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↷✦; C a p í t u l o 47 ❞



—Hay tantos ya... —comentó Roier con una sonrisa en su rostro al ver la cantidad de caramelos recibidos por parte de Wilbur que tenía Quackity— ¡Realmente le gusta mandar dulces! ¿Por qué no te comes ninguno? 


—¡Los guardaré por ahora! —informó— Y si él me acepta... entonces podré comerlos todos tranquilamente. 


Roier comenzó a subir y alzar las cejas repetidamente en busca de poner nervioso a su amigo, lográndolo exitosamente pues el contrario tapó su rostro con sus manos completamente avergonzado. 


Un poco más tarde, cuando ya estuvieron listos para dormir. 


—Roier. 


—¿Mm? 


—Si... solo en el caso. Si... después de confesarme a Wilbur mañana... me rechaza. Puede que me enoje, y puede que tú también te enojes. Pero no quiero que mi fracaso te haga más miedoso, o más tímido. No quiero que lo que me pase a mí te afecte. Así que, si eso pasa... no tengas miedo. ¿De acuerdo? 


El contrario respondió haciendo un sonido afirmativo y dándole una sonrisa sincera a su amigo. Entonces, ambos intentaron dormir, pero solo Quackity lo logró debido a que Roier no podía dormir tranquilo con los ronquidos de su amigo. Pasó un rato más tratando de dormirse, hasta que no pudo más por lo que decidió salir de la habitación con una manta alrededor de sus hombros e ir a la terraza, dónde nada más entro vió a Cellbit sentado en uno de los bancos, este al oír la puerta de la terraza abrirse también dirigió la mirada hacia ella, encontrándose con Roier ahí parado. 


—¿Por qué no estás dormido? —preguntó el mexicano, acercándose y tomando asiento junto al brasileño. 


—O Wilbur ronca muito alto... parece que ele está cantando. —respondió, el contrario soltó una carcajada. 


—Quackity también, ¡como tambores! Los dos son una buena combinación. —comentó. 


—Wilbur diz que também somos uma boa combinação.


—Sí, combinamos. Ya que somos mejores amigos. —dijo con una suave sonrisa en su rostro. 


—Seria bom se você estivesse dormindo comigo. Não seria tão barulhento quanto o Quackity. Não o manteria acordado.


Luego de esas palabras se sumergieron en un silencio por unos cuantos minutos, hasta que Cellbit decidió volver a hablar y de paso preguntar directamente lo que llevaba hace un tiempo dando vueltas en su cabeza. 


—Você... gosta de Quackity?


—Si me gustaran los chicos, no me odiarías, ¿no? ¿o estarías tan asustado que me echarías de la casa? —preguntó en cambio. 


—Gostar de garotos não é nada demais.


—Dices eso ahora... pero cuando realmente pase, ¿no cambiarías de opinión? 


—Não. —respondió completamente seguro— Eu realmente não vou, de verdade.


—Pensé que te importaría mucho, ya que incluso te peleaste con gente por esos rumores. 


—Você também estava lutando, então realmente se importa?


—Realmente no me importa, pero ellos estaban hablando sobre tí. 


—Comigo foi a mesma coisa... foi por isso que lutei também.


—No importa que pase... seguiremos siendo amigos, ¿verdad? 


—Sim, bons amigos.


—Buenos amigos. ¿Cómo es eso de diferente a amigos normales? 


—Bem... você tem privilégios especiais.


—Privilegios especiales... ¿cuáles son los límites de eso? 


—Se quiser, posso lhe dar... privilégios ilimitados.


—¿Tomarnos las manos? ¿Eso está bien? —preguntó en un arranque de seguridad, extendiendo su mano hacia el contrario, pero así de rápida como vino se fue la seguridad que tenía por lo que volvió a alejar la mano rápidamente— Solo estaba bromeando. Cuando las chicas son cercanas entre ellas, se agarran de las manos... pero con los chicos luce un poco raro. —reflexionó. 


Cellbit llevó la mano hacia la del contrario y la agarró entre la suya antes de responder. 


—Na verdade, está tudo bem. É só dar as mãos entre amigos... Não é nada demais.


Es díficil... respirar. 


Pensó Roier, con los nervios de punta. 















-Continuará- 

Started with a lie [Guapoduo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora