EPILOGO

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ANNIE



La carretera parecía muy distinta a lo que recordaba, es impresionante lo que un par de meses fuera te hace. Esta siempre fue mi vida, siempre. Los caminos de Carolina del Norte, los de Carolina del Sur.

Me recordaba de niña con mi padre y mis hermanos haciendo viaje en carretera por todo el estado, Connor siempre cantaba en voz alta mientras mi padre golpeaba el volante mirándome por el retrovisor, Christopher por miraba la carretera, siempre era el copiloto de confianza y Nolan dormía como muerto mientras todos pensaban como jugarle alguna broma.

Esos eran buenos tiempos.

Siempre quise eso para mis hijos, y lo tuvimos por un minúsculo momento.

Cuando me llevaron a la clínica no lo podía creer, me preguntaba cómo era que mi familia me había hecho esto, ¿Cómo no podían entender todo mi dolor? Realmente estaba devastada, tan débil, tan torpe.

Chirs fue el primero en visitarme, llego con un montón de hilos de colores "De niña te encantaban estas cosas" dijo con la sonrisa entrecortada y después me abrazo partiéndose en dos. Recuerdo que hablamos un largo rato, de todo y de nada; pero fue algo dentro de esa historia, algo mínimo pero sustancioso que me trajo a tierra.

"Cuando mamá murió, pensé lo peor de papá... no lo vi llorar más que el día que salimos de la iglesia. El acariciaba mi cabeza y cargaba a Nolan. Te sostenía besando tu mejilla, pero no lloraba. Pensé que no la quería lo suficiente, y me enoje demasiado con él.

Porque lo amaba con toda mi alma, y ya jamás la volvería a ver. Nunca más me prepararía un desayuno, jamás te leería un cuento. ¿Quién prepararía los disfraces? ¿Quién cantaría con nosotros en navidad?

Pero con el tiempo lo entendí. Porque sabes... jamás me falto el desayuno, nunca, sus cuentos eran los peores, pero jamás faltaron. Siempre estuvo en primera fila en los eventos escolares. ¿Lo recuerdas?

Todas las madres soñaban con el seguramente. Pero él nunca las miro. Siempre fuimos nosotros Annie. Siempre te dijo Annie, porque sabía que odiabas la Anastasia...

Sabes, él amaba demasiado a mamá y quizá lloro mucho, pero jamás nos dejó verlo, y no es que eso este bien, pero, nuestra madre nos amaba con todo, y sabía perfectamente que dejarnos al aire seria fallarle, y el jamás le fallaría a mamá.... No a ella"

No pude responderle, sentí la culpa en mi corazón desmoronando los pedazos que quedaban, claro que Jessé me odiaría ahora mismo. Porque jamás permitiría que nada nos dañara, y entonces llegue yo, con todos mis nervios rotos e hice lo que hice.

Pase días y días hablando de todo, ¿Por qué estas triste? ¿Cómo está la familia? Compartir el dolor con extraños es raro, pero completamente liberador.

Y así fue como desistí de mi renuencia y me quede, me quede para ser mejor para mí, porque solo así podría volver a ser alguien para mis hijos.

Volver a ser yo, solo yo... yo antes de nada.

Aun sabiendo todo eso, el estar de vuelta me paralizaba. Sabía poco de las cosas de casa, lejos de que mis hijos estaban bien, y que me esperaban.

Me detuve frente al camino, respire tanto... "Tú puedes Annie" "tu puedes" me decía, pero todos esos pensamientos intrusivos me estaban sobrepasando ¿Y si me odiaban? No fueron un par de días, no... ¿Cómo podría mirarlos a los ojos? Yo...

-Annie, Annie... Annie- abrí los ojos con todo girando a mi alrededor, mis pies se apartaban del suelo mientras mis manos se apretaban en mi pecho y los brazos de Billy me apretaban desde la espalda sosteniéndome con fuerzas-Bienvenida...- me susurro en la coronilla y mis lágrimas comenzaron a salir- Han estado esperándote desde temprano. Tienen todo un evento preparado-

Una Vaquera llamada Annie BrownWhere stories live. Discover now