Capítulo 44

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Ver videos era lo único que mantenía a Rosé alejada de sus pensamientos sobre Jisoo, sabía que se portó grosera con la gumiho, pero la bilis que subió a su garganta ese momento era más fuerte que su cordura.

Pero todo se fue a la borda al oírla decir que solo quería estar con ella, con nadie más, ¿cómo puede decir esas cosas tan a la ligera? Solo la esta confundiendo, solo la esta...

Conquistando... 

Y cubrió su rostro con las manos, no quería eso, en verdad no deseaba sentir nada por esa mujer zorro, ¿cómo es posible que sienta algo por ella cuando indirectamente le ha dicho que ha matado? Eso estaba mal, muy mal, ¿cómo es que Lisa puede dormir tranquila y convivir con Jennie? Porque cuando supo el nombre de esa yōkai no dudó en ir al internet a investigarla, y su leyenda era igual de alarmante que la gumiho.

Es por esa razón que no le cabía en la cabeza que Lisa pueda gustarle, sí, lo sabía, no fue difícil descubrirlo, y lo más gracioso es que ni siquiera se ha dado cuenta de ese hecho, porque si fuera así no seguiría con su absurdo plan de venganza o mínimo hubiera tratado de conquistarla, aunque siempre había la tercera opción de no hacer nada.

Y ahí estaba su dilema, hacer algo o no hacer nada, y francamente no hacer nada era algo muy injusto para la mujer zorro, ya sea un ser mitológico o un ser humano, nadie merece que jueguen con sus sentimientos, sin embargo, ¿qué le asegura que después de rechazarla no le haga daño? Ella solo no ha cruzado la línea porque gusta de ella.

¿Realmente quiero rechazarla?

Se estaba ahogando en un vaso de agua, si tan solo fuere un hombre común y corriente hubiera sido perfecto, no tendría que lidiar con sentimientos que jamás ha sentido en su maldita vida, incluso creía que podría aceptar el hecho que sea una mujer, pero no una asesina.

Maldita Pelusa.

Salió de la cama y se fue al piso de abajo, miró los alrededores para ver si encontraba a alguna de sus amigas, pero al parecer todas estaban en sus habitaciones descansando, supuso que era normal por el cansado viaje y porque se estaba cayendo el cielo, aparentemente el aviso del gobierno sobre las fuertes lluvias fue verídico, el que sea que esté a cargo de predecir el tiempo meteorológico merece un aumento de sueldo.

Se acercó al refrigerador por una bebida, pero sus ojos capturaron unas cuantas fresas en un empaque plástico.

—Jisoo estará feliz con las fresas...—ahí estaba de nuevo pensando en la gumiho.

—La felicidad viene de tu sonrisa, pero no niego que comer fresas también me pone de buen humor.

—¡Por Dios, no aparezcas así!—Rosé se puso una mano en el pecho—. Me asustas mucho.

—¿Entonces cómo debería llamar tu atención sin asustarte, señorita Park Roseanne?—Jisoo se apoyó en el mesón.

—No lo sé, solo no aparezcas de la nada como un fantasma—su corazón por fin pudo normalizarse.

—Veré la forma—de sus labios escapó una risilla—. ¿Me permites una pregunta?

—¿Qué sucede?—agarró un bote de agua.

—¿Por qué me privas de contemplar el hermoso océano que escondes en tus encantadores orbes? No te has dignado en mirarme ni una vez.

La australiana se vio atrapada ante la pregunta de Jisoo, ella tenía razón, y el motivo era simple, no quería verla, no quería confundirse más y tampoco quería oír sus cautivantes palabras que endulzan sus oídos al igual que su corazón.

Pero una suave mano tomó su mejilla e hizo girar su cabeza, su mirada cayó ante esos ojos dorados más preciosos que el mismo oro.

—¿Por qué tu ropa esta mojada? ¿Acaso saliste con tremenda lluvia?—fue lo único logró articular.

YōkaiWhere stories live. Discover now