió besando su frente

-Vamos Nani, yo la entrene, dame algo de crédito- sonrió dándole un poco de paz

-Mi niña no te sueltes, aférrate con la vida a ese animal-

-Lo hare mi Nani, te lo juro- beso su mejilla abrazándola para tranquilizarla un poco

-Todos te tranquilizan, pero creo que a mi me va a dar un infarto- y riendo la mujer tomo las manos de Nolan intentando relajarse

Aquel pequeño rodeo fue el inicio de todo, Annie tenia 19 años, y su mirada estaba fija en un solo objetivo, entrar dentro de los 35 jinetes que entrarían en las grandes competencias. No podía montar un toro, las reglas lo impedían, pero nada impedía que dominara un bronco con todo lo que su sangre tenia.

Cuando el temporizador sonó Annie salió y con ella el corazón de su Nana y hermano, Connors estaba abajo, gritaba apoyando a su hermana mientras que Chris le seguía de cerca, el tiempo que pasan sobre un bronco es de 8 minutos, cuando logras ese tiempo la calificación ya no es solo eso, si no la forma, la habilidad, todo aquello que hace elegante ver a un vaquero o vaquera de clase alta dominando un animal como estos.

Los ocho segundos dieron fin y Chris salió directo a su hermana para sacarla intacta, miro el tablero... numero 32, en su primer rodeo, solo en el primero, tuvo la calificación suficiente para entrar en aquella preciada lista  de 35 nombres.

Esa noche todos festejaron, cuando llegaron al rancho estaban eufóricos, la tradición de los Brown se mantenía viva y el solo imaginar que ella también tendría un lugar en aquella pared de ganadores le llenaba de felicidad.

Pero esa felicidad duro poco.

-¿Papi?- lo vio de pie frente a aquella pared completamente fuera de si- ¿Qué sucede papi?- y en cuanto entro vio a Billy sentado con la mirada puesta en el suelo

-Connor- llamo a su hijo mayor- Mónica- detuvo a la madre de Billy quien rara vez le decían por su nombre y que al ver a su hijo se apresuraba detrás de ellos- espera un momento-

Cuando las puertas del despacho se cerraron todos se quedaron afuera con el corazón en los odios.

La verdad era que esta victoria era una entre mil derrotas, unos días atrás su padre la descubrió con Billy en su cama, eso no le gusto, pero decidió que dejaría que su hija tomara sus propias decisiones, era un buen muchacho, quizá algo mayor, pero se esforzaba por ser alguien.

En el rancho todos sabían que hacia ya varios meses que Billy se le metía en la cabeza a Annie (aunque en realidad esto llevaba años), Connors no lo aprobaba y cuando Chiris se entero, lo que hizo fue centrar su atención en otra parte, él era un vividor a la mirada de sus hermanos, un mal agradecido y un fastidio. Desde luego que no era nadie para que se diera el lujo de tomar a su hermana menor. Quizá el error fue que su padre se enterara de que el joven que creía tan noble, era todo aquello que se rumoraba.

Una Vaquera llamada Annie BrownWhere stories live. Discover now